jueves, 24 de junio de 2021

Pantocrátor y Maiestas Domini


En iconografía se suelen utilizar los términos “Pantocrátor” y “Maiestas Domini” como sinónimos pero ¿son lo mismo?. 

Desde una perspectiva purista, el Pantocrátor sería la representación bizantina del Todopoderoso, Cristo, no Dios, en le Juicio Final, siempre de busto, en los fondos de ábsides o cúpulas, bendiciendo con la mano derecha y con el rollo o libro en la izquierda, abierto para indicar que todavía no se ha celebrado el Juicio Final, o cerrado para indicar que éste ya ha tenido lugar. Pero siempre es Cristo, de ahí que su nimbo sea crucífero y que frecuentemente aparezca también el Alfa y el Omega, en relación a lo que Él mismo dice cuando afirma que es el principio y el fin.

Pero tanto en Bizancio como en la Alta Edad Media occidental este Cristo del Juicio Final evoluciona a un Cristo en Majestad, triunfante, de ahí lo de Maiestas Domini, una mezcla de las iconografías del Pantocrator bizantino y del Cosmocrátor paleocristiano, el que gobierna el Cosmos, sin relación con el Juicio, inspirado en la iconografía imperial romana y bizantina, representado de cuerpo entero en trono, sobre el globo terráqueo o sobre el arcoíris, suele portar el Libro de la Ley y una corona como símbolos de poder.

Pero a esta mezcla de Pantocrátor y Cosmocrátor también se la conoce, simplemente, como Pantocrátor, de ahí que pueda decirse que Pantocrátor y Maiestas Domini son lo mismo. Representan a Cristo en la 2ª Venida, prometida en la Ascensión, para el Juicio Final, según el Apocalipsis atribuido a san Juan, sobre todo a partir del capítulo 4, pero con diversos elementos en todo el libro, en Mateo 24 y 25, en pasajes de las Profecías de Daniel y las Profecías de Ezequiel o en alusiones en el Libro de Job. Siempre es Cristo el que juzga, nunca Dios Padre o la Trinidad, aunque éstos también puedan aparecer en las representaciones. Siempre está en Majestad y es habitual que vaya en mandorla, símbolo de la luz que emana de Él.

Puede aparecer con la mano derecha levantada y la izquierda bajada para reflejar el momento justo de la sentencia, salvando a los situados a su derecha y condenando a los que están a su izquierda. También puede mostrar las llagas de la Pasión para indicar que el momento es posterior a la Resurrección. 

En otras representaciones puede aparecer con espada de doble filo en la boca, alusión al doble juicio, o con una hoz, habitual en los Beatos. En momentos posteriores también puede aparecer con la espada hacia la izquierda y un lirio hacia la derecha, alusión directa al texto del Apocalipsis.

Suele llevar unido el Tetramorfos, también en alusión al Apocalipsis, donde se dice que Cristo estaba rodeado de cuatro animales con cara de león, de becerro, de hombre y de águila. Este pasaje tiene precedentes en las Profecías de Daniel y de Ezequiel. Ambos coinciden en que son seres raros y Ezequiel dice que presentan las cuatro caras cada uno. 

El Apocalipsis dice que son adoradores del Señor y los copia de las profecías mencionadas, que a su vez los toman de la iconografía mesopotámica, igual que pasa con los demonios y los ángeles. Normalmente aparecen en las cuatro esquinas rodeando a Cristo. Su significado más antiguo es cristológico, relacionado con sus atributos o con las cuatro Edades. 

A continuación comienza a identificárselos con los cuatro Evangelistas y Mateo es el hombre, Juan el águila, Marcos el león y Lucas el toro, aunque también pueden aparecer representados con cuerpo de hombre y cabezas de sus respectivos animales.

A partir de fines del siglo XII en Francia aparece un nuevo modelo de Cristo provocado por el cambio de sensibilidad que da lugar al gótico. Se inspira en el Evangelio de Mateo y es más humano y paternal en vez del vengativo apocalíptico. 

Uno de los primeros que aparecen es el de Saint Denis. Solemos conocerlo como Varón de Dolores, aparece semivestido y siempre muestra las llagas de la Pasión. 

El Cristo del Apocalipsis es Cristo Dios y éste es Cristo Hombre que viene a juzgar a los hombres porque ha muerto por ellosSiempre muestra las heridas y siempre es posterior a fines del siglo XII y del ámbito occidental.

El que aparece en el Pórtico de la Gloria de Santiago es de los más antiguos de España.