viernes, 23 de abril de 2021

Los Cisterciences III. Monasterios en la Península Ibérica II


El Cister en la comunidad Valenciana

Tras la conquista de Baleares, Jaime I comienza la extensión hacia el sur sobre el reino taifa de Valencia. Entre 1233 y 1245 se produce la conquista de estos territorios, llegando hasta el limite acordado con la corona de Castilla (Alfonso X) que se acuerdan en el tratado de Almizra de 1244. El rey Jaime I es el que otorga a estos territorios la categoría de reino, permitiendo que disfrute de fueros y leyes espaciales, siempre bajo la autoridad del reino de Aragón. Durante años esto permite que convivan en el reino diferentes religiones y tradiciones, árabes, judías y cristianas que permiten mantener la productividad de las tierras recientemente conquistadas. Pedro III el grande sucede a Jaime I en el trono de Aragón, fue reconocido como rey de Sicilia y deja dos descendientes Alfonso II el franco que hereda la corona de Aragón y Jaime II el justo que es nombrado rey de Sicilia. La muerte prematura de Pedro a los 27 años convierte a Jaime II en rey de Aragón, conde de Barcelona y rey de Sicilia.

Los cistercienses en Valencia

El padre de Jaime I, Pedro II el católico, había cedido en 1208 a Guillem de Cervera el castillo de Benihassan, al ingresar el caballero en la orden del Cister en el monasterio de Poblet, dona Benifassà al monasterio. En 1233 Jaime I confirma la donación y establece que se funde allí un nuevo monasterio de la orden, por lo que ese mismo año se desplazan doce monjes de Poblet con su abad al frente a la Tiença de Benifassà y comenzarían la construcción del monasterio.

Según la tradición, Jaime II el Justo a la vuelta de una de sus campañas contra los musulmanes, al atravesar el valle antiguamente conocido como Alfàndec se dirigiera a su capellán el abad de Santes Creus en estos terminos "Vall digna per a un monestir de la vostra religió" a lo que el abad contestó "Senyor, vall digna". Este fue el inicio de lo que llegaría a ser un monasterio de gran importancia en el reino de Valencia y que se formaría con la salida desde Santes Creus de 12 monjes con su abad siendo el año 1298 el de su fundación.

Así pues los dos monasterios mas importantes de la comunidad valenciana pertenecen a la rama de Claraval..

Otros monasterios desaparecidos fueron los de Nª Sª de Montesa Concedido en 1319 por Jaime II , que establece en el recinto del castillo, perteneciente a la recién creada orden militar de Montesa, la existencia de un priorato cisterciense, la fortaleza fue destruida por el terremoto de 1748, pero se puede adivinar la planta de lo que fueron los edificio monacales.

En 1265 se funda a través de la esposa de Jaime I, Teresa Gil de Vidaura, un monasterio de monjas cistercienses El monasterio de la Zaidía o de Gratia Dei localizado en Valencia en el lugar denominado llano de la Zaidía, separado de la ciudad por el cauce del Turia. Fue demolido en 1809 durante la invasión francesa, fue reconstruido en 1879 y de nuevo derribado en los años sesenta del siglo XX trasladándose a la población de Benaguasil.

El Cister en Euskadi

Euskadi en los siglos XI al XIII

Durante el siglo XI Euskadi esta incluido en el reino de Navarra bajo el reinado de Sancho III el mayor. Los señores de los territorios de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya intenta mantener sus privilegios dentro del reino, produciéndose importantes tensiones, que terminan como vimos al hablar de la Navarra con la división del reino entre los hijos de Sancho III, su hijo García el de Nájera es nombrado heredero legitimo del reino, hasta que muere en la batalla de Atapuerca enfrentándose a su hermano Fernando I y es sucedido por su hijo Sancho, en aquel momento menor de edad. Las tensiones dentro del reino terminan con el asesinato de Sancho en Peñalén, hecho en el que los señores de los territorios vascos tienen gran protagonismo. Como consecuencia del vacío de poder que se produce, se divide el reino entre Aragón con Sancho Ramíro, incluyendo Pamplona y parte de Guipúzcoa, mientras a Rioja, Álava, Vizcaya y el occidente de Guipúzcoa se unen a Castilla bajo el reinado de Alfonso VI. Tras la restauración del reino de Navarra con García Ramírez, se produce la recuperación de los territorios vascos por el reino de Navarra

El Cister en Euskadi

El asentamiento de la orden en los territorios vascos es tardío y poco frecuente existiendo un solo monasterio de fundación ex novo como es el de Barría en 1232 y posteriormente el de Zenarruza que se une al Cister en fecha reciente, aunque su origen se sitúa en el siglo IX, el edificio actual es del siglo XV.

 

El Cister en Galicia

Galicia en los Siglos XI a XIII

Los monjes del Cister se asientan en Galicia en la segunda mitad del siglo XII, fundándose entre este y los primero años del siglo XIII, los trece monasterios de la orden en Galicia. Como ya hemos mencionado al hablar de la península en esta época y de Castilla mas concretamente, entre los años 1109 y 1126, se produce un enfrentamiento entre la nobleza y los poderes eclesiásticos por un lado, que apoyan a doña Urraca, cuyo matrimonio con Alfonso de Aragón parecía cerrar el camino sucesorio a Alfonso Raimúndez (futuro Alfonso VII) y por el otro un grupo de nobles que heredan la tradición de enfrentamiento a la monarquía castellano leonesa desde Fernando I y que se agrupan en torno a Alfonso Raimúndez para salvaguardar al menos sus derechos sobre Galicia. 

Fernando I había unificado los reinos de Castilla y León, tras vencer a Bermudo en la batalla de Tamajón, esto hizo que una parte de a nobleza gallega se sublevara contra el rey considerándolo un usurpador. El rey  Fernando sofoca la rebelión de los nobles gallegos y a muchos de ellos les confiscó sus bienes, entre ellos el monasterio de Sobrado que pertenecía a los condes Segeredo Aloitez y su mujer Adosinda. Tras esta represión el conflicto quedo soterrado, hasta que a la muerte del monarca surge el conflicto entre don García y su hermano Alfonso VI. La captura y prisión de don García desencadena una nueva revuelta en Galicia, dirigida esta vez por D. Rodrigo Ovéquiz y al parecer apoyado por el obispo de Compostela D. Diego Peláez. Esta nueva rebelión es sofocada, causando la deposición de Diego Peláez, pero dejando de nuevo un conflicto larvado, que volvería a aparecer tras la desaparición de Alfonso VI.

Como ya se ha comentado cuando se habla del Cister en Castilla, el reinado de Urraca y el fracaso de su matrimonio con Alfonso el Batallador, suponen una época de inestabilidad en toda Castilla con diferentes sublevaciones, como la de Santiago de Compostela contra el arzobispo Gelmírez y los diferentes cambios de posición de los diferentes protagonistas entre ellos los de la misma reina. Solamente el conde de Traba, Pedro Froilaz y el grupo que el encabeza se mantienen fieles a la figura de Alfonso Raimúndez  y a la defensa de sus derechos sobre Galicia. Finalmente será Alfonso el que se convierta en rey y lo será de Castilla y León y será nombrado Emperador. Al acabar la tensión entre la monarquía y la nobleza gallega se produce la devolución de los bienes como el edificio y propiedades abandonadas del monasterio de Sobrado a los hijos de Pedro Froilaz.

Galicia seguía siendo un territorio difícil para el nuevo rey, además de contar con las ideas expansionistas que Alfonso Enríquez tenía como rey independiente de Portugal. ¿Como conseguir la pacificación del territorio?, en primer lugar favoreciendo a los nobles que le habían apoyado, y en segundo lugar apoyándose en los monasterios como lugares de ordenación y control sobre el territorio. Los monasterios cistercienses, como ya hemos repetido eran capaces de vertebrar un territorio haciéndolo productivo y su falta de ambiciones en la riqueza personal o en el ámbito político les hacía aliados excepcionales, además eran capaces de asentarse en la áreas rurales alejados de las ciudades donde la jerarquía eclesiástica acumulaba riquezas y poder. A esto se une la desconfianza que Alfonso VII, tenía hacia la orden de Cluny, hasta el punto de que no les otorgó un solo privilegio durante su reinado. Tras Alfonso VII, su sucesor Fernando II sí se puede considerar el gran benefactor de la orden, la concesión de privilegios estaba encaminada a mantener a los monasterios alejados de la influencia de la nobleza laica y de la dependencia directa episcopal. A esta independencia de los nuevos centros monásticos se debe el éxito del Cister en Galicia. 

El Cister en Galicia

Parece que el primer monasterio cisterciense en Galicia fue el de Oseira , fundado en 1141, aunque algunos autores ponen en duda esta fecha trasladándola a 1148-1151, por lo que el primero sería el monasterio de Sobrado que ya existía previamente desde el siglo X, y se une a la congregación del Cister en 1142, existiendo carta fundacional. Cuando se haga referencia a cada uno de los monasterios se intentará establecer la cronología de ellos cosa que no es sencilla. Sobrado pertenece a la filiación de Clairvaux y es la primera casa en la península dependiente de esta abadía, sería seguida por Sao Joao de Tarouca en Portugal. La introducción de la orden se produce durante el reinado de Alfonso VII, pero serán sus sucesores, Fernando II y Alfonso IX, los que de un mayor auge al asentamiento de la orden por el número de filiaciones que se producen durante sus reinados, así como por la cantidad de privilegios que ambos les otorgan. A la muerte de Alfonso IX el panorama cambiará radicalmente, no produciéndose ninguna nueva donación, hasta que a finales de 1293 se producirá una nueva fundación, la de A Franqueira. Desde el reinado de Fernando III el papel político de Galicia pasa a ser muy secundario, por la expansión hacia el sur de la reconquista, lo que produce nuevas vías de financiación y de interés político, hace que el camino de Santiago, hasta entonces la principal arteria vital de los reinos cristianos, pierda su significación. Galicia limitada en su expansión hacia el sur por la existencia del reino de Portugal, inicia una decadencia en todos los niveles pero especialmente en el terreno artístico.

La orden cisterciense, apegada a una forma de vida feudal y de implantación rural, comenzará a verse sustituida por otras ordenes, las mendicantes, de asentamiento esencialmente urbano, que se adaptarán mejor a las nuevas formas de vida alrededor de las ciudades.

Todo esto da lugar a un paulatino declive de la Orden del Cister, que se mantendrá hasta el renacer que se produce tras las reformas introducidas por la Congregación de Castilla, que se separó de la congregación común de Citeaux, y que como veremos supuso un nuevo empuje de financiación de muchos monasterios que pudieron acometer reformas importantes, que en muchos casos, acabarán con las primitivas fábricas medievales siendo sustituidas por otras del gusto del barroco y del renacimiento.

El Cister en la Rioja
La Rioja durante los siglos XI al XIII

 Durante los siglos XI y XIII, la rioja es una zona fronteriza inicialmente con el Islam y posteriormente entre los reinos de Castilla, Aragón y Navarra. Las luchas iniciales para reconquistar el terreno de La Rioja serán a cargo del reino de Navarra, o mejor dicho de Pamplona, que durante años tendrá su capital en Nájera. La posterior expansión de Castilla a partir de Fernando I , someterá a estas tierras a la presión de su deseo de incorporarlas a la corona y por último las alianzas entre Castilla y Aragón, dejarán siempre en minoría y aislado al pequeño reino de Navarra.

El Cister en la Rioja

Los grandes monasterios de la zona, como San Millán de la Cogolla son ricos y poderosos, extendiendo sus propiedades hasta los pirineos. No será hasta bien entrado el siglo XII cuando se produzca la fundación del único monasterio cisterciense que se conserva en la rioja, el de San Salvador de Cañas. En esta época, la zona está incluida dentro de la corona de Castilla y como filial de su principal monasterio, fundado por Alfonso VIII el de Las Huelgas, nacerá este monasterio riojano. Es por tanto un monasterio femenino, que con múltiples vicisitudes ha conservado una comunidad de monjas hasta la actualidad. La rioja está además atravesada por el Camino Francés, de gran influencia durante la edad media, como flujo de penetración de las ideas renovadoras procedentes de Francia. Quizás la supremacía y riqueza de las abadías existentes y el hecho de la inseguridad de las tierras siempre sometidas a litigio fronterizo, impidió el asentamiento de nuevas comunidades del cister en la zona

El Cister en Madrid
Madrid en los siglos XI y XII

A raíz de la toma de Toledo en 1085, bajo el reinado de Alfonso VI, las plazas fuertes de Santa Olalla, Maqueda, Alamín, Canales, Talamanca, Uceda, Hita, Ribas, Guadalajara y el propio Madrid, capitularan sin oponer resistencia. Esto coloca a la ciudad de Madrid en zona fronteriza, sufriendo durante el siglo XI y el XII, las feroces embestidas de almorávides y almohades. A lo largo del siglo XI se construye la muralla cristiana. Es a comienzos del siglo XII cuando se inicia la colonización de la zona. Tras la victoria de las Navas de Tolosa por Alfonso VIII en 1212, desaparece por fin la presión musulmana, que permite a Madrid su expansión urbana y consolidación.

El Cister en Madrid

Solo se produce una fundación cisterciense en la zona, con el monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias, en una zona donde desde la época visigótica existía una importante actividad eremítica. Como consecuencia de esta actividad se organizó en la zona una comunidad benedictina, que dio origen la la denominación del valle Valdeiglesias, en el que una docena de eremitorios se agrupaban bajo la dirección de un abad. Es Alfonso VII, el que tras visitar la zona concede a los monjes el privilegio real para fundar un monasterio, lo que sucede en Toledo el año 1150, para lo que deben unirse en un solo grupo, denominado de Santa Cruz y someterse a la regla Benedictina, bajo el mandato del abad Guillermo. No se tienen noticias de si se llegó a realizar el deseo del rey pero en 1177, los monjes se incorporan a la orden cisterciense, bajo el reinado de Alfonso VIII, permaneciendo en esta observancia hasta su extinción.

El Cister en Navarra
Navarra en los siglos XI al XIII

El reinado de Sancho el Mayor, (1004-1035), es el acontecimiento mas relevante de la edad media en Navarra. Coincide con la desaparición del Almanzor y de su hijo y sucesor Abd-el-Malik (1008), con la disolución del califato y la aparición de multitud de reinos de taifas, enfrentados entre ellos. Esto produce una alivio de la presión que soportaban los reinos cristianos del norte peninsular y una inversión en la balanza del poder entre cristianos y musulmanes. Sancho, mediante una guerra localizada de aparición intermitente, consigue arrebatar territorios al reino de Zaragoza, consolidando una línea de castillos que van desde el valle de Funes, pasando por Sos y Uncastillo, llegando hasta Loarre, consiguiendo un avance de gran importancia estratégica , que se mantendrá hasta finales de siglo. Se recuperan también las tierras de Sobrarbe y el condado de Ribagorza. Cuando se produce el asesinato del conde García de Castilla, tiene que hacerse cargo del condado, pero sin llegar a ostentar el título de conde, que recalló con el consentimiento de los castellanos en su segundo hijo Fernando. Este monarca se preocupa además, de restaurar la vida monástica y eclesiástica, para lo que mantuvo relaciones con la abadía de Cluny, recibiendo del abad Odilón un grupo de monjes, que introdujeron o vigorizaron la observancia de la regla benedictina, en su versión cluniacense, en los principales monasterios del reino, San Juan de la Peña, Irache, Albelda y Oña, quedando las abadías sujetas a la obediencia de los obispos, siguiendo la norma de Cluny, y estos obispos nombrados por el rey.

A la muerte de Sancho, el reino se divide entre sus hijos, si bien es García el el de Nájera (1035-1054) primogénito legítimo, el que recibe el título de rey. Ramiro que era mayor pero de origen bastardo, recibió el condado de Aragón, Fernando el condado de Castilla, como ya se ha mencionado y Gonzalo las tierras de Sobrarbe y Ribagorza.

Ramiro aun sin título real, ejerció como tal en Aragón e incrementó su territorio, cuando al ser asesinado su hermano Gonzalo, los nobles del territorio le reconocen como nuevo señor hasta su muerte, cuando es sucedido por Sancho Ramírez . Cuando muere García en 1054, al enfrentarse en batalla con su hermano Fernando I en la batalla de Atapuerca, es sucedido por Sancho de Peñalén, en aquel momento de 14 años. Se producen entre los dos enfrentamientos que impiden progresar en la conquista de territorios. Sancho de Peñalén, sería asesinado en 1076, dejando descendencia menor de edad , pero el reino se divide en dos, una parte se une a Aragón con Sancho Ramíro , incluyendo Pamplona y parte de Guipúzcoa, y la otra que comprendía la Rioja, Álava, Vizcaya y el occidente de Guipúzcoa, se unen a Alfonso VI de Castilla.

Sancho Ramíro puede ostentar el título de rey de Pamplona y Aragón, lo que le permitió acabar las disputas entre ambos reinos, y le permitió expandirse hacia los territorios de los reinos taifas de Zaragoza y Lérida, siendo sucedido en esta línea por su hijo Pedro I (1076-1104), cuando muere en 1094 mientras cercaba la ciudad de Huesca, siendo su hijo el que conquistaría la ciudad, así como Barbastro. Pedro I moriría sin descendencia por lo que su corona se trasladará al hijo de un segundo matrimonio de Sancho Ramírez con Felicia de Roucy, Alfonso I el Batallador, que inicia la reconquista de Zaragoza recien ocupada por los almorávides, consiguiendo la rendición de la ciudad tras un asedio de siete meses, y tras ella fueron callendo, Tudela, Tarazona, Calatayud y Daroca. Al morir sin descendencia y como muestra de su espíritu de cruzado, lego en su testamento sus reinos a las tres órdenes militares de tierra Santa, San Juan de Jerusalén, el Temple y el Santo Sepulcro.

El testamento del Batallador , era en la práctica imposible de realizar, lo que causó un conflicto que se resolvió de manera distinta en Navarra y Aragón, como ya hemos dicho al hablar de Aragón, se nombra rey a Ramiro II el monje , mientras que los navarros nombran a García Ramírez el Restaurador, descendiente de la línea sucesoria de Pamplona pero bastarda. García Ramírez se ve obligado a prestar vasallaje a Alfonso VII de Castilla, cuando este acude en socorro de la ciudad de Zaragoza, acosada por los almorávides, recibiendo la ciudad como parte de este vasallaje. En 1136 la política de Alfonso VII da un giro total, el rey Navarro será desposeído del señorío de Zaragoza, que será ofrecido a Ramiro II, cuya hija petronila como ya se ha dicho al hablar de Navarra aportará esta a su unión con Ramón Berenguer IV. La situación de Navarra queda sin frontera con los musulmanes, aunque sigue participando en la reconquista, en unión de aragoneses y castellanos. Por otra parte desde la curia romana se sigue reivindicando el testamento del Batallador, por lo que no se reconoce la legitimidad de García.

A la muerte de García, su hijo Sancho VI el Sabio (1150-1194) recibe de nuevo las amenazas contra la independencia de Navarra. Todo el siglo XII será un prodigio de habilidad diplomática y de energía bélica frente a los dos poderosos reinos vecinos. La muerte prematura de Sancho III (1158) y la minoría de Alfonso VIII, sumen a Castilla en un período de inestabilidad que paraliza los planes expansionistas, al tiempo que la muerte de Ramón Berenguer, hacía lo propio en Aragón, dejando una coyuntura favorable para que Sancho VI recuperara territorios considerados propios y arrebatados como Álava, La Rioja, Miranda de Ebro, la Bureba, resistiendose las plazas de Calhorra y Nájera. Estas conquistas durarán poco pues serán recuperadas por Alfonso VIII.

Navarra y el Cister

La fundación del monasterio de Fitero por Alfonso VII en 1140 es quizás el primer monasterio de la península, seguirán otros como La Oliva (1149), Iranzu (1178), Leyre (1237) y Marcilla (1407). García Ramírez, será el continuador de la expansión cisterciense en Navarra, confirmando la cesión de terrenos y favoreciendo nuevas implantaciones

Los monasterios navarros y la Congregación Cisterciense de la Corona de Aragón

Tras la formación de la Congregación de la congregación aragonesa, los monasterios navarros intentan unirse a ella, evitando los deseos del rey, que era su unión a la Congragación Cisterciense de la Corona de Castilla, siendo autorizados por el rey tras un largo período, el 7 de octubre de 1632, en la reunión del capítulo aragones y fué confirmada por el Papa Urbano VIII en 1634.

El Cister en Portugal
Portugal en los siglos XI al XIII

Son los siglos en los que se fragua la identidad de Portugal como reino independiente. Durante la reconquista se produce la entrada de caballeros procedentes de otros reinos europeos, que con la atracción de la cruzada, se incorporan a los ejércitos castellanos, aragoneses y navarros, con el fin de ayudar en la guerra contra el Islam, y atraídos por la posibilidad de conseguir bienes y riquezas. Uno de estos caballeros, Enrique de Borgoña de ascendencia catalana, se casó con la hija de Alfonso VI, Teresa. En la dote de Teresa se incluyó el condado de Portugal que había sido arrebatado a los musulmanes. Por tanto Enrique gobernó el condado como vasallo de Alfonso VI. A la muerte de Alfonso en 1109, todas sus posesiones se traspasan a su hija Urraca, como ya se ha explicado cuando se habla de la historia de Castilla en estos siglos. El reinado de Urraca es un continuo surgir de conflictos e inestabilidad política, que aprovecha Enrique para invadir León con el objetivo de anexionarlo. Enrique muere en 1112 sin que el conflicto se haya resuelto y deja a su mujer Teresa, al frente del condado, mientras se alcanza la mayoría de edad de su hijo Alfonso. Teresa continua su enfrentamiento con Urraca hasta que en 1120, es derrotada y capturada, negociándose un tratado de paz, que liberando a Teresa, que permanecerá gobernando, convertirá el condado en un feudo de León, incluido en el reino de Galicia. En 1128, como consecuencia de un nuevo enfrentamiento con el reino de León, su poder es revocado y marcha al exilio, dejando a su hijo Alfonso Enriquez como conde.

Alfonso Enriquez (Alfonso I) 1109-1185

El nuevo conde comienza múltiples campañas que le enfrentan tanto a los musulmanes como a los cristianos de los reinos de Galicia. Tras doce años de guerras se firma la paz de Zamora en 1143, en la que se reconoce Alfonso I como rey independiente de Portugal. Consigue importantes éxitos en su enfrentamiento con los musulmanes, como la de Ourique, al año siguiente sufre una derrota que apunto está de causar la caída de su capital, Coimbra. El 25 de octubre de 1147, se produce la conquista de Lisboa tras el asedio de la ciudad. En 1171, delega en su hijo Sancho y sufre pérdidas territoriales ante el empuje de los almohades, que no pueden recuperar Santarém ni Lisboa. En 1179 el papa Alejandro III reconoce en la bula papal Manifestis probatum, a Portugal como nación independiente. Alfonso murió el 6 de diciembre de 1185, dejando su territorio entre el Mondego y el Tajo, había creado la armada portuguesa y había iniciado una estrecha colaboración con las ordenes militares del Temple y Hospital, que en el futuro proporcionarían al reino poder y conquistas.

Sancho I 1154-1212

El reinado de Sancho, fue inicialmente de enfrentamientos con almohades y con Alfonso IX, con diferentes alternativas de victorias y derrotas, y una segunda parte, a partir de 1201, en la que se consiguió un período de paz y bienestar que permitió la colonización de los nuevos territorios por lo que se le conocería como "el Repoblador". En 1210, repartió el reino entre sus hijos y se retiró al monasterio de Alcobaça, hasta su muerte en 1211.

Alfonso II 1185-1223

Conocido como el Gordo, se enfrentó con sus hermanos por los territorios de su padre, terminando con el exilio de la mayoría de ellos en Castilla. Fue un reinado pacífico en el que se consolida el territorio y se promulgan las primeras leyes del reino. Intenta disminuir los privilegios obtenidos por la iglesia, como consecuencia del reconocimiento del reino en tiempos de Alfonso Enriquez, lo que provoca un enfrentamiento con el papa, que termina con su excomunión. Su tumba está en el monasterio de Alcobaça

Sancho II 1207-1248

Su sucesor Sancho II, se enfrenta durante su reinado a varios conflictos con la iglesia y los obispos del reino y a la impopularidad de su matrimonio con una castellana, Mencía López de Haro, que terminará en una sublevación encabezada por su hermano Alfonso, que apoyado por el papa, entrará en Lisboa en 1146, obligando al rey a refugiarse en Toledo donde morirá.

Alfonso III 1210-1279

El nuevo rey, Alfonso III, se ocupa de afianzar el poder central de la corona y termina la reconquista del Algarve, último reducto musulmán, pero esto hace surgir un conflicto con Alfonso X, que termina con el casamiento de Alfonso con Beatríz de Guzmán hija ilegítima de Alfonso X, y con el reconocimiento del Algarve como un feudo de Castilla. De nuevo surge un conflicto con el papa, pues Alfonso estaba casado con la condesa Matilda de Boulogne, hasta que el rey reúne las cortes en 1254, participando por primera vez representantes de las ciudades en igualdad de condiciones con los representantes de la nobleza y el clero. Las cortes ofrecen al rey un apoyo importante lo que refuerza su poder y le permite enfrentarse al interdicto del papa, lo que produce un período de sufrimiento de los eclesiásticos del reino, que termina con la legalización del nuevo matrimonio por Urbano IV, lo que permite a su vez legitimar a su hijo mayor Dionisio. Alfonso muere en 1279 siendo sucedido por su hijo. Es enterrado en el monasterio de Alcobaça

Don Dinis (DIonisio) 1261-1325

Proclamado rey en Lisboa en 1279, parece que fue el primer rey no analfabeto de Portugal y pasa a la historia con sobrenombres como "El Labrador" por el impulso que dio a la agricultura durante su reinado, o el "Trovador" por haber compuesto la "Cantigas de amigo". Nada mas ser proclamado rey procuro apaciguar el conflicto existente con la iglesia, firmando un tratado con el Papa Nicolas III. Salvó a la orden de los Templarios creando la Orden de Cristo que heredó todos los bienes existentes en Portugal. Fue un reinado de gran producción legislativa y en el que la capitalidad de Lisboa se asienta. Firma un tratado con Castilla (Alcanises 1237) que permite una paz duradera entre los dos reinos. A el esta dedicado el claustro de Alcobaça, llamado claustro del silencia o de don Dinis. Sin embargo está enterrado el el convento de Don Dinis en Odivelas

El Cister en Portugal

El primer asentamiento de los monjes del Cister en Portugal es en Sao Joao de Tarouca, donde existía un eremitorio que seguía la regla de San Benito. Recibiría un grupo de monjes de Clairvaux de la que será filial,como todos los monasterios portugueses, probablemente entre 1143 y 1144. Una hija de Sancho I, Mafalda, tras resolver un compromiso matrimonial, profesará como monja del Cister, en el monasterio de Arouca, llegando a ser Beatificada. Como en los demás reinos peninsulares existe una estrecha relación entre los monasterios y los reyes y la nobleza de Portugal, así mismo se aprovechara la experiencia colonizadora de los monjes para hacer productivas las nuevas tierras. Así el monasterio de Alcobaça, quizás el mas poderoso de Portugal, se funda a partir de donaciones de Alfonso Enriquez. Hasta la exclaustración de las ordenes religiosas decretada el 30 de mayo de 1834, se mantendrá la actividad de las comunidades cistercienses. Llegará hasta nuestros días en diferentes estados, unos íntegros (Alcobaça), y perfectamente restaurados y conservados, otros convertidos en alojamiento hotelero, y otros en ruinas.