miércoles, 26 de mayo de 2021

Alfonso I El Batallador y el Temple.

 


Esos misterios que encumbró el romanticismo europeo en los siglos XVIII y XIX, y que siguen llenando páginas y páginas de novelas de ficción, fueron en sus orígenes batallas libradas en nombre de la fe cristiana. Nada más y nada menos. Esos caballeros que tiempo después serían cubiertos de enigmas esotéricos fueron hombres que juraron morir defendiendo el reino de los cielos y a sus peregrinos. Cuando no existía lo primero, los misterios y las leyendas, cuando solo importaba lo segundo, la fe y las batallas en su nombre, los templarios se asentaron en Tierra Santa.

Desde aquel remoto lugar, tan lejano en la Edad Media, consiguieron penetrar en toda Europa. Y llegaron a la Península Ibérica, donde libraron esas mismas batallas, y también otras nuevas, al amparo de uno de los reinos más importantes de nuestra historia: el Reino de Aragón.

La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón se fundó oficialmente en algún punto entre los años 1118 y 1119. El espíritu bajo la que nació se remonta atrás en el tiempo, a los primeros combatientes de la Primera Cruzada por la fe cristiana. Nueve caballeros que, siguiendo esos ideales de finales del siglo XI y liderados por el francés Hugo de Payens, concluyeron que nunca sería suficiente con desplazarse a Tierra Santa. Debían establecerse, aprender a vivir, en el lugar que deseaban proteger. Con ese objetivo, y con el beneplácito del rey de Jerusalén, Balduino I, se quedaron en la ciudad más sagrada. Lo hicieron, de hecho, en la misma mezquita real, asentada sobre lo que antaño fue el Templo de Salomón. De esta manera quedó fundada, asentada y nombrada esta orden. La Orden del Temple.

La orden de los templarios estaba formada por caballeros que fueron configurando, poco a poco, un modo de vida que despertaba asombro y admiración. Con el tiempo también se desataría en torno a ellos un halo de secretismo, por lo fascinante de su existencia, que ya nunca los abandonaría. Pero esto fue después. En su origen, con un propósito definido compartido por el mundo occidental, su fama creció y creció hasta que su nombre llegó a todos los rincones de Europa como los defensores de la cristiandad. Estos templarios fueron tomados por el pueblo como hombres sacrificados, valientes y comprometidos con aquellos viajeros que sólo querían profesar su fe. Casi unos salvadores, desde luego unos protectores, siempre unos caballeros. Monjes guerreros con potestad para librar guerras en su nombre.

Europa se volcó en su devoción con ellos, haciendo grande la leyenda desde su mismo nacimiento. Los templarios desataron en sus iguales europeos un profundo sentimiento de fervor y agradecimiento. Estaban agradecidos con ellos por su labor en Tierra Santa. Se sentían no solo protegidos: también representados. Sabían que había alguien ahí fuera, en las tierras sagradas que sentían suyas sin conocerlas, defendiendo sus creencias. Viviendo en concordancia con esas creencias.

Los misterios llegarían más tarde. En aquellos primeros años, no había otra cosa que gratitud. Así se enriquecieron. Desde su origen, estos caballeros abnegados recibieron donaciones procedentes de todos los lugares del continente. Y poco a poco, empezaron a vivir también en estos rincones.

El rey batallador del Reino de Aragón

El mismo año en que se fundó la Orden de Temple, en 1118, Alfonso I conquistó Zaragoza para el mundo cristiano de la Península Ibérica. La lucha de unos y otros era la misma, separada por un continente pero unida por una profunda religiosidad. Por unos mismos ideales que eran el motor del soberano del Reino de Aragón, que llegó hasta la corona tras una serie de trágicos fallecimientos. Alfonso I, conocido como El Batallador, gobernó en Aragón, sin haber nacido para ese fin, desde 1104 hasta 1134, año en que murió.

Conquistó para su reino kilómetros y kilómetros de tierra, plantando cara a los musulmanes sin descanso. Recordando, quizá, las palabras que la Iglesia le dedicó a su hermano y predecesor, Pedro I de Aragón. La guerra santa también debía librarse lejos de los lugares sagrados. De haber estado en su mano, Alfonso I hubiera zarpado rumbo a Jerusalén, para conquistarla él mismo, para defenderla con su sangre, para gloria de ese reino que tanto amaba. Pero permaneció en la península, viviendo y muriendo por su propia guerra santa. Movido por esa profunda fe de la que siempre dio buena cuenta, y también por un fuerte carácter expansionista que le llevó, además, a viajar mucho. Alfonso I era batallador y muy viajero, cuentan las crónicas.

El primer templario que llegó a la Península Ibérica lo hizo bajo el reinado de Alfonso I. Este rey, que se había criado entre caballeros franceses, que había madurado al lado de los combatientes de las primeras cruzadas, los acogió con entusiasmo. Alfonso I era consciente de lo que podía suponer que estos monjes guerreros se asentaran en sus tierras, pero además gustaba de rodearse de su compañía. Era un templario más, al menos en espíritu. En la práctica, nunca abandonó la corona, pero fue eso lo que permitió, precisamente, que la Orden del Temple se hiciera un camino en nuestra península, hasta convertirse en la orden religiosa más importante de la historia del Reino de Aragón.

El testamento imposible

Su importancia en Aragón puede verse a lo largo de los dos siglos que permanecieron en activo, pero encontramos un ejemplo de gran valor apenas un año después de su llegada. En 1131, en ese escenario de lucha por la cristiandad en el que era habitual legar las posesiones a estas órdenes religiosas, Alfonso I lo dispuso así en su testamento. Estableció que su Reino, por el que tanto había batallado, quedaría dividido entre las tres grandes órdenes religiosas de la época: la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén, los Hospitalarios y la Orden del Temple. Apenas se habían cumplido dos años desde que la Iglesia había ratificado la oficialidad de los templarios, pero su fama y su valor tenían ya dos décadas de vida. Alfonso I los valoraba, también lo hacía el pueblo.

Pero su testamento era irrealizable. No lo permitía la ley, ni tampoco iban a permitirlo los nobles, que encontraron en la ausencia de descendencia de Alfonso I una oportunidad. Días antes de fallecer, tras sucumbir a las heridas que le había dejado la dura derrota en Fraga en el 1134, revisó este testamento. No cambió nada. Alfonso I tuvo claro que supliría la falta de descendencia con la fe. Había luchado durante toda su vida por recuperar para la cristiandad lo que consideraba suyo, y deseaba que, en su ausencia, aquellos que seguirían luchando, sus caballeros, tuvieran los medios necesarios para ello. Legó su reino y legó a la Orden del Temple que tanto admiró en vida, con quien tantos ideales compartió, su caballo y sus armas. Cuán significativo es esto.

Alfonso I murió con este deseo, y dejó a los templarios la seguridad de que tenían el reino en sus manos para disponerlo como quisieran. Tal vez no llegaron a reinar, pero ya no se marcharían... pero la historia les tendria un destino cruel y glorioso, digno de un Rey que confio en ellos.

Los Templarios y el Sufismo

 


En el marco de sus disputas con otros cristianos, los templarios fueron a menudo, acusados de traidores por sus cordiales relaciones con los musulmanes. Es verdad, la Orden no sólo contrató mercenarios árabes, los “turcoples”, sino también siervos para cultivar sus tierras, artesanos para sus iglesias y fortalezas y , sobre todo, grupos de intelectuales y estudiosos islámicos, cuyas comunidades protegieron en tierras ibéricas. Fue especialmente intensa su relación con los místicos sufíes, cuya espiritualidad era del agrado del Temple. Los caballeros llegaron incluso a mantener disputas dialécticas periódicas y orgánicas con estos místicos, en cuyo marco pudieron entrar fácilmente en la heterodoxia, dada la rígida ortodoxia totalitaria que promovía la Cristiandad. Existieron varios ribbats (monasterios sufíes), que disfrutaron de la protección del Temple .
La Orden del Temple es, en su origen, genuinamente francesa. Fue una orden de monjes guerreros con un componente iniciático en su círculo más hermético, nacido del sincretismo del sufismo, religión esenia, gnosticismo, alquimia, kábala judía y runología nórdica. A medida que fueron adentrándose en este esoterismo, su jerarquía iniciática se fue alejando de la ortodoxia católica.
La ermita de San Bartolomé se encuentra en un punto equidistante entre los dos puntos geográficos más extremos del norte español, Creus y Finisterre. Sus canecillos, óculos pentaculares invertidos y capiteles acogen un simbolismo iniciático muy importante.
En su interior he hallado un grabado similar a uno de los “graffitis” realizados por los altos cargos templarios que, apresados, estuvieron encarcelados en la torre del homenaje del castillo francés de Chinon e interrogados en agosto de 1308 por tres cardenales, delegados del Papa. Un año después les condenaría un parlamento reunido en Tours. Los “grafittis” han sido objeto de numerosas interpretaciones e incluso el alquimista Eugène Canseliet, discípulo del misterioso Fulcanelli, ha tratado de descubrir su enigma.
La fábrica de este templo es protogótica en diversos elementos (como la bóveda y la portada) aunque fundamentalmente su planta y alzado son todavía románicos. Fue levantado en el primer cuarto o tercio del siglo XIII. En sus dos hastiales del eje norte-sur se encuentran sendos óculos abocinados de tres arquivoltas circulares concéntricas. La más exterior está decorada con 66 estrellas de seis puntas de diamante intercaladas con otras tantas bolas. En el centro de este rosetón románico se encuentra una enigmática celosía calada, de tracería musulmana; tracería en la que confluyen entrelazados diez corazones (5 pequeños y 5 largos) con una pentalfa y el consiguiente pentágono central.
Es obvio que la presencia de 10 corazones en el centro del rosetón remarca numéricamente la importancia simbólica del corazón. Y dado que el origen de estas celosías son musulmanas y provienen, geográficamente hablando, de Al-Andalus y del arte islámico, nada mejor que acudir a un destacado musulmán, contemporáneo del momento en que se alzó esta iglesia, para acercarnos lo mejor posible al simbolismo posible que nos quisieron transmitir los templarios con estos dos rosetones gemelos.
La mejor referencia es, sin duda, el más importante de los sufíes medievales, Ibn al Arabi, nacido en Murcia en 1165 y fallecido en el año 1240.
El corazón como en el sufismo en general, es el órgano mediante el cual se produce el verdadero conocimiento, la intuición comprehensiva, la gnosis (’ma’ riga’) de Allah y de los misterios divinos, en resumen, el órgano de todo lo que puede abarcarse con la denominación de ciencia de lo esotérico.  Resumiendo, esta ‘fisiología mística’ opera sobre un ‘cuerpo sutil’ compuesto de órganos corporales. El corazón es para el sufismo uno de los centros de la fisiología mística. Podríamos hablar igualmente de su función ‘teándrica’.
Otro gran maestro sufí, Jili, señala que el corazón “es como la luz eterna y la conciencia sublime revelada en la quintaesencia de los seres creados, a fin de que Dios pueda contemplar al Hombre por este medio; es el Trono de Allah y su templo en el hombre….” Asimismo el Corán dice que el corazón del creyente se encuentra entre los dedos del Misericordioso y un haddit pone en boca de Alah esta frase: “el cielo y la tierra no me contienen, pero estoy contenido en el corazón de mi servidor”.
La etimología de la palabra “corazón” proviene de la raíz indoeuropea KRD, que significa corazón, pero también, centro, medio, lo que explica su simbolismo tradicional. Así, en el Nuevo Testamento leemos que el Reino de Dios se encuentra en el corazón, mientras que san Clemente de Alejandría decía que Dios es el “corazón del mundo” (Allah es denominado “corazón de corazones y espíritu de espíritus”). Angelus Silesius afirmaba en el siglo XVII que el corazón es el templo y el altar de dios, y que puede contener a Allah enteramente, coincidiendo así con el haddit señalado anteriormente.
René Guénon, en su obra Símbolos fundamentales de la Ciencia Sagrada, resume el simbolismo tradicional del corazón indicando que representa el centro del ser integral, a la par que nos recuerda que cada centro espiritual ha sido designado como “Corazón del Mundo”.
Pero aún hay otro simbolismo vinculado crípticamente al corazón puesto que éste era representado en Egipto por un vaso o una copa que, en el simbolismo geométrico tradicional está expresado por un triángulo con el vértice hacia abajo y la base hacia arriba, e inclusive con dos triángulos que se tocan en el centro por medio de sus vértices. Y el simbolismo del corazón como vaso o copa nos conduce directamente a uno de los símbolos más sacros de la Edad Media: el Santo Grial.

El Concilio de Vienne 1312

 


El 3 de abril de 1312, en el Concilio de Vienne, Francia, el Papa Clemente V, intimidado por Felipe IV de Francia, que había rodeado con su ejército la sede del concilio con la amenaza de detener al Papa y encerrarle, declara suspendida "sine die" en toda la cristiandad la Orden del Temple (que protege a los cristianos en peregrinación a Jerusalén), tras 194 años de existencia.
La bula de supresión, Vox in excelso, está firmada el 22 de marzo y se lee hoy públicamente al cierre del mencionado Concilio. Estas son algunas de sus palabras:
"En vista de las sospechas, la infamia, las fuertes insinuaciones y otras cosas que se han presentado contra el otro (...) y también la recepción secreta y clandestina del hermano de esta Orden; teniendo en cuenta, además, de los serios escándalos que han surgido de estas cosas, que no parecía que se fueran a detener mientras la Orden siguiera existiendo, y el peligro para la fe y las almas, y las muchas cosas horribles que se habían hecho por los hermanos de esta Orden, quienes cayeron en el pecado de la apostasía malvada, el crimen de la idolatría detestable, y el ultraje execrable de los Sodomitas (...) no sin amargura y tristeza en el corazón es que abolimos la citada Orden de los Templarios, su constitución, sus hábitos y su nombre, por un decreto irrevocable y perpetuamente válido; y la sometemos a una prohibición perpetua con la aprobación del Sagrado Concilio, estrictamente prohibiendo a cualquiera a presumir entrar a la mencionada Orden en el futuro, o recibir o vestir sus hábitos, o a actuar como un Templario."

Apunte sobre el Baphomet


Existe siempre una vinculación interesada de la historia templaria con un pasado oscuro, místico y pagano a la vez, y uno de los ejemplos más claros es el Baphomet. Es un término que se refiere a un ídolo que los Templarios fueron acusados de adorar, y que fue invocado como elemento testimonial pagano en el juicio de los Templarios a principios del siglo XIV. 

Fueron acusados de herejía y sodomía,  y cuando iba acompañada de interrogatorios y torturas el resultado era el esperado, los torturados se declaraban culpables de las acusaciones. Lo único que varía es la descripción del citado ídolo por parte de los reos, pues debían inventarlo para evitar el dolor y el sufrimiento. Aplicando la tortura, se encontraron confesiones sobre la cruz, los besos obscenos y la adoración de un ídolo. 

La imagen de una cabeza con tres caras, tan repetida en iglesias templarias, ha sido objeto de interpretación sobre su simbolismo, y diversas explicaciones sugieren que podía ser el Baphomet de los Templarios, el dios romano Jano, la representación de la Santísima Trinidad cristiana, la Síndone, la cabeza del Bautista e incluso Lucifer. Por ejemplo, en un canecillo del alero sur de la iglesia de San Martín de Artaiz, Navarra, o el bajorrelieve de una cruceta del Convento de Cristo, en el Castillo de Tomar, Portugal. Mucho se ha escrito y especulado.Desde luego, hay elucubraciones. Investiguen y saquen conclusiones. 



El Templum Domini



El Templum Domini (traducción vulgata del hebreo: 'הֵיכָל ה "Templo del Señor") fue el nombre que le dieron los cruzados a la Cúpula de la Roca, en Jerusalén durante las Cruzadas. 

Se convirtió en un símbolo importante de Jerusalén, apareciendo en las monedas acuñadas durante el Reino Cristiano de Jerusalén.

La Cúpula de la Roca se construyó a finales del siglo VII bajo el gobierno del quinto califa omeya Abd Al-Málik ibn Marwan en el sitio donde antes se encontraba el Segundo Templo Judío (o posiblemente fue añadido a un edificio bizantino ya existente desde el reino de Heraclio, 610-641).

Tras la captura de Jerusalén en la Primera Cruzada (1099), la Cúpula de la Roca fue dada a los agustinos, que la convirtieron en una iglesia cristiana.

La adyacente mezquita de Al-Aqsa fue llamada Templum Solomonis (Templo de Salomón) por parte de los cruzados. 

Fue convertida primero en un palacio real. 

La imagen de la Cúpula, representando el "Templo de Salomón", se convirtió en un elemento iconográfico importante del Reino de Jerusalén. 

Los sellos reales de los Reyes de Jerusalén ilustraban a la ciudad simbólicamente combinando la Torre de David, la Iglesia del Santo Sepulcro, la Cúpula de la Roca y los muros de la ciudad. 

Tras la terminación de la construcción del palacio real cerca de la Puerta de Jaffa, el Reino de Jerusalén le dio el edificio de la mezquita a los caballeros templarios, quienes lo mantuvieron como su cuartel general. 

La Cúpula aparecía en el reverso de los sellos de los Gran Maestres de los templarios (como Evrard des Barres y Renaud de Vichiers), y se convirtió en el modelo arquitectónico de las iglesias templarias redondas por toda Europa.

Aunque la cercana Cúpula de la Ascensión fue construida como un baptisterio durante el periodo cruzado, ha permanecido desde entonces en manos de autoridades islámicas como parte del complejo más grande de la Cúpula de la Roca.

Batalla de la Fuente del Berro, Jacques de Mailly y los mártires de la Orden.

 


Al alba del viernes 1 de mayo1187, los jinetes árabes al mando de Al-Afdal, hijo de Saladino, pasan pacíficamente ante los muros de Tiberíades en busca de Reinaldo. Esa tarde, cuando vuelven por el mismo camino, han respetado al pie de la letra las exigencias del conde y, sin embargo, no han podido evitar el incidente. El conde Raimundo ve con horror que, en sus lanzas, los mamelucos llevan clavadas las cabezas de más de cien templarios. ¿Cómo ha podido suceder lo impensable? Casi al mismo tiempo, Balian de Ibelin llega a su cita en el castillo de la Féve. En la explanada de Esdralón ve, asombrado, que el campamento templario está vació y el castillo, abandonado. Su escudero registró todo el lugar, mas sólo encontró dos hombres enfermos que nada sabían. Extrañado y preocupado, iba ya a dar media vuelta, cuando aparecen al galope una pareja de jinetes dando gritos. Son dos templarios, cubiertos de sangre y polvo, que cuentan al señor de Ibelin el terrible desastre que ha tenido lugar en la Fuente del Berro.

Según estaba previsto, el maestre de los Templarios, Gerad de Ridefort, y el de los Hospitalarios, Roger des Moulins, habían llegado el mismo día 30 al cercano castllo de la Féve camino de Tiberíades, en misión de embajadores del rey Guido como dijimos. Es de suponer que los maestres recibieran al correo de Raimundo, que les avisaba del paso pacifíco de los musulmanes. Por motivos que se ignoran, pero quizá basados en las rencorosas intrigas del vengativo Gérard, quien tal vez quiso proteger a su antiguo cómplice Reinaldo de Chátillon, los maestres deciden atacar a los musulmanes. Gérard de Ridefort envía un mensajero al mariscal del Temple, Jacques de Mailly, que se encontraba a ocho kilometros de allí, en el castillo de Caco (Kh-Qara), con poco más de cuarenta templarios y sus tropas auxiliares, para que acuda urgentemente a unirse con la guarnición de La Féve, compuesta por unos noventa caballeros del Temple, más diez hospitalarios con su maestre Roger. Al amanecer del día 1 de mayo, ambos maestres y el mariscal se acercaron hasta Nazareth, donde reclutaron a otros cuarenta caballeros de la guarnición real. Entre caballeros y tropas auxiliares se juntaron unos quinientos guerreros, que se encaminaron sin demora hacia en El-Mahed, cerca de la aldea de Seforia (SAFFURIYA), al noreste de Nazareth. Allí, cerca siete mil mamelucos, árabes y kurdos, estaban abrevando sus caballos en la Fuente de Berro.

Los templarios, que salían desde una elevación, tenían la ventaja del terreno y de la sorpresa. Gérard de Ridefort quiso cargar inmediatamente contra los musulmanes, pero la diferencia de tropas era tan grande que el maestre del Hospital y el mariscal del Temple le aconsejaron la retirada. Sin atreverse a un enfrentamiento con Roger des Moulins, Gérard se encaró groseramente con su mariscal, Jacques de Mailly, increpándole:

- Hablaís como un hombre que desea huir; amáis demasiado esa rubia cabeza, que tan bien la quereís guardar....

Pero el mariscal le respondió profético:

- Moriré frente al enemigo como un caballero de bien. Sois vos quien volverá grupas como un traidor.

Lleno de ira, el orgulloso maestre le volvió la espalda,le dio la orden y se lanzaron a la carga. Dice el cronista que Jacques de Mailly, mientras galopaba hacia los musulmanes, le hablaba dulcemente a su blanco caballo:

- Rocín, buen compañero, he pasado muchas y hermosas jornadas cabalgando sobre tu lomo; pero el día de hoy las superará a todas, porque hoy me llevarás al Paraíso.

La batalla fue corta, en muy poco tiempo los francos resultaron diezmados a pesar de su empuje guerrero. Los últimos combatientes cristianos fueron un caballero del Hospital, de nombre ignorado, y uno templario, el mariscal Jacques de Mailly, quíen al ver a su compañero hospitalario finalmente abatido redobló su empuje y resistencia luchando como un torbellino. Primero sobre el caballo y luego a pie, su espada segaba, como si de trigo se tratase, las vidas de los enemigos que lo rodeaban. A la vista de este prodigio de valor, los musulmanes cesaron de combatirlo y formaron un círculo a su alrededor, ofreciéndole la vida a cambio de la rendición. Rechazadas tales proposiciones, como ofensivas para su honor, el templario acabó abatido por las flechas de los arqueros.

Mas como iban ataviado con las albas vestiduras de la orden y montado sobre su corcel blanco, al caer muerto, pero no vencido, los musulmanes irrumpieron en gritos convencidos de haber cogido al san Jorge de los francos. El cuerpo del templario fue asaltado por los mamelucos, quienes, presos de un terror reverente, se disputaron hasta el mas insignificante de sus despojos: ropas, armas, adornos, etc; como talismanes o reliquias. Hasta tal punto, que algunos se frotaban la cabeza con el polvo empapado en su sangre, como si de esta manera pudieran adquirir su bravura y valor. Enterado al-Afdal del prodigioso suceso, el hijo de Saladino ordenó se enterrase con toda dignidad el cadáver del templario y que, como signo de respeto por su valor, le sepultasen con su espada en la mano.

El resto, francos y templarios, incluso el maestre hospitalario Roger des Moulins, todos perecieron. Sólo tres caballeros del Temple escaparon con vida, uno de ellos fue Gérard de Ridefort, que, a pesar de estar gravemente herido, consiguió huir a uña de caballo hasta Nazareth. Por el camino, resonarían en sus oídos la proféticas palabras que Jacques de Mailly le dirigió antes de entrar en combate: "....Sois vos quien volverá grupas como un traidor".

El maestre Gérard, mortificado por las heridas y tal vez por la verguenza, se entretiene en el camino y la noticia del combate llega a Jerusalén, antes que él, por boca de sus compañeros. Los otros dos templarios supervivientes cuentan al convento lo sucedido y se produce tan gran consternación que, sin esperar el regreso del maestre, los caballeros forman un "comando" que regresó a la Fuente del Berro para buscar el cuerpo del mariscal. Allí encuentran su tumba, desentierran el cadáver de Jacques de Mailly y lo llevan a su Casa Madre de Jerusalén. En la iglesia poligonal de la Cúpula de la Roca, le rindieron honores y comenzó a ser venerado como héroe por los hermanos de la orden y como mártir por numerosos peregrinos. Astutamente Gérard consitió en todo, prefería tener al mariscal como héroe-mártir que tranquilizase su conciencia, pues los otros dos templarios supervivientes ya habían relatado a los hermanos la disputa entre Jacques y el maestre Gérard, así como la "profecía" sobre su huída en combate. Pero en cuanto se hubo repuesto del descalabro físico y moral, el de Ridefort volvió a las andadas. No sabía que su nuevo despropósito daría el respaldo definitivo a la santidad de Jacques de Mailly.

Yolanda de Jerusalém


 Yolanda nació en Andria, Italia, hija única de María de Montferrato, reina de Jerusalén, y de Juan de Brienne. María era la hija de la reina Isabel de Jerusalén de su segundo marido Conrado I, y heredera, a la muerte de su madre, del reino de Jerusalén. María murió poco después de haberla dado a luz, posiblemente por fiebre puerperal. Debido a esto, Yolanda fue proclamada reina de Jerusalén cuando sólo tenía unos días de edad. Debido a que su padre Juan no tenía una pretensión directa al trono, él gobernó como regente hasta su matrimonio.

Matrimonio de Yolanda de Jerusalén con Federico II.

Yolanda se casó con Federico II Hohenstaufen, emperador del Sacro Imperio, el 9 de noviembre de 1225, quien se había implicado en la Quinta Cruzada, enviando tropas desde Alemania, pero no consiguió acompañar al ejército directamente, a pesar de que lo incitaban a ello los papas Honorio III y más tarde Gregorio IX, pues necesitaba consolidar su posición en Alemania e Italia antes de embarcarse en una cruzada. Sin embargo, Federico de nuevo prometió ir a la cruzada después de su coronación como Sacro emperador Romano en 1220 por Honorio III.

Durante una reunión entre Juan de Brienne, el papa Honorio III y Federico II en la ciudad de Ferentino en 1223, el destino de Yolanda quedó decidido: Federico aceptó finalmente ir a la cruzada, pero solo como rey legítimo de Jerusalén, y esto sólo era posible si se casaba con la reina Yolanda; para entonces Federico era viudo. Este fue un plan del papa, quien esperaba que con este enlace comprometería firmemente al emperador en la quinta cruzada. El compromiso quedó confirmado, pero el emperador aún retrasó su partida hasta agosto de 1225, cuando él y Yolanda quedaron casados por poderes en la ciudad de Acre. Días después, Yolanda fue coronada como Reina de Jerusalén.

La reina ahora coronada fue enviada a Italia y se casó en persona con Federico II en la catedral de Brindisi, el 9 de noviembre de 1225. En la ceremonia, se proclamó como rey Federico de Jerusalén. Inmediatamente Federico II procuró que su suegro, Juan de Brienne, hasta entonces regente, fuera desposeído del cargo y sus derechos transferidos a él. A pesar de su nuevo cargo como rey de Jerusalén, Federico II siguió tomándose su tiempo para ponerse en marcha, y en 1227, fue excomulgado por el papa Gregorio IX por no cumplir con honor su voto de cruzado.

Muerte

Después de la boda, Yolanda fue recluida por su esposo. Pasó su tiempo en el harén de Federico en Palermo. En noviembre de 1226 dio a luz a su primer hijo, una niña (a la que algunas fuentes llaman Margarita) que murió en agosto de 1227.

Federico finalmente zarpó de Brindisi el 8 de septiembre de 1227 hacia Jerusalén pero enfermó en Otranto, donde Luis IV, landgrave de Turingia, había sido llevado a tierra. Federico pospuso el viaje mientras se recuperaba. Mientras tanto, Yolanda murió después de dar a luz a su segundo hijo, un niño, Conrado, en Andria, Bari, el 25 de abril de 1228. Está enterrada en la catedral de Andria. Federico finalmente embarcó para Jerusalén el 28 de junio.

Federico II reclamó el reino de Jerusalén a la muerte de su esposa. Aunque se coronó a sí mismo como rey de Jerusalén en la Iglesia del Santo Sepulcro el 18 de marzo de 1229, gobernó como regente en nombre de su hijo, estableciendo una tregua con los musulmanes en 1229 durante la Sexta Cruzada.

jueves, 20 de mayo de 2021

Padres del Desierto


 Aunque los Padres del desierto vivieron en el siglo IV, sus vidas y escritos siguen siendo una inspiración incluso para el mundo actual.

Muchos de sus dichos (o apotegmas o sentencias) fueron recopilados en una obra titulada "Los dichos de los padres", aunque el título varía según la edición. Esta obra, del siglo V, representa un pequeño muestrario de su profunda sabiduría espiritual. Presenta un inmenso tesoro de pequeñas frases con un enorme poder espiritual.

A continuación disponéis de cinco ejemplos de esos apotegmas para que os ayuden a mantener un buen espíritu.

Abba Pastor dijo: “Un hombre que enseña y no pone en práctica las cosas que enseña, es semejante a una fuente que abreva y lava a todo el mundo, pero que no puede purificarse a sí misma”.

Dijo abba Antonio: “Vi todas las trampas del enemigo extendidas sobre la tierra y dije gimiendo: ¿quién podrá pasar por ellas? Y oí una voz que me respondía: la humildad”.

Abba Pastor dijo: “Si alguien arroja una serpiente y un escorpión dentro de una vasija y la cierra, con el tiempo ellos desaparecerán por completo. Lo mismo sucede con los malos pensamientos: sugeridos por los demonios, desaparecen por la paciencia”.

Abba Amún de Nitria visitó a abba Antonio y le dijo: “Yo he trabajado más que tú, ¿cómo es que tu nombre es más grande que el mío entre los hombres? Le respondió abba Antonio: “Porque yo amo a Dios más que tú”.

San Epifanio dijo: “Es necesario poseer aquellos libros cristianos que se pueden adquirir. Puesto que la sola vista de esos libros nos hace remisos para el pecado y nos dispone a crecer más en la justicia”.

La Regla del Temple. Breve resumen de su estructura.

 


En los orígenes de la Orden, los caballeros templarios no necesitaban de unas normas muy complejas ni específicas, para su funcionamiento, puesto que los caballeros eran poco numerosos.

Pero al ir creciendo la Orden obligará a crear unas ordenanzas internas que regulen la vida en común de estos caballeros.

La primera Regla, o Regla primitiva, se concretará en tiempos del primer Gran Maestre, Hugo de Payns. 

Escrita en latín, la componían 72 artículos y fué aprobada en el Concilio de Troyes, en 1129.

Posteriormente la revisará Esteban de la Ferté, patriarca de Jerusalén. 

Ya, en el transcurso del maestrazgo de Roberto de Craon, la regla primitiva se traducirá al francés.

Según  Alain Demurguer la elaboración de la Regla templaria se compuso de tres fases:

En una primera época, las normas no estaban escritas y lo fundamental por lo que se caracterizaba era por los votos de castidad, pobreza y obediencia, 

También estaban bajo el mando del patriarca de Jerusalén  y unos elementos disciplinarios y religiosos, equiparables al de los canónigos que oficiaban en el Santo Sepulcro.

Una segunda etapa sería la del Concilio de Troyes. En éste se añadirán nuevas reglas: admisión en la Orden, reglamentaciones penales, etc., definiéndose con más claridad el carácter religioso de la Orden. 

En el Concilio de Troyes se aprueba, después de ciertas modificaciones, la Regla de la Orden  

El patriarca de Jerusalén añadirá luego 24 artículos y revisará una docena: destacan, entre ellos, la reserva de la capa blanca para los caballeros y la reglamentación de la presencia de clérigos, freires temporalmente en el Temple, etc.

A esta Regla se le añadirán, más adelante, más artículos o explicaciones, llamados “retraits”, que la complementarán. 

Los primeros están fechados en la época de Beltrán de Blanquefort, y se centran en   la jerarquía de la Orden; posteriormente, en 1230, y luego en 1260, se incluirán nuevos artículos, referentes a  la vida en los conventos, a la disciplina, a las sanciones o a la admisión en la Orden.  

Tantos nuevos añadidos llevarán a que la Regla llegue a tener 678 artículos, lo que obligará a redactar versiones reducidas, traducidas a lenguas vulgares.


La flor de Lis


La Flor de Lis roja:...Red del Grial.

Históricamente y en diversas culturas ha simbolizado siempre cualidades nobles o divinas: el honor, la realeza, la pureza, la generosidad, la perfección, la luz de la vida y la santísima trinidad. El loto o lirio estilizado, la flor de la luz y de la vida; la llama de luz y de la vida. ,,"Esos códigos secretos de sabiduría que se abrirán como una flor al atardecer, en la penumbra del misterio yacen los bien amados elixires de la vida eterna y los manuscritos de otra época, otra era...otra edad que no tiene misterios para el caminante que acepta su gracia.. su honor.. su misterio en la rosa y en la flor de lis..."...Curación - esperanza - gloria - pureza - esplendor - honor - inocencia - alegría - amor - unidad - justicia - renovación - perfección - sabiduría - luz - promesa - fuente de la vida - frater místico - fe - caridad - alianza - lealtad - fortaleza....

"Oh flor, alma secreta de la sangre de América y Europa..."

Claves de lectura y de búsqueda: *Flor de lis (sprekelia formosissima) - Roja. Se dice que la flor de lis roja brota cada 1000 años, en los fines y comienzos de milenio, los últimos 10 años y los 10 siguientes.

Del francés lis, lilium en latín/Lilium: lirio: "obstáculo para impedir el paso del enemigo"

En arábico "as-susa-na", Azucena.

*Forma heráldica de la flor de lirio que no existe en la naturaleza/figura geométrica estilizada de la flor de lirio.

En alquimia, según Fulcanelli, simboliza al Azufre filosofal. Código genético/geométrico.

Código liberador de implantes de los reptoides y otros seres ligados al poblamiento original del planeta.

Contiene los códigos genéticos del orden jerárquico de los tres mundos de manifestación (luminico/eléctrico; molecular/magnético y material/electromagnético), relacionados a su vez con niveles cósmicos, intraterrestres y terrestres.

Históricamente y en diversas culturas ha simbolizado siempre cualidades nobles o divinas: el honor, la realeza, la pureza, la generosidad, la perfección, la luz de la vida y la santísima trinidad.

Aparece de diferentes colores: blanca, roja, azul, celeste y dorada.

El loto o lirio estilizado, la flor de la luz y de la vida; la llama de luz y de la vida. Reina del cielo y la triple majestad de dios y de la trinidad. Para muchos autores es el equivalente en occidente de la flor de loto. Las diferencias radican en la cantidad de pétalos que posean y la simbología numérica.

Esencia floral de nueva generación.

En Egipto el lis simbolizó la resurrección y la vida, además de ser el atributo del dios Horus (mito de trinidad de Isis-Osiris-Horus).

Símbolo real desde la antigüedad, es decir, símbolo del hombre que está en contacto con Dios y es su "elegido".

Jesús alaba "los lirios del campo" en el sermón de la montaña a causa de su papel de confianza a Dios, confianza que nunca hace preguntas.

La Biblia señala que el lis formaba parte como adorno de los capiteles de distintas columnas del palacio de Salomón. Además tiene resonancias bíblicas, Abraham estaba rodeado de la flor de lis y simboliza el pueblo elegido de la humanidad.

Para el cristianismo significa amor puro y virginal, el arcángel Gabriel tiene un lirio en la mano, el padre José y los padres de María (Joaquín y Ana) también.

Para los templarios el lirio rojo significaba realeza, protección, linaje, pureza de sangre y de corazón.

Fue utilizado como signo y símbolo de la realeza, en los orígenes del medioevo por el noble Merovingio Clodoveo de Francia, rey de los francos, dice la leyenda que el ángel le dio la flor del lirio al rey. Fue un emblema de iluminación y atributo del señor. Escudo de los reyes de Francia desde 1179, de Luis XI y llegó al escudo de los Médici y de allí a los de Florencia y Toscano. También de los santos Luis de Francia y Luis de Tolosa. Como figura geométrica estilizada de la flor de lirio, se encuentra en la entrada de algunas capillas de Europa, representa al recipiendario "que llega al templo para su iniciación", según manifiesta José Felipe Alonso. El lirio es sinónimo de blancura, o sea, de pureza, inocencia y virginidad, siendo en la tradición bíblica símbolo de la elección, así como de sumisión plena a la providencia divina.

La Flor de Lis en América

La flor de Lis fue sagrada, como uno de los distintivos de Quetzalcoatl - para los Olmecas, Toltecas, Aztecas y Mayas - se la denominaba Omexóchitl que significa flor del atardecer o estrella vespertina. Su origen botánico es de México y Guatemala.

Quetzalcoatl: La deidad más influyente en la vida mesoamericana: el creador del hombre y su tutor; fue quien enseñó al hombre la filosofía de la vida y la forma de subsistir. Dios de la vida, de la sabiduría y del sacerdocio. Dios tutelar de Cholula y Xochicalco. Se le adoraba en múltiples lugares con diferentes nombres: Kukulkán, nombre maya que quiere decir Serpiente emplumada.

El planeta Venus...

Los mayas y otras etnias americanas prehispánicas le llamaban la flor del atardecer o estrella vespertina... estrella vespertina porque cuando estudiaban el planeta Venus, tenía una parte oculta. Las deidades de este planeta, los gemelos Quetzalcoalt y Xólotl, representan la dualidad que presenta el astro (estrella vespertina y lucero de la mañana). El primero de ellos, bajo esta advocación, recibe el nombre de Tlahuizcalpantecuhtli, el señor de la casa del alba:

Quetzalcoalt como símbolo del planeta Venus recorre el mundo subterráneo y sale airoso de las tenebrosas pruebas a que es sometido. Quetzalcóatl Topiltzin, rey de Tula, su imagen histórica, hace lo mismo y reitera un viaje verdaderamente subterráneo (o al inframundo) que incluye la embriaguez y el incesto –como símbolos de lo que está fuera o más allá de la ley – antes de su culminación como lucero del alba.,

El planeta Venus se encuentra más próximo al sol que la tierra, es apreciado como una estrella en los momentos en que su órbita lo permite. Cuando pasa delante del sol o detrás del sol, desaparece a la vista. Los pueblos indígenas lograron advertir la regularidad cíclica de sus movimientos, estableciendo varias asociaciones con el paso del sol, la luna y otros cuerpos celestes. Hicieron coincidir su presencia como estrella matutina con 8 lunaciones, contando la duración de cada mes lunar como de 29 y de 30 días en una secuencia tal que les permitía saber con mucha precisión los acontecimientos celestes que debieran ocurrir y además hacer las correcciones al manejo del tiempo, rectificando con regularidad las diferencias producidas entre los sistemas calendarios y la realidad de los cielos.

Los aportes de Trigueirinho sobre la flor de lis roja

El centro intraterreno vinculado a Fátima es un mundo paralelo al físico y puede expresarse en ambos hemisferios del planeta; puede además, tener prolongaciones, en forma de vibración y consciencia, en diferentes puntos del sistema solar e incluso más allá.

La contraparte interna de Fátima se denomina Lis. Lis es la conciencia de la virginidad y de la pureza, y por ello genera sin corromperse, asciende sin moverse, pues sus bases más profundas están en la inconmensurabilidad de la entrega eterna.

Como nada en la Tierra y en este sistema solar viven sin el espíritu del Amor, Lis es también candor y paz, fruto de la unión con ese espíritu. El centro Fátima reanima en los seres humanos el fuego del amor por la vida y revela que la energía suprema puede hacerla espejar Su faz. Este centro energético y espiritual es cándida presencia que cura el mundo herido y llega para recuperar el espíritu de donación que la humanidad perdió. Fátima da a los seres humanos la alegría de participar de una existencia en la que nada se olvida ni se deja de lado. Canal de las virtudes de la claridad y del equilibrio, facilita la ponderación en las acciones y la sabiduría en las decisiones. De su palpitar quedó excluida la violencia, de su expresión se borró la agresividad; escuela de la paz, prepara a los coligados con ella para convivir con realidades más amplias.

Lo que el ser humano ha vivido y que está registrado atávicamente en su código genético debe ser removido para que su conciencia interior se libere. Es allí donde el potencial de esta mutación es dinamizado, transformando e irradiando en la proporción y en la vibración adecuada para cada representante del reino animal. Mientras la conciencia recorre el camino terrestre, Lis es su guía y conductor. Cuando le es dado tomar los rumbos solares, lis la lleva hasta Mirna Jad; y si amplía y ahonda sus contactos internos, es recibida en Miz Tli Tlan. La energía de este centro está en conexión directa con un centro en el océano Pacífico situado entre Japón y Oceanía: Anu Tea. Este es un reflector de energías, un transmisor de ecos de Lis. Recibe su vibración y uniéndose a ella, la hace resonar en diversos tonos, que luego recorren el Hemisferio Sur., El centro intraterreno Fátima-lis se lo relaciona con los centros de América. La activación cono sur (despertar de la polaridad femenina del planeta-chacra cardíaco del planeta). "Perderse en cuestiones humanas significa fragmentar un campo de excelsa energía que gradualmente amplía las fronteras del mundo interior. Si se abren GRIETAS, no sólo será necesario esfuerzo para recomponer ese campo de energía, sino también cierto tiempo para que se elimine todo el conjunto de fuerzas antagónicas a la elevación que lo han penetrado.

Alcanza a la península ibérica (expresión externa: virgen de Fátima-Portugal), Francia (trabajo manifestado en Lourdes- Virgen de Lourdes)., En Francia, la energía de Lis penetró más profundamente en la época de la monarquía, y por eso se usó la Flor de Lis como símbolo de la realeza de ese país. Independientemente de otros significados, la Flor de Lis es un símbolo esotérico que actuó mucho a partir de los niveles sutiles de la consciencia, transmutando situaciones inarmónicas que podrían haber sido aún más trágicas. Lis-Fátima ejerce un papel importante en la miscegenación de las razas, en el sentido oculto del término y no en el genético-concreto.

Una de sus tareas es estimular internamente la formación de los patrones etéricos utilizados para plasmar los ropajes del nuevo hombre (surgimiento de 5º raza). Lis enseña que al espíritu le corresponde el servicio en el mundo espiritual; al alma, el servicio en el mundo intuitivo; al yo externo, el servicio en el mundo de las formas

La forma de la flor de Lis.

Cuando observamos la flor tiene la forma de una brújula, orientando hacia el lugar correcto, el norte, la rectitud, la orientación segura. De perfil parece un pájaro en vuelo, simboliza el ave Fénix, el principio de muerte y resurrección.

La paloma, el espíritu santo, Tiene 6 pétalos, 3 en la parte superior y otros 3 en la parte inferior, conforman dos tetraedros entrelazándose y simbolizando la correspondencia trinitaria entre cielo y tierra. La flor, en el centro de la unión entre la parte superior e inferior tiene un anillo o aro que representan la unidad y fidelidad entre el cielo y la tierra. El eje central, en forma de espada de dos filos, un arma de doble filo, nos recuerda cómo usarla y sus consecuencias. El pétalo central, superior representa al cielo, los deberes del cielo. El inferior central representa la tierra, los deberes terrenales. Los dos pétalos laterales superiores son los ojos de dios, con visión periférica, el estado de alerta y el balance de las fuerzas opuestas. Los inferiores, el de la derecha el cumplimiento del balance de las fuerzas opuestas y el de la izquierda recuerda el servicio al prójimo.

Acaso la flor de lis es un símbolo de los nuevos tiempos....de la nueva era, de lo que está naciendo y empezando a concretarse en nuestro querido planeta... Las nuevas ideas que estamos "pariendo, re-creando y co-creando", colocando en nuevas palabras que incluyen muchos conocimientos ocultos y manifiestos de la humanidad, y del universo. En realidad ya fueron creadas en el espacio- tiempo...en el devenir histórico de la humanidad y en otras dimensiones. En el maravilloso espacio interno del amor incondicional, de los seres de corazón puro. Son abstracciones, energías.

La flor de lis ES portadora de un mensaje: la promesa de que algo va a cambiar y que tiene la capacidad de expresarse en la humanidad... que ella comunique la buena ventura y sea vehículo de luz. ..Que represente la nueva alianza entre el cielo y la tierra del hombre, conectando el Cielo y la Tierra, y las diversas dimensiones.

Los cuatro votos Templarios

 Al igual que el resto de monjes medievales de la regla benedictina, los caballeros templarios juraban los votos de pobreza, castidad y obediencia, a los que además  añadían un cuarto voto: defender y conservar Tierra Santa a costa de su vida si era necesario. 

Compartían este cuarto voto con los cruzados con la diferencia de que para los templarios, era para siempre mientras que los primeros solamente mientras duraban las Cruzadas.

Pobreza: 


A pesar de este voto, los caballeros templarios podían poseer tierras y además, recibir diezmos por ellas. Esta característica resultaba muy atractiva para los nobles pues aunque hacían el voto de pobreza, podían tener tierras y servidumbre.

Castidad: 

Este voto era habitual en todas la órdenes monásticas. 

La mujer se llegó a ver como una tentación, culpable del pecado de Eva. 

Llegaba hasta tal punto que los caballeros templarios tenían prohibido incluso besar a su madre. 

Es más: no podían mirar el rostro de ninguna mujer a menos que estuviera plenamente justificado. 

A pesar de esto, muchos nobles casados y con hijos entraron a formar parte de la Orden del Temple, dejando a sus familias viviendo en una casa próxima a la que ocupaban ellos.

Obediencia: 

Los caballeros templarios debían acatar todo lo que su superior les ordenara pues se consideraba el representante de Cristo en la comunidad. 

En este caso, debían obedecer al Maestre de Jerusalén, y superiores en el mando.

La cueva de los Templarios


 Gracias a una madriguera se descubre la misteriosa cueva de los “Caballeros Templarios”, The Caynton Caves, en Shropshire (Inglaterra), cuya entrada era más amplia, pero en 2012 los dueños de la finca donde se encuentra el complejo la clausuraron para mantener alejados a los vándalos y practicantes de magia negra en su interior. No obstante hay otros accesos más angostos.

¿Por qué tanto empeño en meterse en un agujero para visitar una gruta? Las cuevas de Caynton son sorprendentes. Aunque se les llame cuevas, más bien es una especie de templo excavado en la roca. Las paredes están recubiertas de decoración y símbolos entre los que se aprecian algunas cruces, e incluso hay una especie de pila bautismal. Un agujero que aparentemente parecía una madriguera de conejo ha resultado conducir a un santuario subterráneo, la conocida como la cueva de los 'Caballeros Templarios'.

Curiosamente, una espada fue descubierta hace 30 años en estas cuevas, y ha sido identificada como una espada del siglo XIII que podría pertenecer a un miembro de la Orden templaria. Su dueño la encontró en las cámaras subterráneas artificiales a fines de la década de 1980, se la llevó a casa y la guardó. Sólo descubrió sus verdaderos orígenes cuando decidió enviar el objeto inusual a los subastadores locales para que lo evaluaran.

La Orden del Temple siempre rodeada de un halo de misterio.

Cristo de la Fortaleza


 El “Cristo de la Fortaleza”, procedente de la capilla templaria del Castillo de Ponferrada, es una talla de transición, más gótica que románica pero todavía con resabios del estilo precedente, que los expertos datan en el siglo XIII. Si tuviese cuatro clavos, en lugar de tres, podría pasar por tardo románica, pues además de la corona regia, no tiene el quiebro de cintura, ni la cabeza inclinada, ni el rostro dolorido. Encima no podemos fiarnos de su pintura, pues aunque lleva corona real, en lugar de espinas, su frente gotea sangre, obra seguramente de alguna “restauración” posterior que no tuvo en cuenta la contradicción que ello suponía. Si no hay corona de espinas no puede haber sangre… Ante este Cristo velaban armas los caballeros antes de profesar en la Orden del Temple, en la ceremonia de recepción juraban ante el relicario lignum crucis, con forma de cruz patriarcal, que hoy se guarda en el Museo de Astorga, y luego se ofrecían ante la Virgen de la Encina. Muchos y curiosos milagros tiene atribuidos dicho Cristo. 

Concilio de Clermont... el inicio de las Cruzadas


En noviembre de 1095, unos 300 clérigos se reunieron en concilio en la localidad francesa de Clermont. Sobre la mesa estaba, entre otras cuestiones, una petición del emperador bizantino Alejo I Comneno, que solicitaba ayuda militar contra los selyúcidas que amenazaban su imperio. El papa Urbano II, que presidía el concilio, lo cerró con un impetuoso discurso en el que exhortaba a los monarcas europeos a acudir en ayuda de sus “hermanos cristianos de oriente”, así como a hacer la guerra a los gobernantes musulmanes que tenían en su poder Tierra Santa y a liberar de su dominio los Santos Lugares en los que había transcurrido la vida de Jesucristo. Según la tradición, terminó el discurso con la frase que se convertiría en el grito de guerra de las Cruzadas: “Deus vult!”, “¡Dios lo quiere!”

La llamada a hacer la guerra en nombre de Dios podía resultar extraña en el seno del cristianismo, dada la lectura mayormente pacifista de los Evangelios, y Urbano II seguramente era consciente de ello. Aunque ya había habido guerras para convertir a pueblos “paganos”, estas habían sido libradas por líderes laicos, como la campaña de Carlomagno contra los sajones. Algunos papas ocasionalmente habían llamado a las armas, pero había sido para defender Roma de los ataques de ejércitos invasores.

El discurso de Clermont era muy distinto porque era un llamamiento directo de la máxima autoridad de la Iglesia católica a hacer la guerra, en territorio extranjero y contra un enemigo que, al menos en el plano territorial, no representaba una amenaza directa para Roma ni para la cristiandad occidental. Además, la llamada a ayudar a los bizantinos seguramente no habría parecido demasiado sincera ya que las relaciones con la Iglesia oriental no habían sido históricamente muy amistosas. Para persuadir a los caballeros cristianos de emprender una guerra semejante, descuidando en ocasiones sus propios problemas en sus feudos, hacía falta convencerles de que Dios realmente lo quería.

Para los cristianos de la Edad Media, el miedo al Infierno y al sufrimiento eterno era algo muy real, por lo que la búsqueda de la purificación del alma era un asunto de máxima importancia. Además, la guerra era la principal ocupación de la nobleza europea, así que la idea de la Cruzada no les resultaba extraña fuera cual fuese el motivo: con ella podían obtener la salvación haciendo lo que, a fin de cuentas, solían hacer contra otros enemigos. Y aunque no a todos les habría fascinado la idea, bastaría convencer a algunos monarcas para que los demás nobles situados por debajo de ellos en la pirámide feudal tuvieran que unirse también por lealtad a sus señores.

Para crear el clima propicio que justificase la expedición como una causa justa, Urbano II no dudó en exagerar las maldades que supuestamente cometían los musulmanes contra los cristianos en Tierra Santa, como destripar a los peregrinos para comprobar que no se hubieran tragado el oro y así evitar el pago a las autoridades, o destruir las iglesias indiscriminadamente. El objetivo era presentar al enemigo como un ser inhumano al que se podía y debía combatir sin ninguna piedad, y al mismo tiempo avivar el miedo a sufrir el mismo destino si se permitía que los selyúcidas llegasen a las puertas de Europa.

Aunque sí se habían producido en el pasado actos de violencia contra los cristianos, no había ninguno tan reciente ni tan brutal como para justificar la necesidad imperiosa de lanzar el ataque en aquel momento si no se había hecho en el pasado. Jerusalén llevaba cuatro siglos en poder de los musulmanes y el episodio de violencia más reciente y significativo se remontaba a hacía varias décadas, durante el reinado del fatimí Al-Hakim bi-Amr Allah, que pasó a la historia con el significativo nombre del “califa loco”, persiguió a la población cristiana y al que las propias fuentes musulmanas presentan como un tirano.

Que fuese el “momento adecuado” para lanzar la idea de la Cruzada se debía más bien a razones políticas; Urbano necesitaba reafirmar la autoridad del Papado como fuerza vertebradora de la cristiandad occidental frente al poder laico. Así lo señala Thomas Asbridge: “Convencidos de que su autoridad se sustentaba en el mandato divino, los reyes consideraban que entre sus responsabilidades estaba el cuidado y, de ser necesario, el gobierno de la Iglesia. Al mismo tiempo, la práctica totalidad de los obispos gozaba de algún grado de autoridad política derivada del hecho de ser grandes terratenientes, dotados de sus propias fortunas y fuerzas militares. Para poner freno a la independencia política de unas figuras tan poderosas, muchos reyes buscaron controlar la selección, nombramiento e investidura de los eclesiásticos dentro de sus reinos, pese a que, en teoría, esa era una prerrogativa papal”.

Las Cruzadas se enmarcan en este contexto de lucha secular entre dos fuerzas, la eclesiástica y la regia, cada una de las cuales creía firmemente en su derecho a ejercer la autoridad sobre la otra. Para el Papado, la llamada a la guerra santa no solo era un modo de reafirmarse como líder moral de la Europa cristiana, sino una excusa para etiquetar como malos cristianos a los monarcas que se negaran a participar, recurriendo incluso a la excomunión si era necesario.


La Espada Templaria



Templarios, orad a nuestro Señor la oración para consagrar tu Espada Templaria y te conceda la fuerza para poder empuñarla con dignidad, sabiduría y justicia.

Señor haz de mi espada luz, para los que te buscan, fuerza para los desalentados, esperanza para los oprimidos, misericordia para los arrepentidos, tormento para los perversos y justicia para los excluidos.

Señor, hazme digno de mi espada, que ella nunca sea desenvainada si no fuera para combatir el buen combate, que pueda con ella mutilar diariamente al demonio de mi ego para que, un día, pueda degollarlo definitivamente y entonces, Señor, pueda verte cara a cara y pueda ponerla a Tus santos pies como símbolo de la victoria sobre mí mismo y poder cantar junto con tus querubines la gloria de Tu nombre.

Caballeros y templarios, tomad la espada templaria, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día a día todas las tentaciones que os acechan y así arropados por la fuerza de vuestra fe, poder salir vencedor en todas las batallas que se os presente.

Templarios y caballeros, no todo lo que veáis debe ser realmente la verdad y esto puede llevaros a la confusión y al equívoco. 

El enemigo no es el que está frente a ti con la espada en la mano, es el que está a tu lado, con el puñal a tus espaldas. 

Sabemos que la bala fue siempre más rápida, pero la espada siempre fue más sabia y más justa, porque es la espada de Dios, la espada de la Justicia y de la Paz.



Caballeros y templarios, la espada templaria, que particularmente, se la asocia al rayo solar y al relámpago y derivada de este último, lo que se representa de modo sensible en la hoja ondulante de la espada flamígera. 

Esta espada templaria se relaciona con el fuego y es símbolo del poder espiritual, porque hay que ver la cruz y no la espada cuando hincas la rodilla en oración.

Caballeros y Damas templarias, hay que llevar la espada templaria con mucho honor, hay que creer en su poder, hay que orar y perseverar cada día. 

La perseverancia es una gran virtud que nos permite esperar con paciencia a que se cumpla todo lo que está en nuestra conciencia. así que, nunca te des por vencido antes de haberlo cumplido, y no importa las veces que falles, inténtalo una vez más, y cree en tu Espada Templaria porque siempre hay una nueva posibilidad de acertar. Intentar una vez más y nunca dejarse derrotar, con tu fe y la ayuda de la Espada Templaria lo conseguirás, para la mayor Gloria de Nuestro Señor.

Non nobis Domine non nobis, sed Nomini Tuo da gloriam

Los niños Templarios


En la villa aragonesa de Monzón (Huesca), su Plaza de San Francisco acoge el monumento dedicado al rey Jaime I el Conquistador  y a los Caballeros del Temple, obra del burgalés José María Casanova,  quien lo modeló, en 2003, utilizando gres con textura que asemeja  bronce.

Sobre  pétreo pedestal, se yerguen seis templarios dispuestos a la batalla,  armados con sus espadas, protegidos con escudos, cascos y cota de malla.  A sus pies, sentado, un niño sostiene el casco que hizo famoso al rey  Jaime I, con el mítico dragón por cimera. Más abajo, en mitad del  pedestal, sobre un entrante, está sentado otro niño, quien tañe con  gracia juglaresca un laúd.

Para  quien no esté avisado, tales niños pueden parecer extraños en dicho  monumento. ¿Serán escuderos del Temple, pajes de los caballeros?

La inscripción que acompaña el grupo escultórico, tampoco aclara gran cosa:

 "Año  1213. Muere el rey Pedro II en la batalla de Muret. La reina María de  Montpellier, es acogida en Roma por el Papa Inocencio III. Su hijo Don  Jaime, rey de Aragón y conde de Barcelona, es confiado a los caballeros  templarios del castillo de Monzón: el Gran Maestre Guillermo de  Montrodón, Juan de Miravell, Luis de Estemariu y otros, se ocupan de su  formación de caballero y de rey".

Dicho  texto, escaso y confuso, relata la historia de manera sesgada e  incompleta, sin acabar de aclarar quienes son esos niños y qué hacen  entre tan feroces gentes de armas.

Jaime I  nace el 1 de febrero de 1208, hijo del rey Pedro II de Aragón y María  de Montpellier. Pedro II muere en 1213, durante la batalla de Muret,  luchando contra los "cruzados papales" que invadían y se anexionaban  Occitania, con el pretexto de exterminar la herejía cátara. El rey  Pedro, se lanzó a combatir contra los cruzados porque esas tierras, del  país de Oc, eran feudo de la Corona de Aragón, y estaba obligado a  defender a sus vasallos, aunque algunos de ellos estuviesen considerados  como herejes. 

Singular detalle histórico omitido en la inscripción del monumento, quizá ¿por pudor histórico?

Jaime,  heredero del reino aragonés, había quedado "en prendas" del sanguinario  cruzado Simón de Montfort, a cuya hija había sido prometido en  matrimonio, como acto de futura paz entre ambos bandos. 

Ese  mismo año, muere la reina madre, refugiada en Roma bajo la protección  papal, la cual, en su testamento, confió el niño a la custodia del  Temple. Los nobles aragoneses, respaldados por los templarios  encabezados por el Comendador de Monzón, Guillèm de Montredón, Maestre  de Aragón, acuden al santo padre Inocencio III, para que interceda ante  su mercenario "cruzado", Simón de Montfort, a fin de que les devuelva al  príncipe Jaime y el reino no quede sin rey. 

En  1214, el cruel "cruzado", tras recibir toda clase de garantías de paz  por parte de los aragoneses, entrega el niño a los templarios. Unos  templarios, que en la sangrienta "cruzada" se han mostrado tibios,  cuando no claramente partidarios de los nobles occitanos y los herejes  cátaros.

Reunidas  las Cortes en Lleida, en el mismo 1214, el príncipe Jaime es jurado  como heredero, llegando a la Encomienda del Temple de Monzón en agosto  de tal año, cuando contaba seis de edad.

Para  que el forzado retiro le resultase más llevadero, trajeron para  acompañarle a un niño de edad similar, su primo, Ramón Berenguer V,  conde de Provenza, pues en aquella época dichas tierras pertenecían a la  Corona de Aragón (entre 1166 y 1246). Con Ramón, el príncipe  compartió estudios, ocios y trabajos, mientras ambos eran educados por  los caballeros del Temple, tanto intelectual como militarmente, según  correspondía a caballeros de su rango, al tiempo que estaban protegidos  del ambiente levantisco que asolaba el reino. Estos son los dos  infantes, representados en el monumento arriba citado.

Los  nobles seguidores de Jaime temían que el regente, conde Sancho  Raimúndez del Rosellón, tío abuelo del niño, y el abad de Montearagón,  don Fernando, tío del príncipe, pudieran coaligarse para controlar el  gobierno, incluso tal vez eliminar al joven heredero. Tales nobles,  dudando si los templarios se decantarían por los tíos del niño,  exigieron al Comendador, Guillèm de Montredón, que les entregase al  príncipe para mejor custodiarlo, pero los templarios lo retuvieron  alegando su tutela, según el mandato papal que vigilaba el legado  pontificio Pedro de Benevento. 

La  situación se puso tan tensa que, al temer el Comendador un intento de  asalto y rapto de los niños, por los nobles o los partidarios del conde o  el abad, trasladó a los infantes con gran secreto hasta la cercana  fortaleza templaria de Ontiñena, donde permanecieron durante seis meses.  Cuando el Comendador consideró pasado el peligro, los hizo devolver a  Monzón.

Durante  el verano de 1216, se enviaron mensajeros a los nobles de su bando,  Pedro Fernández de Azagra, Blasco de Alagón, Pedro de Ahones y Guillèm  de Cervera, entre otros, para que al cumplir el príncipe los nueve años,  acudiesen a Monzón para jurarle por rey. En septiembre aparecieron  todos ante los muros templarios, para hacer pleito homenaje y jurarlo  por su señor natural, en un espléndido acto celebrado en la capilla  románica de San Nicolás del Castillo.

Los  caballeros del Temple formaron un pasillo de honor, ataviados con sus  blancas capas de rojas cruces, alzaron las espadas y crearon un dosel  sobre la cabeza del príncipe. En la puerta de la capilla, el Comendador  Guillèm de Montredón, tomó la mano de Jaime I y lo condujo por la nave,  hasta dejarlo sobre un trono sito en el presbiterio. A continuación,  todos los nobles se llegaron a él, para arrodillarse, besar la mano del  niño rey y jurarle fidelidad.



En noviembre de 1216, el pequeño Ramón Berenguer partió hacia Provenza, para hacerse cargo de su condado, y afirma la Crónica que, el rey niño, Jaime I, lloró con gran sentimiento esa despedida. abrazado a su primo.

Atrás  quedaban largos días de camaradería, tediosas horas de estudio,  esforzados entrenamientos de armas, emocionantes investigaciones en la  biblioteca templaria, aventureras travesuras por las estancias y  subterráneos del castillo, o noches de serena contemplación del cielo  estrellado desde las almenas.

Por  fin, en junio de 1217, con nueve años y cinco meses de edad, Jaime I  salió de Monzón con sus partidarios, y una nutrida tropa templaria, a  reclamar de don Sancho y don Fernando, sus tíos, el gobierno de la  Corona de Aragón que ambos ejercían tiránicamente, pretextando la  minoría de edad de su sobrino. Y en septiembre de 1218, las Cortes  Generales de Aragón y Cataluña, lo declararon mayor de edad con tan solo  diez años. A pesar de haber pactado, con don Sancho, el fin de la  regencia, durante los siguientes quince años, tuvo que luchar contra los  levantiscos nobles, azuzados por sus tíos, lo que finalizó en 1227 con  la Concordia de Alcalá. 

El  "bon rei en Jaume I", jamás olvidó esta azarosa etapa de su joven vida.  Durante el resto de su reinado, conservó la amistad y el favor hacia  los Caballeros del Temple, otorgándoles numerosas mercedes y recibiendo  la ayuda militar de la Orden, en las campañas guerreras por las que  recibió el título de "el Conquistador". 


miércoles, 12 de mayo de 2021


 TERCIA DE ANDALUCÍA 

¿ERES O RESIDES EN ANDALUCÍA?

¿CONOCES LA ORDEN DE TEMPLE? 

¿QUIERES SER INVESTIDO CABALLERO O DAMA TEMPLARIA? 

ÚNETE A NOSOTROS Y FORMA PARTE DE LA BLANCA MILICIA DE CRISTO

Gracias a la labor de nuestros Hermanos, nuestra Orden, cuenta a día de hoy con implantación y representantes en los siguientes paises:

REINO UNIDO, FRANCIA, ALEMANIA, BÉLGICA, SUIZA, ISLANDIA, MONTENEGRO, MACEDONIA, MEXICO, VENEZUELA, COLOMBIA, CHILE, PARAGUAY, PERU, COSTA DE MARFIL, CUBA, ESTADOS UNIDOS, CANADÁ, REPÚBLICA CHECA, BOLIVIA, COSTA RICA, ARGENTINA, EL SALVADOR, GUATEMALA, BRASIL, ECUADOR, URUGUAY, PUERTO RICO, FILIPINAS, CONGO, GHANA, ZAMBIA, NIGERIA, TOGO, SUDAFRICA, EL LIBANO, PAKISTAN, HONDURAS, AUSTRALIA, ITALIA, PORTUGAL Y ESPAÑA. 

En ESPAÑA, sede del MAESTRAZGO INTERNACIONAL, estamos igualmente  presentes en:

COMUNIDAD VALENCIANA, MADRID, ISLAS BALEARES, ANDALUCIA, ISLAS CANARIAS, CASTILLA LA MANCHA, CASTILLA Y LEÓN, GALICIA, EXTREMADURA, ARAGÓN, PAÍS VASCO, MURCIA y CATALUÑA. 

Si deseas más información puedes contactar por privado o enviar un e-mail a la siguiente dirección de correo: colaboracionblog@hotmail.com

✠ ✠ ✠ NNDNN ✠ ✠ ✠

NON NOBIS, DOMINE, NON NOBIS, SED NOMINI TUO DA GLORIAM.


La estrella de David

 


Estrella de David es uno de los símbolos mas emblemáticos del pueblo Judío, aunque también ha sido adoptado en otras religiones como el cristianismo, islam y Hinduismo. Por su forma es conocida como Hexagrama o Estrella de Seis Puntas, la cual se forma a partir de la unión de dos triángulos equiláteros.

Aunque este símbolo se le atribuye principalmente al rey David es un emblema universal que posee unos orígenes remotos. No existe un momento preciso que determine cuando este símbolo empezó a utilizarse, ya que existen evidencias de su uso mucho antes que se asociara al Rey David.

Sin embargo el origen más aceptado de la estrella de David se remonta a relatos de los textos bíblicos, aquella historia de David contra el gigante Goliat. En la antiguas escrituras se relata que existía un Gigante llamado Goliat el cual era un Guerrero del ejercito de los Filisteos, ejercito de conquistadores que  tenían conflictos con los Israelitas que eran considerados el ejercito de Dios, por lo que Dios tuvo que intervenir para demostrar su poder, lo cual fue a través de David que era un pastor de ovejas de la tribu de Judá, al cual le asignó la misión de vencer al mejor soldado de los Filisteos que era Goliat.

Durante el enfrentamiento, el Gigante Avanzo contra David con una lanza y una Jabalina, sin embargo fue derrotado por David con una onda la cual logro alcanzar la frente del Gigante, dejándolo inconsciente al instante, para posteriormente ser ejecutado con su propia espada por parte de David, el cual era la voluntad de Dios para demostrar su poder.

Se dice que el rey Salomón logro grabar esa lucha entre David y Goliat en un anillo con un símbolo de Hexagrama, es por eso que la estrella de David también es conocida como el Sello de Salomón, que representa la lucha entre en el cielo y la tierra. Según los estudiosos, el signo de estrella de David o Hexagrama tiene un significado parecido al del ying y el yang, como representación de los opuestos, así como conexión entre el cielo y la tierra.

Estrella de David ¿Qué significa?

Resumiendo, la Estrella de David simboliza la conjunción de la energía del cielo junto con la energía de la tierra. Talismán protector y mágico, símbolo alquímico, emblema del fuego y del agua. El triángulo significa la sabiduría y la divinidad, el deseo de alcanzar a algo elevado.

-Las 6 puntas representan los seis días de trabajo, y el Hexágono del centro  es el día sábado, el día de descanso para el pueblo Judío .Existen muchos significados para cada una de las puntas de la Estrella de David. entre las más extendidas tenemos:

-En el Hinduismo la punta hacia arriba de la estrella es la representación de la parte masculina del ser supremo, y la parte que hacia abajo es el lado femenino. La unión de los triángulos interpreta que Dios no es hombre o mujer, sino que es un equilibrio de ambas cosas, es la perfección.

-También se dice que la Estrella de David, el triángulo superior representa la Santísima trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) que apunta hacia arriba, mientras que el triángulo inferior representa la trinidad humana (espíritu, alma y cuerpo) la cual apunta hacia abajo.

Sello de Salomón

Durante siglos, este emblema era conocido como Sello de Salomón (hijo del rey David) grabó la lucha entre David y Goliat en su anillo como un Hexagrama simbólico de esa energía y lucha entre cielo y tierra, en algunos textos se menciona que el anillo poseía propiedades mágicas. Posteriormente este símbolo se popularizó como Estrellas de David por los judíos.

Las 12 tribus del pueblo de Israel.

Los triángulos que forman esta estrella están invertidos, uno con el vértice hacia arriba y otro hacia abajo, por tanto la estrella se incrementa en 12 puntas, las cuales se dice que representan las 12 tribus del pueblo de Israel, los hijos de Jacob, el Patriarca, todas ellas encierran un espacio que representa la forma en la que acampaban los Hijos de Israel en el desierto.

Estrella de David para los Judíos

En el centro se encontraba el Santuario con los Levitas y Sacerdotes, a su alrededor las doce tribus en cuatro grupos de tres. Se dice que este símbolo fue tomado por los judíos, ya que durante la emancipación necesitaban una representación para el judaísmo.

Curiosidades

Este símbolo también es conocido como Khatam Suleiman para musulmanes, sin embargo para los judíos es de Jatam Sholomo.

Creencias

Este símbolo se asocia con el acercamiento espiritual a un ser supremo, es la conexión profunda de Dios con el pueblo Judío.

Usos

Este símbolo es usado frecuentemente en la construcción de joyas, ya sean pendientes, colgantes, y pulseras, tanto para mujeres como para hombres, se dice que otorga un acercamiento mucho más íntimo con Dios, que nos acerca espiritualmente a ese ser supremo que rige las leyes del universo.

Armonía y equilibrio

Estos dos triángulos unidos que forman la estrella, crean 6 pequeños triángulos y dicha unión crea una armonía entre hombre-mujer, lo divino en el hombre, el cielo y la tierra en armonía, el polo positivo y el negativo en equilibrio.

La Estrella de David y su relación con la Cábala

La Cábala es una disciplina que busca estudiar conceptos místicos complejos y como éstos se relacionan. También a través de ella se interpreta que la realidad está compuesta por dos fuerzas: el deseo de recibir y el deseo por otorgar, también conocida como el Creador. La cábala busca definir la naturaleza del universo y del hombre, la base y propósitos de su existencia a través de métodos que ayudan a entender estos conceptos y, por tanto, lograr un crecimiento espiritual. La estrella de David como símbolo en la cábala es de suma importancia ya que los dos triángulos entrelazados representan la relación recíproca entre el hombre y Dios. El triángulo que señala hacia a Dios representa las buenas acciones que los individuos pueden tener y el triángulo en sentido contrario corresponde a Dios y a su infinito amor que permite que su benevolencia fluya hacia nosotros.

¿Para qué se utiliza?

La estrella de David como talismán o amuleto se ha usado desde muy atrás en el tiempo, conecta a su portador con las energías positivas del mundo, símbolo protector contra lo negativo. Proporciona buena suerte y salud.

Cullá.. el último territorio Templario


 Culla, municipio situado en la comarca castellonense del Alto Maestrazgo, fue el último  que se adjudicó a la Orden de Temple en 1303, apenas unos años antes de su disolución.

 Hasta principios del siglo XIII estuvo en manos musulmanas, reconquistándose definitivamente en 1233 por Blasco de Alagón. Jaime I le donó la cilla y el castillo de Cuéllar en 1235.

 Era un lugar importante por su valor estratégico y el amplio territorio que controlaba. La Orden lo adquirió por 500 000 sueldos jaqueses.

El 1312 Clemente V disuelve la Orden y en 1317 sus posesiones en la Corona de Aragón pasan a pertenecer a la Orden de Santa María de Montesa, que conservó el señorío y el castillo hasta el siglo XIX.

Lamentablemente, el castillo está en ruinas, destruído durante las guerras carlistas.

Juan de Brienne


 Fue el benjamín la vástagos de Erardo II, conde de Brienne, e Inés de Montfaucon o Montbéliard. Pasó la mayor parte de su vida como un noble de menor importancia hasta hacer amistad con el rey Felipe II Augusto de Francia, quien hizo los arreglos para que se casara con María de Montferrato, la reina del Estado cruzado de Jerusalén, en 1210. Juan llegó a la ciudad palestina de Acre el 13 de septiembre de 1210, se casó con María al día siguiente, y fue coronado en Tiro el 3 de octubre. María murió en 1212, y Juan fue nombrado regente de su pequeña hija, Yolanda de Brienne, que heredó la corona como Isabel II. En 1214 Juan se casó con la princesa Estefanía de Armenia, hija del rey armenio León II, y después tuvo un hijo con ella.

Como regente, Juan arregló una tregua de cinco años con Al-Adil I, sultán de Egipto y Siria, en julio de 1212. Durante la tregua, persuadió al papa Inocencio III para poner en marcha la Quinta Cruzada en apoyo del reino de su hija. En 1218 se unió a las fuerzas cruzadas de Occidente en una expedición contra el puerto egipcio de Damieta. Después de una disputa con uno de los jefes de la cruzada, el legado papal Pelagio Galvani, Juan partió de Egipto en febrero de 1220, a donde regresó en julio de 1221 al presenciar la humillante derrota de los cruzados y el abandono del sitio de Damieta.

Estefanía murió en 1219; Juan luego se casó con Berenguela, hija de Berenguela de Castilla, y en 1225 dio a su hija Isabel en matrimonio al emperador del Sacro Imperio Federico II, tratando de conservar sus derechos como regente del reino de Jerusalén. Inmediatamente después del matrimonio, sin embargo, Federico comenzó a oponerse a estos derechos.

En 1228 Juan fue invitado a Constantinopla para ser regente y coemperador con el joven Balduino II y organizó un matrimonio entre este y su pequeña hija María. Coronado en 1231, Juan ayudó a repeler los ataques del zar búlgaro Iván Asen II y del emperador de Nicea Juan III Ducas Vatatzés, pero poco antes de su muerte se vio obligado a solicitar el auxilio de Occidente.

jueves, 6 de mayo de 2021

Cruces cruzadas siglo XII al XV

Estas son las cruces utilizadas por todas las ordenes cruzadas durante los siglos XII al XV. 

Obsérvese la evolución de la Cruz Paté o Patada, desde que fue concedida a los Templarios, a la evolución en los últimos tiempos en que se les da la forma recta a los límites trasversales de los brazos, a fin de hacerlos coincidir con los radios de un círculo en la que místicamente se la circunscribe para darle la gradación adecuada respecto al arco de la circunferencia que los traza. El comienzo de la aplicación de la geometría sagrada a una cruz católica singular.