viernes, 5 de febrero de 2021

El Hombre verde


El Hombre verde (Green Man), tan representado en muchas de nuestras iglesias y catedrales medievales, es una figura compuesta de la unión de hombre y planta, rara vez de mujer.

La denominación “hombre verde”,es reciente, en los años 30, la estudiosa del folclore, Lady Raglan, lo utilizó para referirse a unas cabezas foliadas que aparecían representadas en algunos estilos arquitectónicos, y representaban efigies rodeadas de motivos vegetales o éstos, emergiendo de sus bocas.

A pesar de que su profusa utilización durante el Románico y el Gótico pudiera indicar una exclusividad iconográfica de este periodo, nada más lejos de la realidad, pues hunde sus raíces en la más lejana antigüedad ancestral del ser humano, y se prolongó durante el Renacimiento.

Se conocen ejemplos de hombre verde en figuras del Líbano e Irak que datan del S.II. En restos de la antigüedad clásica, por ejemplo en mosaicos romanos también se constata su extendida utilización. Todo ésto fue asumido e incorporado por el Cristianismo, así ya encontramos ejemplos en la catedral alemana de Trier del S.VI.En el famoso Libro de Kells irlandés (S.VIII) aparecen hombres verdes. Hay cabezas foliadas en iglesias Templarias de Jerusalén ya en el S.XII.

Deidades egipcias, como el dios Osiris, una deidad de los granos, aparece representado con cara verde y simboliza la vegetación, la resurrección. En algunas tumbas se encuentran contenedores de tierra en forma de Osiris, plantados con semillas (“camas de Osiris”), de tal manera que el grano que brotaba simbolizaba la resurrección del difunto.

Es curioso observar como, mientras en Europa se perseguían a las deidades paganas asociadas a la naturaleza, el Hombre Verde, cristianizado, sobrevivió y se adoptó como una licencia a cultos pasados, pero intentando que sirviera a los intereses del cristianismo. Me pregunto si el pueblo compartía esa visión cristiana del Hombre Verde que la iglesia intentó imponer, o por el contrario, siguió con sus percepciones ancestrales y paganas transmitidas verbalmente durante generaciones.

¿Cuál es la interpretación que se da a estos Green Man por los estudiosos del tema? Se han establecido paralelismos y asociado con el lud celta británico, con el Cernunnos celta, con el griego Dionisos (La vid se asociaba en Grecia precisamente a Dionisios, el dios de la vegetación, que representaba el poder vivificador de la Naturaleza que algunos quieren ver como origen de los hombres verdes. En cuanto al acanto, desde tiempos inmemoriales simbolizaba la inmortalidad) o también, con el romano Silvano.

Lo que parece claro es que su simbolismo está relacionado con el poder de la naturaleza, el retorno y triunfo de la primavera sobre el invierno, el triunfo de la vida sobre la muerte, el carácter cíclico de la existencia. Si como parece, los primeros cristianos creían en la reencarnación, esta figura representaría sus anhelos, luego, la iglesia modificaría y transformaría ésta idea en la resurrección de la carne, por lo que esta iconografía les siguió encajando en su doctrina y explica su supervivencia hasta nuestros días.

Para otros autores, con el hombre verde, se pretendía recordar a los fieles el pecado, sobretodo el de la lujuria. Pero esta última idea no me convence en absoluto, por una razón muy sencilla: si la finalidad era didáctica y adoctrinadora, las imágenes del hombre verde serían fácilmente accesibles y visibles para la gente del pueblo, y en el caso de las imágenes de los capiteles de Santa María la Blanca, localizadas entorno al doble crucero en el lado del evangelio, a excepción de otra imagen en el exterior, todas están a una altura muy considerable y sólo se pueden percibir con ayuda de cámaras u otros instrumentos ópticos, por lo que la finalidad docente, enfocada hacia un pueblo analfabeto, no me convence. Da la impresión de que estos relieves no estaban enfocados hacia el exterior(inculto), sino hacia el interior, hacia el ya iniciado en la interpretación de estos símbolos, quizás con finalidad apotropaica o simplemente desiderativa : el deseo de renacer y por tanto ,LA ETERNIDAD.

Autor: José Ángel Trancho