martes, 21 de diciembre de 2021

Templarios en Córdoba



 

La Orden del Temple, cuyo nombre en origen era Orden de los Pobres Caballeros de Cristo del Templo de Salomón, está rodeada de especulaciones y misterios. La propia Iglesia Católica que amparó su nacimiento durante las Cruzadas decretó también su disolución repentina en 1312 y desde entonces las leyendas y relatos míticos sobre su pervivencia han dificultado el discernir la realidad de la fantasía.

Lo que sí es cierto es que las posesiones de los Templarios se extendieron por toda la Cristiandad. Poseían edificios militares, monasterios, encomiendas, tierras de cultivo y hasta una potente red comercial. Para cuando el Papa Clemente V ordenó su disolución, previo paso por la hoguera de sus principales maestres y caballeros, había pasado justo un siglo de la batalla de las Navas de Tolosa, que marcó un antes y un después en el avance hacia el Sur de los reinos cristianos de la Península.

Debido a estas circunstancias, la presencia de Templarios en lo que fue territorio andalusí, especialmente en Córdoba, fue testimonial. Apenas tuvieron tiempo de instalarse aquí antes de desaparecer. «La presencia templaria en Córdoba es muy limitada, limitadísima, ya que muy poco después de asentarse en el Guadalquivir la orden es disuelta», relata el historiador José Calvo Poyato.

Aunque fuera durante poco tiempo, sí hubo templarios en Córdoba. El escritor José Manuel Morales, autor del libro 'Templarios', afirma que «está más que demostrado que estuvieron en Córdoba, y se sabe fehacientemente dónde».

Como poco, Morales cita tres sitios en donde es segura la presencia templaria. El principal fue la torre de la Calahorra, de cuya custodia se encargaron los caballeros del Temple hasta su desaparición. Y aquella era la principal puerta de entrada a la ciudad.

También ha testimonios de la presencia templaria en el barrio de Santiago, donde gestionaron un templo que Morales cree que podría ser la propia iglesia de la misma advocación. Y en Almodóvar del Río poseyeron un cortijo que aún lleva el nombre de la orden del Temple. «Se especula con otros lugares pero sólo estos tres son seguros», declara Morales.