jueves, 22 de julio de 2021

La Catedral de Chartres

 


La magnífica catedral del siglo XII de la ciudad de Chartres, al norte de Francia, es un antiguo enigma. Aún en épocas precristianas, los druidas (sacerdotes celtas de Galia y Britania) fundaron en Chartres una universidad para difundir sus enseñanzas. Obedeciendo a una visión profética, esculpieron en madera la estatua de una virgen y un niño, a la que llamaron la “Vírgen bajo la Tierra”. Descubierta por los cristianos en el siglo III, la veneraron como la “Virgen Negra”, pues se había oscurecido con el tiempo. Se inició así la tradición de erigir en ese lugar sagrado iglesias en honor de Nuestra Señora; la obra maestra gótica que conocemos es la culminación de todas ellas. Abundan las teorías sobre la inspiración de la catedral. Según la leyenda, los caballeros templarios originales obtuvieron en Oriente avanzados conocimientos arquitectónicos, con los que fue posible construir el templo. Persuadidos por Bernardo de Clairvaux, fundador de la orden monástica cisterciense, nueve caballeros franceses abandonaron sus posesiones materiales para ir en busca de los “secretos” supuestamente ocultos en el Sagrado Santuario bajo las ruinas del templo de Salomón, en Jerusalén. Durante su búsqueda de 10 años se sospechó que los caballeros se habían iniciado en el ocultismo. A su vuelta a Francia en 1128, se rumoreó que habían encontrado el arca de la Alianza, cofre que contenía los secretos de la ley divina referentes a números, pesas y medidas, entre ellos el Número Dorado (1,618). La escala 1:1,618, Sección o Proporción Dorada, era considerada de especial valor estético y rigió en gran medida el arte y la arquitectura del Renacimiento, así como las de períodos posteriores. El retorno de los caballeros coincidió con el florecimiento de la arquitectura gótica en Europa, de modo que la construcción de la primera catedral de Chartres comenzó seis años más tarde. En tres décadas, mamposteros, vidrieros, escultores, geómetras, astrónomos y otros artesanos crearon un templo inmenso, cuyas proporciones, orientación, posición y simbolismo han estimulado desde entonces la imaginación de sus visitantes, y confortado su espíritu. El “centro sagrado” de la catedral descansa entre el segundo y el tercer vano del coro. Allí se alzaba originalmente el altar. A unos 37 m. debajo se sitúa el nivel del agua en el pozo de los druidas. El pináculo de la bóveda gótica de la catedral se levanta exactamente a la misma distancia sobre el centro sagrado. A partir del año 1130, en Europa irrumpe el estilo gótico. El gótico no es una evolución del románico, aparece de repente y casi siempre en las abadías cistercienses. Si el románico llega a su plenitud después de múltiples mejoramientos a partir del estilo romano y bizantino, el gótico surge de golpe, completo y total. Aparece después de la primera cruzada y especialmente tras el retorno de los Caballeros Templarios con su secreto. ¿Un secreto concerniente a la utilización sagrada, y por así decirlo mágica, de la arquitectura? Invito a profundizar y saquen sus conclusiones.