Culla, municipio situado en la comarca castellonense del Alto Maestrazgo, fue el último que se adjudicó a la Orden de Temple en 1303, apenas unos años antes de su disolución.
Hasta principios del siglo XIII estuvo en manos musulmanas, reconquistándose definitivamente en 1233 por Blasco de Alagón. Jaime I le donó la cilla y el castillo de Cuéllar en 1235.
Era un lugar importante por su valor estratégico y el amplio territorio que controlaba. La Orden lo adquirió por 500 000 sueldos jaqueses.
El 1312 Clemente V disuelve la Orden y en 1317 sus posesiones en la Corona de Aragón pasan a pertenecer a la Orden de Santa María de Montesa, que conservó el señorío y el castillo hasta el siglo XIX.
Lamentablemente, el castillo está en ruinas, destruído durante las guerras carlistas.