Fueron acusados de herejía y sodomía, y cuando iba acompañada de interrogatorios y torturas el resultado era el esperado, los torturados se declaraban culpables de las acusaciones. Lo único que varía es la descripción del citado ídolo por parte de los reos, pues debían inventarlo para evitar el dolor y el sufrimiento. Aplicando la tortura, se encontraron confesiones sobre la cruz, los besos obscenos y la adoración de un ídolo.
La imagen de una cabeza con tres caras, tan repetida en iglesias templarias, ha sido objeto de interpretación sobre su simbolismo, y diversas explicaciones sugieren que podía ser el Baphomet de los Templarios, el dios romano Jano, la representación de la Santísima Trinidad cristiana, la Síndone, la cabeza del Bautista e incluso Lucifer. Por ejemplo, en un canecillo del alero sur de la iglesia de San Martín de Artaiz, Navarra, o el bajorrelieve de una cruceta del Convento de Cristo, en el Castillo de Tomar, Portugal. Mucho se ha escrito y especulado.Desde luego, hay elucubraciones. Investiguen y saquen conclusiones.