jueves, 15 de abril de 2021

Rodrigo González de Lara. Un “espía” templario.

Un “espía” templario

El conde Rodrigo González de Lara (1078-1143), dio muestras a lo largo de toda su vida de ser un hombre sobrado de audacia. No en vano, tanto él como su hermano Pedro protagonizaron un sonado enfrentamiento con el mismísimo el rey Alfonso VII de León, apodado “el Emperador”. Algún tiempo después, sin embargo, Rodrigo González de Lara terminó convirtiéndose en aliado del rey, e incluso logró para él una notable victoria durante una arriesgada incursión en tierras sevillanas, ocupadas por la morisma. En agradecimiento por sus servicios, el “Emperador” le otorgó el cargo de tenente y alcaide de Toledo en 1132. Por desgracia, las buenas relaciones entre ambos duraron poco y, tras una nueva disputa, González de Lara rechazó su cargo y puso rumbo a Tierra Santa. Allí, según las crónicas, destacó de nuevo por hacer “cruel guerra a los moros y enemigos de la fe” y por edificar un castillo (castillo de Torón) fronterizo con Ascalon que después lo entregó a los templarios.

Un contemporáneo, Rorgo Fretellus de Nazaret, citaba al español como “un ferviente caballero de armas de los Macabeos (en referencia a los templarios)”. El castillo de Torón fue, posiblemente, una fortificación conocida como La tour des chevalliers (la torre de los caballeros), en la actual Latrun (a 15 kilómetros al oeste de Jerusalén). González de Lara se asoció con los templarios durante su estancia en Tierra Santa y les cedió el castillo. En aquel tiempo, el castellano estuvo acompañado por otro español, también templario, conocido como Pedro el Cruzado, hijo de un buen amigo, Munio Alfonso de Ajofrín. Algún tiempo después González de Lara regresó a la península; algunos autores señalan que ejerciendo de “espía” o informador del Temple, encomendándose al servicio de señores como García Ramírez de Pamplona, Ramón Berenguer IV de Barcelona y al final, con el príncipe de Balansiya (Valencia) donde, según las crónicas, los musulmanes después de varios días, …“le dieron un brebaje y cayó enfermo de lepra”..., decidió marchar de nuevo a Tierra Santa, donde terminó sus días víctima de la lepra.