Por
guerra medieval se entiende el tipo de guerra librado en el período
histórico de la Edad Media, definida por las características propias del
tipo de enfrentamientos librados en esta época, basados en el control
de plazas fuertes. La visión tradicional de las guerras europeas de la
Edad Media sostenía que los caballeros eran los dueños de los campos de
batalla. Estos se lanzarían a la carga diezmando y arrollando a la
infantería campesina que encontraban a su paso, mientras sus afines
corrían a su encuentro para decidir el resultado del enfrentamiento.
Según
esta versión, el poder de los jinetes acorazados a caballo habría
acabado cuando la infantería, gracias a las armas de fuego y a las
técnicas de formaciones compactas de piqueros y alabarderos, recobró su
poder en la batalla. Esta visión, alimentada por el arte y las crónicas
de la época, mostraba a los nobles combatiendo a caballo e ignorando a
los plebeyos y campesinos que luchaban a pie. Todo esto ha demostrado
ser falso, pues las tropas de infantería eran una parte importante de
los ejércitos medievales. Estas tropas luchaban cuerpo a cuerpo y a modo
de tropas de artillería (con arcos, ballestas y más tarde con
pistolas). La infantería jugaba un papel crucial en los asedios contra
posiciones fortificadas.
Las guerras medievales se resumen en
asedios y guerra de desgaste. Esta última variante, consistente en
operaciones de pillaje llamadas cabalgadas, algaradas o algaras, lograba
objetivos tan variados como el debilitamiento y la desestabilización
política de los rivales, ganancias de botín, abastecimiento de tropas,
etc. Los enfrentamientos entre ejércitos en campo abierto eran
infrecuentes. Eran más comunes y decisivas las maniobras para tomar
castillos y ciudades mientras se evitaban batallas que supusieran
pérdidas elevadas. Los soberanos llegaron incluso a prohibir a sus
ejércitos entablar batallas que pudiesen resultar decisivas. En las
pocas ocasiones en que podía tener lugar una batalla campal, resultaba
probable que la victoria fuera para el bando que hiciera mejor uso de
los componentes principales del ejército medieval: la tropa de
infantería, la caballería y los arqueros junto con la primitiva
artillería. Otros factores de importancia eran la moral, el liderazgo,
la disciplina y la táctica, así como el conocimiento del terreno.