miércoles, 28 de abril de 2021

La Orden del Temple en Vigo


 Con el asentamiento principal en Coia, Castrelos y Bembrive forman los otros dos vértices del dominio que  la Orden ejerció en el siglo XIII, tal y como recoge en su estudio, Venancio R. Riobo, caballero del Templo de Jerusalén

 La Edad Media es el periodo menos conocido. Esa laguna de datos podría explicarse con la interpretación de las fuentes que realiza Venancio R. Riobo, una investigación que se recoge en “Guía templaria de Vigo” (Edición Sator, 2021), donde establece el actual territorio vigués bajo el dominio templario a partir del año 1200. “Presenta datos de interés arqueológico, historiográfico y simbólico sobre la Orden Militar del Temple en Vigo; amplía la lectura simbólica del románico gallego, poniendo como ejemplo las iglesias templarias de Vigo”, asegura. La caída en desgracia de los templarios, en el siglo XIV, estaría detrás de la falta de documentación de este periodo.

Según los datos aportados por R. Riobo, los centro neurálgico del poder del Temple en Vigo formaría un triángulo entre Coia, Castrelos y Bembrive. “Entre ellos se establecían ejes de comunicación, donde aún se sitúan los puentes medievales que se conservan, el de Sárdoma y el de Castrelos y hasta cinco torres de protección, como la de Lavandeira, en Castrelos, que vigilaba la entrada a Coia”, puntualiza.

Aunque reconoce su presencia en Sárdoma, Teis o Lavadores, el ente principal desde donde administraban el sur de Galicia, la “bailía’, se situaba en Coia, concretamente en la antigua iglesia de San Martiño, hoy sustituida por una construcción moderna. Estaba en lo alto del núcleo más poblado del momento, Castro Castrillo. Por comparación con otras similares, Riobo reinterpreta la estela grabada en piedra reutilizada en el muro de una vivienda cercana, dos cazoletas de círculos concéntricos y la estrella de cinco puntas como las fases de la vida y la vía iniciática. También próxima al templo se localiza una losa con la estrella de David, flanqueada por bolas, lo positivo y lo negativo en los elementos. En la parte trasera de la nueva iglesia se conserva una cruz lobulada de Jerusalén.

En Santa María de Castrelos y Santiago de Bembrive, señala símbolos e iconografía propios de la Orden que identifica con otras documentadas en Tomar o Évora. Marca la geometría arquitectónica utlizada por el Temple, a base de círculos concéntricos. Además en Castrelos destaca la alternancia de los muros decorados con los limpios y en Bembrive, la presencia de los músicos constructores en las esculturas de las fachadas.

La guía relaciona los restos templarios a las rutas del Camino de Santiago.