En la Edad Media, los CABALLEROS que lo solicitaban, bajo las condiciones y el correspondiente juramento eran INVESTIDOS con el manto TEMPLARIO.
El título entonces, no es CABALLERO TEMPLARIO, sino CABALLERO **Y** (además) TEMPLARIO.
Al Caballero, el Maestre de la Orden, o Comendador posteriormente con la expansión de la misma, y por delegación expresa del Maestre, le imponía el manto Templario como señal de acogida en la Orden, tras lo cual recibía el triple (En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo) beso y abrazo, por parte del oficiante.
Nadie podía ser armado Caballero Y Templario, sin antes ser Caballero ( por los menos al principio del caminar de la Orden), por lo que ningún Sargento o Turcopolo podía ser Caballero por carecer de tal grado de nobleza.
Además, se da la circunstancia de que los CABALLEROS, podían pertenecer a varias órdenes al mismo tiempo (dependiendo de la Orden, no asi en el Temple), ya por herencia familiar, ya por haberlo solicitado, merecido y acreditado así.