lunes, 15 de febrero de 2021

Principales Bulas papales otorgadas al Temple ( III ) Milites Templi 1144


Milites Templi (en latín, "soldados del templo") fue una bula papal emitida por el Papa Celestino II en 1144. Ordenó al clero proteger a los Caballeros Templarios y animó a los fieles a contribuir a su causa. Permitió a los Templarios hacer sus propias colectas una vez al año, incluso en áreas bajo prohibición . Esta es una de las bulas papales más importantes relacionadas con el Templo, y junto con Omne datum optimum (1139) y Militia Dei (1145) forma la base de la futura riqueza y éxito de la Orden. 

Por la bula Milites Templi, se concedió a los templarios el derecho a realizar colectas y recibir donaciones. Asimismo, por sus servicios obtuvieron más posesiones, llegando en Aragón casi a monopolizar el próspero comercio de la sal. De esta forma, a las generosas donaciones recibidas se sumó el producto de recursos financieros propios, lo que permitió a la Orden incrementar notablemente su patrimonio por medio de compraventas y permutas. Al igual, llevaron a cabo puntuales transacciones, que pueden resultar incomprensibles desde un punto de vista puramente mercantil, pues en ocasiones entregaron ricas heredades agrícolas a cambio de yermos y abruptos enclaves sin aparente valor económico y estratégico, que, sin embargo, para los templarios tenían un gran significado místico en el orden . En la mayor parte de estos enclaves construyeron pequeños cenobios y ermitas que servían para cristianizar —o re-cristianizar, según el caso— lugares sagrados desde tiempos inmemoriales, a la par que constituían ideales retiros temporales o definitivos —así lo eran para templarios enfermos, ancianos o lisiados de guerra— donde observar la faceta contemplativa y estrictamente monástica de la Orden; faceta que nunca perdió.