jueves, 15 de abril de 2021

La capilla de Rosslyn


Sir William Sinclair comenzó en 1450 las obras de lo que él quería que fuera el Templo de Salomón. Su muerte en 1484 dejó reducida a esta pequeña capilla de Rosslyn todos sus sueños. Sin embargo se trata de uno de los templos más complejos de analizar y entender, pues encierra una compleja ornamentación. A Rosslyn llegaron maestros artesanos expertos en carpintería, vidrieras y talla de piedra, y levantaron un templo gótico, que aunque no llegó a ser su sueño, sí fue suficiente para despertar el interés de generaciones de visitantes, atraídas precisamente por ese mensaje simbólico aun sin descifrar. Y lo que no se puede explicar entra en la leyenda, en la mística de lo incomprensible.


El famoso Pilar del Aprendiz, que durante la ausencia del maestro cantero, fue tallado por una aprendiz en un rapto de inspiración. Le costó la vida. Las obras, se alargaron durante cuatro décadas debido a lo complejo de la decoración interior y el conde murió sin haberlas visto terminadas. Cada paso en la capilla encierra una trama, un enigma que invita a ser desentrañado. Decoración y simbolismos templarios y masónicos, conviven con escenas bíblicas, e imágenes paganas, como los Green Man.



Hay grabados de mazorcas de maíz en el marco de una ventana, maíz que aun tardaría en llegar de América y ser conocido en Europa. Dragones nórdicos, más de cien tallas de la figura pagana del hombre verde, escenas bíblicas y figuras cristianas extrañas y especies vegetales como el aloe vera y el trillium, oriundas de Norteamérica y Asia. Finalmente, la leyenda dice que sir William construyó la capilla para esconder los tesoros templarios tras la desaparición de la Orden, incluidos el mítico Grial, incluso la cabeza embalsamada de Jesús. La simbología repartida por el lugar, además de caballeros templarios inscritos en pilares y losas, incluye Los 'Hombres Verdes' habituales en muchas iglesias medievales, y que simbolizan la bondad y la fertilidad de la naturaleza.

Ya llevaba decenios abandonada, invadida por la vegetación, cuando el poeta William Wordsworth escribió en 1831, luego de observar como la vegetación había invadido el interior de la capilla cuando ésta se encontraba en ruinas:

“…sin embargo, en el Templo son un nicho amigable

comparta con sus esculturas compañeras, exuberancia verde,

copie cada vez más su belleza y predique,

aunque mudo, todas las cosas fundiéndose en una.”


Hoy día es un lugar de culto respecto a lo enigmático.