lunes, 19 de julio de 2021

Cátaros. La Cruzada contra los cristianos I

 


CÁTAROS; El pensamiento de los Caballeros Cátaros de la Sangre Real 

Alrededor del año 1000 una religión surge en un país llamado Occitania, religión que creía en la libertad de los pueblos y sus creencias, estos dogmas contrarios a la iglesia católica que imponían los prelados de Roma, los cátaros instauraron en occitania la tolerancia, frente a la intolerancia de la iglesia católica. Inocencio III junto con Philippe Augusto iniciaron lo que se llamó la guerra santa contra los Cátaros, primera cruzada contra un pueblo cristiano, que se convirtió en una guerra de conquista, un millon de muertos. Las consecuencias las estamos pagando aún hoy, el Papa instauró el sistema de, el fin justifica los medios, en este caso es el poder y el dinero.

Durante 35 años los defensores de la civilización occitana contuvieron como pudieron los asaltantes venidos del norte de Francia, 35 años de dolor y de masacre que cayeron sobre el país de Occ, un país de trovadores y de amor cortes.

Al final consiguió una guerra injusta que occitania en 1244 se anexionara al Reino de Francia.

No era suficiente con la Cruzada contra un pueblo cristiano, se tenia que terminar con el germen. Y para eso la Iglesia Católica creó la maquina de matar mas terrorífica que nunca existió hasta nuestros días, la Inquisición. Esta es sin duda, una maquina preparada para exterminar el catarísmo. Maquiavélicamente diseñada por el Papa y los prelados Católicos que, durante siglos fue usada por la Iglesia Católica y otras contra cualquier dogma que se separara del ORA, PUGNA ET LABORA.

La sangre de nuestros ancestros vertida por defender nuestra libertad, riega las sillas de los historiadores, quienes con vergüenza tratan de suavizar la cruenta realidad de la historia, ante la resistencia por el amor a la vida, por el amor a una iglesia, por el amor a la igualdad, y por el amor a un país, Occitania.

Que Dios les perdone sus pecados si es que estos tienen perdón, ahora después de ocho siglos, justo desde que desapareció la última Iglesia Cátara, el Laurel vuelve a florecer y la esperanza del catarísmo es una realidad.