jueves, 24 de junio de 2021

Templarios en Tierra Santa: una fortuna a mantener


Cada templario es un caballero montado extremadamente bien entrenado que cuesta mucho. En Francia de la segunda mitad del siglo XII, se necesita a un caballero montado 750 acres para equiparse y mantenerse. 

Un siglo después, este costo se multiplicó por 5, para alcanzar 3 750 acres.

Para un templario que opere en Tierra Santa, la factura es incluso superior, porque hay que importar muchas cosas, incluyendo caballos. Cada caballero templario tiene tres caballos y como estos últimos se ven afectados por la guerra y la enfermedad y viven sólo diez años, hay que renovarlos con más frecuencia de lo que permite la cría local.

Entre el siglo XII y el siglo XIII, el precio de los caballos se multiplicará por 6. Además, estos animales comen de cinco a seis veces más que un hombre y hay que alimentarlos aunque no hagan nada. En caso de mala cosecha en el oriente, hay que enviar alimentos urgentes para hombres y animales.

Cada templario también tiene un escudero encargado de cuidar a los caballos. No hay que olvidar a los sargentos, menos armados que los caballeros, pero que tienen un caballo, aunque también juegan el papel de escudero. Los sargentos suelen ser reclutados localmente y llevan una túnica marrón o negra, no blanca. De hecho, cada templario está rodeado de alrededor de nueve personas que lo ayudan.

Esto no es diferente a la guerra moderna, para la cual cada soldado de primera línea está asistido por cuatro o cinco militares que no ven la sombra de una pelea, por no hablar de los miles de civiles que producen armas, material, ropa, comida y transporte.

Las responsabilidades crecientes aumentan considerablemente el costo de los templarios. Al no mantener y defender sus castillos y feudos, los señores seculares confían estas misiones a las órdenes militares. Según Benedicto de Alignan, abad benedictino que viajó a Tierra Santa en los años 1240, los templarios gastaron 1 besantes sarracenos en dos años y medio para reconstruir su castillo de Safet (Safed) En tiempos en los que un caballero de Acre puede vivir cómodamente con 500 besantes sarracenos al año, y siguen gastando 40 besants sarracenos cada año en el funcionamiento diario del castillo. Safet cuenta con 50 caballeros templarios, 30 sargentos montados, 50 arqueros montados, dos balletreros, 820 ingenieros y otros hombres encargados de algunas misiones, además de 400 esclavos, es decir, un total de 1650 Personas, efectivos aumentando a 2 en tiempo de guerra Todos están alojados, alimentados, armados y abastecidos de diversas maneras.

Solo las grandes propiedades de Ultramer y más especialmente occidente permiten que los templarios funcionen a tal escala y recuperen pérdidas y fracasos para seguir defendiendo la Tierra Santa.

Los Siete Demonios

 


La referencia de los Siete demonios que se dice que Jesús quitó de María Magdalena , más bien podría sustentarse a la tradición eclesiástica  y que la designó mejor como " poseída por siete demonios"  .La soberbia, la avaricia, la lujuria, la ira, la gula, la envidia y la pereza son las siete pasiones del alma que el hombre ha designado como "demonios" o "pecados capitales" o simplemente "poseída por 7 demonios "  En  un  sentido espiritual diríamos que Jesús la purifico a María Magdalena  de su ser terrenal , Jesús  limpió su Ser  de esos " siete demonios" que llamó el hombre , para elevarla en su Ser y espíritu , plenamente .Pues María Magdalena no fue cualquier mujer ,en ella ya estaba impregnada  ser especial junto al Maestro, ella sería  la que daría el verdadero testimonio de las enseñanzas como la discípula ,la Apóstol de Apóstoles . María Magdalena ya vino a este mundo para cumplir una misión al lado de su amado Rabí  para el bien de la Humanidad.

Horario habitual de un Templario y sus quehaceres diarios

 Información de un cronista de la época sobre la Jornada de un Templario según la Regla.


Oficio en la Capilla (cuando la casa disponía de una, si no, en una sala)

Al anochecer – Maitines en la capilla – Los hermanos se reúnen para la oración. Después se dirigen a comprobar el estado de los caballos y el equipamiento y hablan con sus escuderos. 

Se duerme hasta el alba.

6 a. m. – Prima Misa (si no, después de la sexta)

9 a. m. – Tercia.


12 a. m. – Sexta Misa (en caso, de que no se hubiera celebrado antes) – A continuación, se procede a reparar la armadura y el equipamiento. Hacen las estacas y postes de sus tiendas, o lo que sea menester. 

Luego se come, el primer turno es el de los caballeros, el segundo el de los sargentos; un clerigo lee en voz alta mientras comen. 

Se va a la capilla para dar gracias: “Se dirigen a su sitio y hacen lo que Dios les manda lo mejor que pueden”.


3 p. m. – vísperas por los difuntos – Vigilias por los difuntos.


Al crepúsculo – Vísperas. Completas –              

A continuación, se cena y  se toma una bebida. Se procede al examen de caballos y equipos y se habla con el escudero si es necesario.

A la noche – Descanso en el dormitorio – Los hermanos se retiran a dormir.


Durante los periodos de ayuno sólo había una comida al día entre las 3 y las 4 p. m.

Se comunicaban las órdenes pertinentes a los hermanos antes de iniciar los oficios de las “horas” en la capilla.


Los Capítulos se celebraban los domingos, en Navidad, Pascua y Pentecostés.

En Europa, lejos de la frontera del mundo cristiano, el cuidado de caballos y equipamientos era reemplazado por otros trabajos necesarios en la casa.




Pantocrátor y Maiestas Domini


En iconografía se suelen utilizar los términos “Pantocrátor” y “Maiestas Domini” como sinónimos pero ¿son lo mismo?. 

Desde una perspectiva purista, el Pantocrátor sería la representación bizantina del Todopoderoso, Cristo, no Dios, en le Juicio Final, siempre de busto, en los fondos de ábsides o cúpulas, bendiciendo con la mano derecha y con el rollo o libro en la izquierda, abierto para indicar que todavía no se ha celebrado el Juicio Final, o cerrado para indicar que éste ya ha tenido lugar. Pero siempre es Cristo, de ahí que su nimbo sea crucífero y que frecuentemente aparezca también el Alfa y el Omega, en relación a lo que Él mismo dice cuando afirma que es el principio y el fin.

Pero tanto en Bizancio como en la Alta Edad Media occidental este Cristo del Juicio Final evoluciona a un Cristo en Majestad, triunfante, de ahí lo de Maiestas Domini, una mezcla de las iconografías del Pantocrator bizantino y del Cosmocrátor paleocristiano, el que gobierna el Cosmos, sin relación con el Juicio, inspirado en la iconografía imperial romana y bizantina, representado de cuerpo entero en trono, sobre el globo terráqueo o sobre el arcoíris, suele portar el Libro de la Ley y una corona como símbolos de poder.

Pero a esta mezcla de Pantocrátor y Cosmocrátor también se la conoce, simplemente, como Pantocrátor, de ahí que pueda decirse que Pantocrátor y Maiestas Domini son lo mismo. Representan a Cristo en la 2ª Venida, prometida en la Ascensión, para el Juicio Final, según el Apocalipsis atribuido a san Juan, sobre todo a partir del capítulo 4, pero con diversos elementos en todo el libro, en Mateo 24 y 25, en pasajes de las Profecías de Daniel y las Profecías de Ezequiel o en alusiones en el Libro de Job. Siempre es Cristo el que juzga, nunca Dios Padre o la Trinidad, aunque éstos también puedan aparecer en las representaciones. Siempre está en Majestad y es habitual que vaya en mandorla, símbolo de la luz que emana de Él.

Puede aparecer con la mano derecha levantada y la izquierda bajada para reflejar el momento justo de la sentencia, salvando a los situados a su derecha y condenando a los que están a su izquierda. También puede mostrar las llagas de la Pasión para indicar que el momento es posterior a la Resurrección. 

En otras representaciones puede aparecer con espada de doble filo en la boca, alusión al doble juicio, o con una hoz, habitual en los Beatos. En momentos posteriores también puede aparecer con la espada hacia la izquierda y un lirio hacia la derecha, alusión directa al texto del Apocalipsis.

Suele llevar unido el Tetramorfos, también en alusión al Apocalipsis, donde se dice que Cristo estaba rodeado de cuatro animales con cara de león, de becerro, de hombre y de águila. Este pasaje tiene precedentes en las Profecías de Daniel y de Ezequiel. Ambos coinciden en que son seres raros y Ezequiel dice que presentan las cuatro caras cada uno. 

El Apocalipsis dice que son adoradores del Señor y los copia de las profecías mencionadas, que a su vez los toman de la iconografía mesopotámica, igual que pasa con los demonios y los ángeles. Normalmente aparecen en las cuatro esquinas rodeando a Cristo. Su significado más antiguo es cristológico, relacionado con sus atributos o con las cuatro Edades. 

A continuación comienza a identificárselos con los cuatro Evangelistas y Mateo es el hombre, Juan el águila, Marcos el león y Lucas el toro, aunque también pueden aparecer representados con cuerpo de hombre y cabezas de sus respectivos animales.

A partir de fines del siglo XII en Francia aparece un nuevo modelo de Cristo provocado por el cambio de sensibilidad que da lugar al gótico. Se inspira en el Evangelio de Mateo y es más humano y paternal en vez del vengativo apocalíptico. 

Uno de los primeros que aparecen es el de Saint Denis. Solemos conocerlo como Varón de Dolores, aparece semivestido y siempre muestra las llagas de la Pasión. 

El Cristo del Apocalipsis es Cristo Dios y éste es Cristo Hombre que viene a juzgar a los hombres porque ha muerto por ellosSiempre muestra las heridas y siempre es posterior a fines del siglo XII y del ámbito occidental.

El que aparece en el Pórtico de la Gloria de Santiago es de los más antiguos de España.

 

SER Templario HOY

 


La propia dualidad de los caballeros templarios, al mismo tiempo monjes y soldados, se traduce en la actualidad en un referente para muchos católicos que, acosados por las trabas a la libertad religiosa que están padeciendo por parte del laicismo en el poder, buscan un mayor compromiso con la Iglesia, entendida como conjunto de creyentes, que les permita afrontar con convicción, unidad y entereza las afrentas que deben padecer a diario. 

San Bernardo de Claraval, protector y mentor del Temple, contribuyó en buena medida a difundir las hazañas de los caballeros templarios hondamente preocupado por la situación de oriente, no se cansaba de apostrofar a los caballeros que preferían la molicie cortesana en Europa a las heroicidades en Tierra Santa.

Guste o no, lo cierto es que cada vez son más las personas que miran hacia el Temple como referente en los momentos convulsos en que vivimos.

Aunque pueda resultar increíble, en pleno Siglo XXI, miles de personas repartidas por todo el mundo se sienten atraídas por una Orden de caballería que, aunque en la actualidad continúa suprimida sin que ningún Papa haya rectificado el grave error de su predecesor Clemente V, sigue siendo un referente en la cultura occidental.

¿Por qué una Orden de caballería medieval sigue despertando tanto interés en la actualidad? ¿Por qué tantas y tantas personas buscan en el Temple un referente en sus vidas? ¿Por qué miles de personas están dispuestas a entrar en organizaciones que se autodenominan templarias, con el riesgo de caer en manos de todo tipo de desaprensivos, buscando formar parte de la Orden del Temple?

Es por este motivo, en el año en el que se conmemora el CM aniversario de la creación de la Orden del Temple, intentaremos buscar las posibles similitudes en el estilo de vida que estos monjes-guerreros practicaban hace novecientos años y como muchos de sus temores, de sus luchas, de sus compromisos tienen aún hoy en día igual o mayor vigencia.

Porque a pesar de la diferencia cultural, histórica y de mentalidad de una época y otra, lo cierto es que una atenta lectura de los artículos de la Regla Primitiva de la Orden nos pueden llevar a establecer una similitud con hechos, problemas, preocupaciones y actitudes que vivimos en nuestros días.

La cristianofobia y persecución actual, sea este compromiso inequívoco con su fe, de ahi su ansiada militancia en las nuevas Ordenes, y por parte de los nuevos caballeros templarios, el mayor de los atractivos de esta Orden en la actualidad, pero será sin duda el estudio y comparativa de su Regla, la norma que les regía y orientaba durante toda su vida en la Orden, lo que nos demostrará como muchos de estos artículos de su regla, aparentemente desfasados, y con un lenguaje que nos parece arcaico, contienen una vigencia innegable en la actualidad tantos siglos después.

Así en próximos artículos, desde estas páginas vamos a intentar encontrar las similitudes entre la realidad que vivimos los católicos del Siglo XXI, con la que vivieron aquellos otros novecientos años atrás, y cuya compromisos se plasmaron en la Regla que aprobó el Concilio de Troyes (1129), donde se decidió, artículo por artículo, hasta los más mínimos detalles, la regla más antigua de la que se tiene noticia es la redactada en ese concilio.

Un documento que constaba de un acta oficial del Concilio y de un reglamento de 75 artículos.


Dice su artículo I, de cómo se ha de oír el oficio divino, que: “Vosotros, que renunciasteis a vuestras voluntades para servir al Rey Soberano con caballos y armas, por la salvación de vuestras almas, procurareis siempre, con piadoso y puro afecto, oír los maitines y todo el oficio según las observancias canónicas y las costumbres de los doctos regulares de la Santa Ciudad de Jerusalén. Por eso, venerables hermanos, Dios está con vosotros, porque habiendo despreciado al mundo y a los tormentos de vuestro cuerpo prometisteis tener, por amor a Dios, en poca estima al mundo; así, saciados con el divino manjar, instruidos y firmes en los preceptos del Señor, después de haber consumado y concluido el misterio divino, ninguno tema la muerte. Estad prestos a vencer para llevar la divina corona”.

Y así, dando un salto de novecientos años, llegamos a la actualidad, donde no son pocos los católicos avergonzados por la deriva a la que han llegado muchos oficios religiosos, convirtiéndose en algunos casos en meros espectáculos musicales de distracción y divertimento, sin ningún sentido religioso y falto del contenido que aparece en las Sagradas Escrituras.

El propio Papa Francisco, al que sectores más tradicionalistas de la Iglesia culpan de una deriva y confusión en la Iglesia Católica, decía en una de sus homilías que: “Por desgracia, para muchos la Misa del domingo ha perdido sentido, piensan que basta ser buenos y amar. Esto es necesario, pero no es posible sin la ayuda del Señor, sin obtener de Él la fuerza para conseguirlo”. Insistía el Papa en esta homilía que se debe ir a Misa el domingo “para encontrar al Señor”, “para dejarnos encontrar por Él, escuchar su Palabra y alimentarnos del pan de vida, en comunión con toda la Iglesia”.

¿Se trata de un toque de atención del máximo responsable de la Iglesia Católica ante el espectáculo que algunos sacerdotes están convirtiendo la Misa? Nosotros creemos que sí, aunque pueda haber opiniones en todos los sentidos.

Pero lo cierto es que muchos católicos muestras asombro, y también indignación, por las misas-espectáculo, que seguro pueden servir para llenar los templos sí, pero se apartan del verdadero sentido cristiano de la Misa del domingo.

Vemos pues que, a pesar de la diferencia cultural, histórica y de mentalidad de una época y otra, los artículos de la Regla del Temple muestran bastante similitud con hechos, problemas, preocupaciones y actitudes que vivimos en nuestros días.

En aquella época la Regla trataba de luchar contra esa otra caballería secular, frívola, más pendiente de las riquezas y el placer personal que en lo que supone la fe cristiana, la que acudía a los oficios religiosos por costumbre, convirtiéndoles en un acto social más desprovisto de cualquier otro sentido; curiosamente lo que también está ocurriendo en nuestros días.

Así el fervor religioso templario se convierte en un referente para muchos católicos que, alarmados por distanciamiento de las raíces de la fe católica que nos mostró Jesucristo, buscan un mayor compromiso con los valores católicos de la Iglesia, que les permita afrontar con convicción, unidad y entereza los tiempos convulsos que vivimos.

Rodrigo Díaz de Vivar , El Cid

 

La primera mención de Rodrigo Díaz de Vivar es en la batalla de Graus (1064), donde acompaña al infante Sancho en ayuda de su tío Ramiro I de Aragón. Es inverosímil que fuese un caballero de origen modesto puesto que su padre, Diego Flainez, ocupaba una posición destacada en la corte de Fernando I y el mismo Ruy Diaz formaba parte del séquito del primogénito.

Tras la guerra civil entre Sancho y sus hermanos Alfonso, Urraca y Elvira (que obliga a intervenir al abad de Cluny) vemos a Rodrigo Díaz de Vivar al servicio del nuevo rey. Sucede a su padre en la corte y toma como esposa a una rica heredera pariente del monarca, Jimena, que le dará por lo menos tres hijos: Diego, María y Cristina.

A finales del 1080 se produce el primer desencuentro de Rodrigo Díaz de Vivar con el rey y su primer destierro. Las causas no están del todo claras, pero todo apunta a que saqueó sin permiso la taifa de Toledo, aliada del rey leonés. Tras su expulsión se pone al servicio del rey taifa de Zaragoza, quien se encontraba en guerra con el rey taifa de Lleida y sus aliados, los condes de Barcelona, a los cuales la mesnada del Cid pone en jaque. Es probable que en este periodo haga sus primeras incursiones hacia el litoral oriental de la península, donde existían algunas taifas pequeñas pero ricas como Murcia, Denia y Valencia, amenazadas por los condes de Barcelona y sus aliados.

Rodrigo Díaz de Vivar, el emperador y los almorávides

La “jugada maestra” del rey Alfonso VI en abril de 1085 culmina de forma simbólica cuando adopta el título de Imperator totius Hispanie. («emperador de las Españas»). Según este título, teóricamente todos los poderes de la Península ibérica, tanto cristianos, como musulmanes, le debían pleitesía. Sin embargo, esto provoca que los reyes taifas teman que su ansia expansionista les haga perder sus territorios y piden ayuda a los almorávides.

En aquellos momentos, los almorávides constituían un imperio en crecimiento por el norte de África que partía de una visión guerrera e integrista del islam. Acudiendo a la llamada de los reyes taifas, desembarcan en la península en el verano de 1086 y derrotan a los castellanoleoneses en la batalla de Sagrajas, obligándolos a refugiarse tras el Tajo otra vez.

Rodrigo Díaz de Vivar, que se había reconciliado con su rey poco después de la toma de Toledo, vuelve a ser desterrado en 1088. El guerrero no había acudido a la llamada de auxilio de su señor cuando trataba de defender su posición en el sudeste contra los almorávides, en Aledo. Esta vez, el Cid Campeador lo tiene claro. Tras algunos años de saqueo y hostigamiento a las taifas de la costa oriental y de hacer temblar el poder de los barceloneses, no solo se convierte en el hombre más poderoso del oriente peninsular, sino que él y su hijo crean un señorío propio en Valencia y su taifa, que conquistan en junio de 1094

La muerte de Rodrigo Díaz de Vivar


Pocos datos tenemos de la “Valencia del Cid”, quien pasó los últimos años de su vida tratando de defenderla de los almorávides. Rodrigo Díaz de Vivar permitió la existencia de la comunidad mozárabe y de los habitantes musulmanes bajo fuertes tributos y se limitó a crear un obispado para donarle una catedral en la persona del monje Jerôme de Perigord. Sin embargo, el señorío del Cid sobre dos religiones era ya una anomalía.

Las taifas autónomas estaban en retroceso ante el imperialismo almorávide. El único varón de los hijos de Rodrigo Díaz de Vivar, Diego, muere luchando contra ellos en la batalla de Consuegra (1097), tal y como le ocurrirá diez años más tarde al hijo del emperador Alfonso en la batalla de Uclés (1108). Tras la propia muerte de Rodrigo Díaz de Vivar, su familia abandona Valencia y regresa a León. Los almorávides limitarán la expansión de los cristianos del norte casi medio siglo hasta que su poder se diluya por causas internas ante la pujanza de nuevos poderes.


Esoterismo Cristiano


El esoterismo cristiano fue el punto de partida del círculo iniciático de la Orden del Temple , puesto que el esoterismo Templario es cristiano y la Santa Orden fue instituida como Milicia de Cristo , como la definiera San Bernardo de Claraval en su Loa a la nueva milicia del Temple . Y es precisamente la figura de San Bernardo ( 1090 - 1153 ) la que hay que considerar , muy especialmente , para intentar desentrañar las características de dicho esoterismo cristiano , para lo cual resultará fiable la opinión de René Guenon , quién escribió en su ensayo monográfico sobre el revitalizador de la Orden del Cister y protector del Temple . 

Guenon viene a decir , que San Bernardo fue la mayor autoridad espiritual esotérica cristiana. Fue además árbitro en las disputas entre el imperio y el Papado , como igualmente desempeño tal función para dirimir otros roces existentes entre diversos representantes del poder temporal con el papado , además de los oríginados internamente en el seno de la iglesia católica . En el ámbito político se puede decir que la conducta de Bernardo, estuvo siempre determinada por las mismas intenciones : defender el derecho , combatir la injusticia y , quizás por encima de todo , mantener la unidad en el mundo cristiano y sus componentes. 

miércoles, 16 de junio de 2021

Maestres Provinciales del Temple.



El Temple se organizó territorialmente en provincias para su buen funcionamiento y administracion. Los principales Maestres de las Provincias de la Orden del Temple de dichos territorios y los mas conocidos estan en estas lista. Sirva ella para una pequeña demostracion del nivel de organización de la Orden.



Los Maestres  de Jerusalén:

Gilbert Horal: 1183

Terric: 1188

Gerbert: 1190

Muérdago de Bassainville 1194

Barthelemy de Moret: 1240

Father de San Romano: 1241

Giles: 1250

Amaury de la Roca: 1262

Guillermo de Montignane: 1262

Simón de la Torre: 1272

Goufier de Salvaing: 1273

Arnaud de Chateauneuf: 1277

Thibaud Gaudin: 1291


Maestres en Portugal:

Guillermo Ricardo: 1124-1128

Raimundo Bernardo: 1128-1135

Pero Froiaz: 1135 - 1143

Hugo de Martonio: 1143-1155

Pedro Arnaldo: 1156-1158

Padres Gualdim: 1159-1195

Lopo Fernandes: 1195-1199

Fernán Días: 1199-1206

Juan Domínguez: 1206-1209

Gomes Ramires: 1210-1212

Pedro Alvarez Alvito: 1212-1221

Pedro Anes: 1223-1224

Martín Sánchez: 1224-1229

Esteban Belmonte: 1229-1237

Pedro Nunes: 1237-1239

Guillermo Fulcón: 1239-1242

Rodrigo Días: 1242

Martins: 1242-1248

Pedro Gomes: 1248-1250

Paio Gomes: 1250-1253

Martim Nunes: 1253-1265

Gonçalo Martins: 1265-1271

Beltrán Valverde: 1271-1277

Juan Escritor: 1278-1283

Juan Fernandes: 1283-1288

Alfonso Gomes: 1288-1290

Lourenço Martins: 1291-1293

Vasco Fernandes: 1293


Los Maestres en Aragón:

Padre de Rovira: 1143

Hugo de Barcelona: 1159 - 1162

Hugo de Jofré: 1163 - 1166

Arnaud de Toroge: 1166

Berenguer d ' Avinyó: 1181-1183

Guy de Sellón: 1183

Raymón de Canet: 1183 - 1185

Gilbert Horal: 1185-1190

Pons de Rigaud: 1190 y 1202-1206

Gerard de Caercino: 1196

Arnaud de Claramunt: 1196

Pons Marechal: 1196-1199

Rayworld de Gurb: 1200-1201

Padre de Montagut: 1207-1212

Guillén Cadel: 1212 y 1229-1232

Guillén de Montrodón: 1214 - 1218

Guillén de Azylach: 1221 - 1223

Robert de Puig Guigone: 1224

Folch de Montpesat: 1224 - 1227

Raymón Patot: 1233 - 1234

Hug de Montlaur: 1234

Esteve de Belmonte: 1239

Raymón de Serra: 1240 - 1243

Guillén de Cardona: 1244 - 1252

Hugo de Jouy: 1254

Guillén de Montañana: 1258 - 1262

Guillén de Pontones: 1262-1266

Arnau de Castellnou: 1267 - 1278

Padre de Moncada: 1279

Berenguer de Sant Just: 1283-1290

Berenguer de Cardona: 1291 - 1307

Simon de Leyenda: 1307


Maestres en Francia:

Montdididier Payens: 1130????

Evrard de Barras: 1143-1147

Otton de Saint-Omer: 1158-????

Guillaume Pavet: 1160-1161

Geoffroy Foucher: 1171????

Eustace el perro: 1175-1179

Robert de Miliaco: 1190 - ????

Raúl de Montliard: 1192

André de Colors: 1204-???? y 1208-1219

Guillermo Ojo de Buey: 1207-????

Guillermo del Águila: 1222-????

Aymard: 1222

Eudes Royer: 1225

Olivier de la Roca: 1225

Pons d ' Albon: 1229-???? y 1236-1240

Robert de Lille: 1232-1234

Damase: 1241-1242

Reinaldo de Vichiers: 1242-1249

Muérdago de Basenville: 1251

Foulques de San Miguel: 1256

Humbert de Payraud: 1261

Amaury de la Roca 1265-1271

Juan el Francisco: 1277-1281

Guillermo de Mallay: 1286-????

Hermano Amalric: 1287-????

Hugues de Payraud: 1291

Gerardo de Villers: 1299


Maestres en Inglaterra:

Hugues de Argentino: 1140

Otton de Saint-Omer: 1153-1155

Richard Hasting 1155-1185

Geoffroy Fitzstephen: 1185-1195

Robert de Neuham: 1195 - 1200

Thomas: 1200-????

Guillaume Cadell: 1205-????

Amery de Sainte-Maure: 1214-????

Guillermo de la Gravelle 1215-1219

Alain Martel: 1220-????

Amaury: 1220-1228

Robert de Montford: 1228-????

Robert de Sanford: 1234-???? y 1252-1259

Amblard 1235-1241

Roncelin de Fos: 1250????

Humbert de Payraud: 1259????

Muérdago de Foresta: 1270-???? y 1280-1296-y 1288-- y 1293 -

Robert de Torteville: 1275-???? y 1277-1278 y 1280

Enrique de Faverham: 1276-????

Guillermo de Tourville: 1292-????

Brian de Jay: 1298

Guillermo de la More: 1298

Chipre (1291-1308). El último bastión.



La pérdida de Jerusalén y de toda la Tierra Santa a manos de los turcos, habría marcado un momento muy negativo para la Orden si no fuera por el ′′ Domus ", que permaneció como las islas occidentales en el mundo musulmán sin límites.

Con la esperanza de reconquistar la Tierra Santa, la Orden se trasladó a Chipre en 1291, donde por concesión de Enrique II de Lusignan, Rey de Jerusalén (más tarde Rey de Chipre), también estableció su sede en la ciudad de Limasol.

De los caballeros de San Juan el Rey de Chipre fundó la Casa Real Guardia, que marchó a la historia como ′′ Caballeros de Espada y Silencio ", es decir, la Orden Soberana de Chipre.

El Gran Maestro hizo un llamamiento a todos los caballeros cristianos: ′′ Debes reemplazar a nuestros caballeros enterrados bajo las ruinas de San Juan de Acre; tienes en tus manos la vida, la propiedad y la libertad de tus hermanos y de todos los cristianos gemidos Cadenas; que todos los hombres cristianos, pertenecientes a Dios, tomen las armas y vengan a liberar el reino y la tierra de sus antepasados, para que los hijos no pierdan vergüenza lo que sus padres conquistaron como hombres de coraje

Fue en el mar cuando la legendaria historia de la Orden se llevaría a cabo a partir de ese momento.

En sus barcos, enarbolando la bandera roja con la cruz blanca octagonal, los caballeros defenderían las caravanas de los peregrinos que se dirigen a los lugares sagrados, y atacarían a la flota musulmana sin tregua.

La toma de Barbastro en 1064


¿La toma de Barbastro, en 1064, fue un ensayo de lo que serían las Cruzadas o solo un episodio más de la Reconquista? Primavera de 1064, un ejército cristiano cruza los Pirineos en ayuda del joven rey Sancho Ramírez I de Aragón tras la muerte de su padre, Ramiro I, caído un año antes en la toma de Graus. Es un ejército 'internacional', formado por varios millares de hombres de armas de los distintos ducados y condados del este y sur de Francia, y del norte de Italia. Han formado este ejército ante la llamada de obispos, abades como el de Cluny y del propio papa Alejandro II que ven que el Reino de Aragón queda amenazado con la muerte de Ramiro I, lo que a su vez es un peligro para la cristiandad. Unidos a las huestes del Reino de Aragón, librando una cruenta batalla, toman Barbastro en 1064. 

La inusual crueldad empleada hasta el momento con los vencidos recuerda lo que será la toma de Jerusalén en 1099. La reacción no se va a hacer esperar: ante esta 'guerra santa', los musulmanes, pese a estar divididos en reinos de taifas tras la caída del califato de Córdoba en 1031, invocando la 'yihad' y encabezados por el emir de Zaragoza, iniciarán el contraataque para recuperar Barbastro. 

Aqui las sensibilidades a veces contradictorias en las que se mezclan el sentimiento de ser portadores de una misión cristiana,  en el caso de algunos nobles, y el del simple ánimo de combatir para conquistar un botín, en el caso de otros; y por otro lado los vencidos con animos de venganza nos hacen pensar en las cruentas y futuras cruzadas; mientras que la población en general tiene ideas un tanto vagas de lo que es el Islam y los musulmanes, y sufriran los embates de la guerra nos hacen presagiar un ensayo de la I Cruzada. Fue la Reconquista un ensayo para la toma de Tierra Santa ? Solo nos queda investigar.

SATOR-AREPO-TENET-OPERA-ROTAS

 


El llamado cuadrado mágico es un conjunto de letras que forma una curiosa estructura con las palabras SATOR, AREPO, TENET, OPERA, ROTAS

La existencia de este antiguo cuadrado, se remonta, según algunos, a la antigua Pompeya y a los ancestrales misterios de Mitra, culto extinguido por el cristianismo en el siglo IV del que apenas nos quedan referencias de sus secretas practicas.

Mucho se ha relacionado con la orden de Secretum Templi, pero realmente que relación existe, acaso se utilizaba en los ritos paganos de los que fueron acusados, que hay de verdad en todo esto……, tiene un significado Mistico, pagano, cristiano, que es realmente lo que esconde esta inscripción Latin.

Conocida es en todo el Imperio Romano posiblemente desde el siglo I d.c. una de la mas antiguas halladas, se encuentra en Pompeya. Sobrevivió a la erupción del Vesubio y es anterior al año 79 d.c..

Lo mas interesante y a la vez lo mas enigmático de esta inscripción es que puede leerse en todas las direcciones sin perder su sentido, tiene el mismo significado leído de abajo a arriba y de arriba a abajo, así como de derecha a izquierda y de izquierda a derecha; también puede leerse en la dirección contraria, en líneas como en columnas: SATOR-AREPO-TENET-OPERA-ROTAS o ROTAS-OPERA-TENET-AREPO-SATOR; y aún en bustrófedon: SATOR-OPERA-TENET-AREPO-ROTAS o ROTAS-AREPO-TENET-OPERA-SATOR.

Mas adelante veremos la traducción, y por adelantar un apunte, una de las interpretaciones que se le ha dado a este cuadrado mágico defiende que era en realidad una especie de anuncio o logo secreto, colocado en las casas de cristianos para ofrecer refugio a otros cristianos, y estos eran los únicos que podrían ordenar las letras para obtener el significado real del cuadrado, demasiado cantoso al parecer para ser una señal secreta de refugio…

Pero ahora sigamos con algunos datos preliminares que nos ayudara a dar forma a nuestra teoría, sabemos que la Orden del secretum Templi no se crea como los miles de libros y documentos del tema dicen, sobre el 1100 d.c. sino posiblemente en el 50 a.c. ya empezaron los primeros coletazos de esta Orden Secreta y he aquí donde se enreda el enigma de esta Inscripción Latina.

Unos lo trataren como talismán, otros como símbolo cristiano. Algunos autores piensan que el cristianismo ya se había predicado en Roma bastante antes del año 58. En Nápoles y Pompeya, ciudades cercanas a Roma, podrían haber vivido antes del año 79 algunos cristianos, posiblemente fugitivos, pero el hallazgo de la inscripción grabada en Pompeya, genera dudas sobre este origen, pues, aunque posiblemente existían grupúsculos cristianos en las ciudades vesubianas antes del año 79, el Apocalipsis de san Juan, al que harían referencia la”alfa” y la “omega” (la a y la o griegas) colocadas a los lados de la cruz, no se difunde en Italia hasta casi 100 años después,esta fue descubierta en 1936 sobre una placa de arenisca negra que decoraba una columna de la gran palestra sita cerca del anfiteatro. Está ubicada en la columnata oeste de este lugar público que servía en particular de gimnasio y espacio para la lucha libre y el ejercicio físico.

Esta inscripción latina también se encontró en unas ruinas romanas situadas en Doura Europos, antigua ciudad siria sobre la margen derecha del Eúfrates, donde actualmente se levanta la localidad de Qalat en Salihiya, unos 400 kilómetros al Nor–noreste de Damasco, y en Cirencester, Inglaterra, a 55 kilómetros al Noreste de Bristol, en el museo de Manchester se expone otro cuadrado mágico, en la pared del Duomo de Siena, en el pavimento del exterior de la iglesia de los caballeros en La Valetta, en Malta, en la moldura de un cuadro que esconde la combinación de letras en los aparentes adornos, en la abadía de Collepardo, Santiago de Compostela. Otro Cuadrado SATOR fue encontrado en 1925 en la pared del baño de la casa de Paquius Publius Proculus y su esposa, inscripción privada lamentablemente no muy bien conservada. etc

A veces las cinco palabras se encuentran dispuestas en forma radial, como en la Abadía de Valvisciolo en Sermoneta, o bien en forma circular, como en la Colegiata de Sant’Orsode Aosta.

El famoso “cuadrado mágico”: SATOR-AREPO-TENET-OPERA-ROTAS aparece en numerosos edificios Templarios y aún no se ha logrado descifrar satisfactoriamente.

Después de estudiar, buscar y rebuscar información sobre el susodicho cuadrado,se tiene que decir mucha la información que flota por las redes, y pasa al igual que con el tema de los templarios, que todo o casi todo son conjeturas trasnochadas que no llevan a ninguna sitio, que no sea el ego galopante de sus redactores, no parece que nadie haya dado hasta el momento con la tecla…sabiendo que la “Verdad” es irrefutable y solo una, independientemente de donde se mire y desde cualquier lugar que vean las cosas, y que Jesús fue un iniciado del culto de Osiris, empezamos a dar forma a nuestra conjetura……

Elisabetta Rigotti, al observar una estela de piedra en el Museo Egipcio de San Giustoen Trieste, ha identificado los conos que el sacerdote ofrece al Faraón Amenhotep II- esos conos son “el pan blanco” que contenía el llamado “polvo blanco” o “Mfkzt” y que los faraones tragaron cuando creían que prolongaban la vida y se defendían de la enfermedad.

Sa-Hathorera el guardián del templo de Osiris, donde se encontró este polvo blanco milagroso, configurado como una “piedra filosofal”. Bien de Sa-Hathor, la palabra SATOR derivaría que podría ser la solución del enigma de los Caballeros del Templo.

El significado sería este: Sa-Hator, el Guardián del Templo de la diosa egipcia, realiza el Trabajo y sostiene la Rueda de la vida. Inicialmente, se creía que la inscripción era un invento medieval, porque todos los hallazgos realizados hasta ahora no eran fiables antes del siglo IX.

En 1868 una excavación arqueológica en las ruinas de la antigua ciudad romana de Corinium (hoy Cirencester, en Gloucestershire, en Inglaterra) reveló la curiosa inscripción en el yeso de una casa que data del siglo III. d.C.. En este fragmento, hoy conservado en el museo arqueológico de la misma ciudad, la inscripción aparece en su versión espejo, que comienza con la palabra ROTAS.

Esta inscripción suele aparecer casi siempre en antiguos emplazamientos militares romanos, lo que nos puede hacer pensar que en estos lugares, los soldado seran los directamente relacionados o no, con el verdadero significado de la inscripción, posiblemente una seria una oración; un rezo.

Las coincidencias militares, ocurrió también con otras antiguas religiones como el mitraísmo, que revivió un periodo de esplendor en el alto imperio romano, de mano de comerciantes, pero sobre todo de  los legionarios que regresaban a sus países……

“Parece ser, según narra Plutarco (c. 46-120 AD), que el mitraísmo comenzó a ser absorbido por los romanos durante la campaña militar de Pompeyo contra los piratas cilicios alrededor del 70 aC. La religión eventualmente emigró entonces desde Asia Menor a través de los soldados, llegando hasta los mismos ciudadanos de Roma, como a las distintas regiones de los confines del propio Imperio. Una labor compartida también con los comerciantes sirios, quienes serían los encargados de llevar el culto a las principales ciudades como Alejandría, Roma y Cartago, mientras que los cautivos lo llevaron al mundo rural. En el siglo III el mitraísmo y sus misterios impregnaban el Imperio Romano y la “refundada” religión se extendía ya desde la India hasta Escocia, con abundantes monumentos en numerosos países, donde en más de 420 lugares descubiertos hasta ahora, se ha documentado el culto a Mitra.”

Volviendo a la inscripción de Cirencester, comprobamos cómo algunas letras parecen no haber sido concluídas de la misma manera. Esto nos alerta sobre algunas cuestiones que habían quedado ‘pendientes’ y la utilización de distintas lenguas en la confección de la ambigrafía, pues comprobamos que algunos como la ‘T’, se identifica con la ‘I’ del antiguo alfabeto griego y que otros grafos que se muestran también sobre la segunda inscripción en el gran gimansio de Pompeya, formando la latina ‘TENET’, pueden llegar a leerse transliterados del griego antiguo, como el acróstico ΙΧΘΥC…, inscripción paleocristiana del s.I, formada con las iniciales de la frase Iesùs Xhristòs Θheòu Yiòs Cotér (soter = salvador)SATOR-ROTAS CRIPTOGRAMA MULTILINGÜE PALEOCRISTIANO DEL PENTAGRAMATON :  IXOYC- ΙΧΘΨC -ICHTUS-YHWH

Según el cuadro de equivalencias, entre los distintos alfbetos griegos insertados en la imagen superior, un intérprete políglota que escribiese y hablase griego y latín, podría entender la inscripción “TENET” y traducirla como ΙΧΘΥC, Pez,  el acróstico que forma la frase Jesús Christós Theoú Yiós Sotér (Jesús Cristo, Hijo de Dios Salvador).

La palabra griega Soter (El Salvador), asociada fonéticamente a “El Sembrador” latino, ya produjo referentes en el campo de la investigación del ambigrama ROTAS-SATOR durante la argumentación de PATERNOSTER, como clave en el pasado de aquella interpretación.

viernes, 4 de junio de 2021

Y de pronto comenzó en Portugal.


 “No a nosotros, Señor; no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria, para que en todo sea bendito el que adiestra mis manos para el combate y mis dedos para la batalla”. Citando salmos y santificando la guerra, así finaliza Bernardo de Claraval su Elogio de la nueva milicia templaria, el texto escrito en el siglo XII con el objetivo de popularizar la Orden del Temple entre la nobleza europea. Porque no hace muchos años, la famosísima orden religiosa que protegió durante dos siglos los caminos a Jerusalén no era conocida por nadie. No existían las películas exagerando sus aventuras, ni se habían escrito ríos, arroyos, mares de tinta descifrando sus supuestos rituales esotéricos. Se trataban de un puñado miserable de caballeros (la leyenda especifica que fueron nueve los primeros templarios) empujados por el fervor religioso, fanatismo medieval, harapientos, que dormían por caridad del rey Balduino II en las caballerizas del Templo de Salomón. No existían todavía las leyendas rocambolescas.

Dicen que los nueve caballeros dedicaron los nueve años siguientes a la creación de la Orden a investigar el mismo Templo de Salomón, en busca de posibles secretos que hubieran pasado desapercibidos a los huéspedes anteriores. Tomaron medidas de todo el edificio y los hay quienes aseguran que llegaron a encontrar el Arca de la Alianza. Pero no sería hasta varios años después, cuando el escrito de fray Bernardo hubiera llegado a las manos de la nobleza europea, que una condesa leonesa obsesionada con los juegos de tronos les ofreció su primer castillo. El Castillo de Soure.

El castillo de naipes

Crear un nuevo reino puede asemejarse a la construcción de un castillo de naipes. Cada carta cuenta, cada una se utiliza para apoyar las cartas que vendrán. Y no creo que podamos encontrar en el territorio peninsular del siglo XII, una constructora de castillos de naipes que poseyera mayor maestría que la condesa Teresa, hija natural de Alfonso VI de León y de su amante Jimena Muñoz. Portugal no existiría si no fuese por sus ambiciones. Resulta que su padre la casó con Enrique de Borgoña, primer conde del Condado Portucalense, pero el bueno de Enrique murió pronto y dejó a su joven esposa con la regencia de este enorme territorio, de un tamaño ideal para convertirlo en un reino independiente a León. La condesa Teresa, astuta, se frotó las manos y se dispuso a manejar.

Comenzó sufriendo una estrepitosa derrota a manos de su medio-hermana Urraca I de León, aunque consiguió salvar el gobierno de sus dominios gracias al tratado de Lanhoso. Pero resulta que durante el conflicto trabó amistad con Fernão Peres de Trava, perteneciente a la familia nobiliaria más poderosa de Galicia, y juntos salieron victoriosos de un puñado de batallas. Luego Urraca murió y le sucedió su hijo Alfonso VII, y el nuevo rey era íntimo amigo del tal Fernão, y por consecuencia buen amigo de la condesa Teresa. Los castillos de naipes pueden llegar a tambalearse pero, si se construyen con visión de futuro y cartas que resistan, con amistades poderosas y victorias en el campo de batalla, entonces aguantarán. La condesa Teresa debía frotarse las manos sin parar porque esta clase de relaciones con los nobles gallegos y el monarca de León parecían aproximarla todavía más a sus intereses rimbombantes. Solo se encontró con dos espinitas en su camino: los ejércitos musulmanes que controlaban el sur peninsular y su hijo Alfonso. Los primeros amenazaban con saquear el Condado Portucalense cada primavera, eran infieles, enemigos históricos. El segundo era tan espabilado como su madre y ansiaba apartar a la condesa del gobierno del futuro reino de Portugal.

Entonces la condesa debió leer el texto del Bernardo de Claraval y se frotaría las manos hasta que le salieron callos porque le pareció que sería una idea estupenda tener de su lado a los caballeros templarios. Así podrían echar una mano a la hora de combatir a los musulmanes (aliviando a la condesa la carga de una de sus preocupaciones mayores) y, quien sabe, quizá llegarían a apoyarla si llegaba el día en que su hijo Alfonso decidía destetarse y se enfrentaba a ella. Entonces hizo llamar a Hugo de Rigaud, representante de los templarios en el Mediterráneo, y pese a que la Orden todavía no había sido aprobada por el Papa, se adelantó a los acontecimientos y les hizo entrega del Castillo de Soure en 1128. Pegadito a la frontera con los musulmanes. Ideal para zambullir a los recién formados templarios en la salvaje contienda de la Reconquista.

El castillo en cuestión

Hoy es una ruina. Las alfombras de las habitaciones transmutaron en hierba y la argamasa entre los muros se confundió con el musgo. Ubicado en la región de Coímbra, al norte de Lisboa. De color gris macilento. Solo fue una pena que después de su jugada maestra atrayendo para sí a los templarios, la condesa Teresa se sublevó por segunda vez contra el reino de León, fue derrotada nuevamente y despojada del poder a continuación por su hijo Alfonso. Que con el tiempo pasaría a conocerse como Alfonso I, primer rey de Portugal. De poco sirvieron sus nuevos amigos a la triste condesa.

Alfonso I, por otro lado, sí que se benefició ampliamente de los templarios. Junto a ellos ganó para la corona portuguesa un puñado de territorios al sur de Coímbra, y ya son legendarias las intervenciones de los caballeros en las conquistas de Santarem y de Lisboa. Sus castillos y encomiendas en territorio lusitano se multiplicaron, su poder se hinchó. La relación entre la corona portuguesa y la Orden del Temple fue una de las más fructíferas de Europa. Esto se debe a la utilidad de los monjes guerreros a la hora de estabilizar las fronteras del sur de Portugal; acudieron a la práctica totalidad de las batallas contra el islam, incluso enviaron contingentes para recuperar territorios cristianos de los reinos de Castilla y Aragón. No aportaban un gran número de combatientes pero siempre compensa tener a tu lado un caballero cuya regla prohíbe huir de la batalla, a no ser que el enemigo les supere por tres a uno. No eran los más simpáticos del patio pero siempre compensa tener a tu lado a un fanático religioso y experto en el uso de la espada, si tu reino depende del fervor religioso, pero traen desde Oriente valiosos conocimientos en matemáticas y medicina.

Quizá sorprenda al lector conocer que la influencia templaria en Portugal siguió incluso después de que Jacques de Molay ardiera en la hoguera. Hasta este punto se ligaron el reino lusitano y los pobres caballeros. Después de que la Iglesia acusara a la Orden de brujería, satanismo, pedofilia y demás barbaridades, instigando a los reyes europeos a deshacer sus relaciones con quienes tanto bien les habían hecho, Dionisio I de Portugal diluyó al Temple en la Orden de Cristo. De esta manera pudieron seguir existiendo, manteniendo sus dominios y apoyando a las empresas portuguesas, solo que esta vez lo hacían bajo un nuevo nombre. No sería hasta el auge de la Inquisición en el siglo XVI cuando la Orden de Cristo se vio privada de su rama militar y pasó a convertirse en una orden religiosa puramente monacal.

Y todo comenzó en este castillo de Soure, de la mano de una condesa avariciosa y genial. Su visión de futuro permitió garantizar a los reyes de Portugal un cuerpo de élite militar prácticamente invencible y destinado en exclusiva a combatir por Dios. Nos lo cuentan sus paredes mordisqueadas por las nubes.

Quién custodia las llaves del Santo Sepulcro ???


Cuando Umar bin al- Jattab ( segundo califa del islam) llego a Jerusalén, el patriarca cristiano lo invito a que realice la oración adentro de la iglesia del Santo sepulcro, el califa se negó porque si el hacía la oración allí podía pasar en el futuro que los musulmanes tomarán ese lugar como habitual para la oración, y Umar no quería que el pueblo cristiano perdiera ese lugar tan sagrado para su fe. Otra cosa interesante fue que la iglesia era tema de disputa entre católicos, ortodoxos, armenios, coptos, etc. Entonces el califa llamo a una familia palestina del lugar ( era una familia musulmana) y les entregó la llave de la iglesia del Santo sepulcro y les dijo que a partir de ese momento les dejaba la tarea de abrir y cerrar el templo para los fieles cristianos, con esto solucionó el conflicto que había entre las distintas sectas cristianas. Hoy después de más de 1300 años de ese suceso, los miembros de esa familia siguen siendo los custodios de la llave del Santo sepulcro.

El Castillo de Montesa


Tras haber sido donado por el rey Jaime II de Aragón a la recién creada Orden que llevaría el mismo nombre de Montesa, el recinto del castillo fue reconstruido y ampliado. En 1347 la Orden de Montesa compró a Pedro IV de Aragón numerosas villas y castillos, con lo que la Orden pasó a ser dueña del Maestrazgo.De estilo gótico, la fortificación fue totalmente renovada, de acuerdo con las nuevas funciones que debía desempeñar, ya que se convirtió en casa madre de la Orden, donde los monjes-caballeros seguían la regla de san Benito. El nombre completo del castillo era Sagrado y Real Convento de la Orden de Santa María de Montesa y San Jorge de Alfama. Los Reyes Católicos incorporaron al patrimonio de la Corona los maestrazgos de las órdenes de Santiago, Calatrava y Alcántara, a fin de mermar el poderío de las mismas, pero el maestre de la Orden de Montesa continuó con grandes honores y privilegios y siguió actuando de modo independiente. 



Las 7 reglas de oro


 

LAS SIETE REGLAS DE ORO

1.- SE SANO: Limpia tu cuerpo; aliméntate noblemente; bebe mucha agua; respira hondo y profundamente aire puro, evita los venenos; la enfermedad no te tocará.

2.- SE ELEVADO: Piensa siempre alto; no maldigas; evita a los maldicientes; no contamines ni permitas que te contaminen; la maldad no te tocará.

3.- SE FUERTE: No temas a nada ni a nadie; tu único enemigo eres tú mismo; aleja el pesimismo y la tristeza; no estás solo, ni eres débil; huye de la falsa modestia y la vanidad; la falsa modestia sustrae fuerzas y la vanidad ciega; la debilidad no te tocará.

4.- SE BONDADOSO: Haz todo el bien que puedas sin sentimentalismos; crea energías haciendo el bien a todos; cuídalas sin entregarte; la ingratitud no te tocará.

5.- SE SUPERIOR: Ama a todo y a todos; no odies a nada ni a nadie; todo lo que engendra, engendra su igual; el odio engendra el odio y el amor engendra el amor, lo que des te darán; el odio no te tocará.

6.- SE SABIO: Busca dentro de ti mismo a tu propio maestro; lo encontrarás; él tratará a todos tus problemas; el error no te tocará.

7.- SE DISCRETO: Protégete; guarda absoluto secreto; a nadie hables de lo que tu maestro te haya enseñado; tu tesoro es sólo tuyo; el secreto crea; la traición no te tocará.


La Batalla de Covadonga

 En la batalla de Covadonga, 300 cristianos, al mando de don Pelayo, vencieron al numeroso ejército musulmán (según es leyenda, de 188.000, pero aunque esto no fuera cierto, si lo superanban tan  ampliamente).

Con acero, valor, sangre y muerte. Así vencieron los 300 soldados al mando de Don Pelayo, el primer monarca del reino de Asturias, a los miles de musulmanes que osaron asediar Covadonga, el último enclave cristiano que aún resistía en la Península Ibérica tras la invasión árabe.

Por aquel entonces, el año 722, una pequeña parte de Asturias era lo único que quedaba en el mapa de la tierra que un día habían dominado los visigodos. No obstante, en ella habitaba un ínfimo reducto de soldados que, tras derrotar y poner en huida al ejército musulmán, inició hacia el sur la Reconquista cristiana, aventura que acabaría ocho siglos después cuando los musulmanes fueran expulsados de Granada.Covadonga fue el pistoletazo de salida del proceso que llevaría al nacimiento, en un futuro, de los diferentes reinos ibéricos a costa de la expulsión de los musulmanes. Sin embargo, fue también la reacción tardía de un pueblo que, en tan sólo diez años, había perdido a manos del invasor la mayoría del territorio en el que un día se había asentado.Para conocer las causas por las que Don Pelayo tuvo que iniciar la Reconquista es necesario remontarse hasta el año 711. En aquel tiempo, el control de la Península Ibérica, Hispania, pertenecía a los visigodos, un pueblo cristiano al mando del cual se encontraba el rey Don Rodrigo. Este, se había hecho con el trono después de mantener una fuerte guerra civil con los partidarios del anterior y fallecido líder Witiza, la cual finalmente había vencido.

Comienza la invasión

El sabor de la victoria no duraría demasiado a Don Rodrigo, como bien explica el periodista y profesor de bachillerato Domingo Domené Sánchez en su libro «Año 711, La invasión musulmana de Hispania». «En (…) el año 710 posiblemente llegaron a Ceuta (territorio musulmán) la viuda e hijos de Witiza en busca de ayuda para recuperar el trono», determina el experto.

Al parecer, los descendientes de Witiza, obsesionados como estaban por conseguir el trono de «Hispania» -el que consideraban suyo por derecho-, no tuvieron reparos en pedir ayuda a los musulmanes. «La llamada a fuerzas que podríamos llamar extranjeras para conseguir el poder o afianzarse en él no era nueva (…). En las ocasiones anteriores, en cambio, los extranjeros no habían aspirado a dominar toda Hispania, habían cobrado su ayuda en dinero (…) o en territorio (…) y habían dejado las cosas como estaban», añade Domené. No sería este el caso de los musulmanes que, sabedores de la debilidad cristiana, vieron en esta lucha interna un momento perfecto para invadir la Península Ibérica. Así, Musa ben Nusayr -gobernador musulmán de Ifriqiya (Túnez)-, decidió que era el momento de hacerse con las riquezas de Hispania, empresa que encargó a un ejército de 11.000 bereberes al mando de Tariq, uno de sus más reconocidos generales.Para hacerles frente, el recién coronado Don Rodrigo partió a marchas forzadas hasta Cádiz, lugar en el que plantaría batalla junto al río Guadalete al mando de una inmensa hueste de soldados visigodos.

Guadalete, la gran derrota

«Don Rodrigo llegó a Córdoba y allí concentró su ejército para la expedición bélica. Se cree que llevaba 40.000 hombres (…) y que tomó la vía romana Córdoba-Écija-Cádiz, mientras que Tariq avanzaba por la de Algeciras-Sevilla (…). El 19 de Julio se encontraron cerca de las ruinas de la ciudad de Lacea, en el Wadi-Lakka musulmán que nosotros llamamos el río Guadalete», explica el experto en su texto.

Sin embargo, y en contra de lo que pueda parecer a primera vista, el bando cristiano no contaba ni mucho menos con una ventaja abrumadora. «En cualquier actividad los profesionales tienen ventaja sobre los aficionados y el ejército musulmán estaba formado por soldados profesionales, mientras que el godo estaba constituido en gran parte por esclavos forzados a combatir. No había pues ventaja para ninguno de los dos bandos», añade Domené. A su vez, lo que finalmente decantó la balanza en la batalla fue la traición de los dos oficiales que manejaban los flancos del ejército de Don Rodrigo, algo que se explica en el libro «Colección de tradiciones: Crónica anónima del S.XI». «Encontráronse Rodrigo y Tariq (…) en un lugar llamado el lago, y pelearon encarnizadamente; más las alas derechas e izquierdas, al mando de Sisberto y Obba, hijos de Gaitixa (Witiza), dieron a huir, y aunque el centro resistió algún tanto, al cabo Rodrigo fue también derrotado y los musulmanes hicieron una gran matanza».

Tras la gran derrota, nunca se volvió a saber el paradero de Don Rodrigo. Muchos afirman que huyó para morir poco tiempo después de sus heridas, mientras que algunos historiadores musulmanes determinan que falleció en un combate singular contra Tariq, quien acabó con él de un lanzazo. Independientemente del destino del rey, lo que es indiscutible es que, tras su derrota, no quedó nadie para hacer frente al ejército bereber. De esta forma, y en apenas 10 años, los musulmanes llevaron a cabo una rápida conquista de Hispania que relegó a los visigodos al norte.

«Aunque cuando, tanto los romanos como los musulmanes conquistaron Hispania, (…) los historiadores se han preguntado (…) cómo el tiempo empleado en la conquista fue tan diferente en los dos casos (200 años por parte de los romanos y 10 en el caso los musulmanes)», determina el experto.


No obstante, para Domené las causas están claras: «La Hispania prerromana no era una unidad política (…) No había pues, una autoridad suprema para todo el país capaz de aglutinar la resistencia o proponer la rendición frente al invasor, sino múltiples jefes supremos a los que era preciso ir sometiendo uno a uno. Por el contrario, la Hispania gobernada por los godos sí era una unidad política», afirma Domené. De esta forma, con la desaparición de Don Rodrigo, el territorio entero se vino debajo de un solo golpe.

«En su invasión, los musulmanes encontraron un apoyo interior significativo»A su vez, el pueblo hispano no opuso demasiada resistencia a los musulmanes, pues en un principio entendían que su llegada les libraría del abuso de los nobles godos, quienes solían exigir grandes tributos a la población. De esta forma, los invasores supieron ganarse la confianza de la sociedad eliminando varios impuestos.

Finalmente, una de las principales causas de la rápida conquista fue el sustento que los musulmanes tenían en la Península. «Los romanos no contaron con un apoyo interior significativo y los musulmanes sí. Además de los witizanos, los musulmanes contaron con el colaboracionismo de los judíos», añade Domené en su texto.

Comienza la resistencia

A pesar de la rápida conquista, los cristianos todavía guardaban una desagradable sorpresa a los musulmanes pues, en el norte, se empezó a gestar una resistencia en contra de la invasión. Concretamente, centenares de godos comenzaron a asentarse sobre las cordilleras cantábricas y pirenaicas.

«Bajo el hecho geográfico de la división de la franja cantábrico-pirenaica en cuatro zonas (…) podemos considerar que hubo cuatro núcleos de resistencia antimusulmana que, por simplificar, llamaremos el núcleo astur-cántabro y, en los Pirineos, el vasco-navarro, el aragonés y el catalán», señala el experto en su libro.

Aunque estos pequeños grupos de cristianos todavía no podían plantar cara a los invasores, se decidieron a defender a ultranza sus territorios, de manera que los musulmanes no tuvieron más remedio que abandonar la idea de conquistarles. En contra, se limitaron a exigirles duros impuestos y establecer fortificaciones cerca de ellos para controlar su expansión.Al fin, la primera resistencia se empezaba a gestar en todo el territorio montañoso, aunque sobre todo en el núcleo astur. De hecho, no pasó mucho tiempo hasta que este pequeño grupo del norte vio subir al poder a un líder que les llevaría a la victoria: Don Pelayo.Este supuesto noble tomó el poder a finales del año 718 cuando, cansado de los fuertes tributos a los musulmanes, convenció a sus compatriotas para dejar de pagar los impuestos. «Pelayo les debió animar a no pagar con un argumento tan simple y poderoso como el de que, si los musulmanes querían dinero, que fueran a buscarlo allí, a la montaña», determina Domené.

Covadonga, inicio de las hostilidades

No obstante, los musulmanes reaccionaron como cabía esperar: formaron un poderoso ejército y se dirigieron con decisión hasta el núcleo astur decididos a acabar de una vez con la rebelión. Por su parte, los cristianos, de manos de Don Pelayo, decidieron plantar cara al ejército musulmán. El enclave para resistir los ejércitos arábigos fue Covadonga, un paraje situado cerca de Cangas de Onís (al este de Asturias).

Concretamente, Don Pelayo protegió este territorio con los escasos soldados que pudo reunir. «Ante el acoso musulmán, Pelayo y sus hombres, unos 300, se refugiaron en Covadonga, una cueva del monte Auseba que está al fondo de un estrecho valle en los Picos de Europa», explica el experto. En este punto la historia se diluye y varía dependiendo de si el cronista es cristiano o musulmán. Esto se debe a que los primeros trataron el suceso como una batalla de dimensiones épicas mientras que los segundos pasan por alto este suceso y lo consideran de escasa importancia.

Puente romano de Cangas de Onís

Según los cronistas cristianos, antes de la batalla un antiguo obispo visigodo llamado don Oppas -comprado por los musulmanes- trató de convencer a Don Pelayo de rendirse. Sin embargo, este se mantuvo firme hasta el final.

«Pelayo estaba con sus compañeros en el monte Auseva y el ejército de Alqama llegó hasta él y alzó innumerables tiendas frente a la entrada de la cueva. El predicho obispo (el arzobispo don Oppas, hijo de Witiza) subió a un montículo situado ante a la cueva de la Señora y habló así a Pelayo: (…) “Juzgo, hermano e hijo, que no se te oculta cómo hace poco se hallaba toda España unida bajo el gobierno de los godos y brillaba más que los otros países por su doctrina y ciencia, y que, sin embargo, reunido todo el ejército de los godos, no pudo sostener el ímpetu de los ismaelitas. ¿Podrás tú defenderte en la cima de este monte? Me parece difícil. Escucha mi consejo: vuelve a tu acuerdo, gozarás de muchos bienes y disfrutarás de la amistad de los caldeos», explican las crónicas cristianas escritas en tiempo de Alfonso III.Pelayo respondió: «¿No leíste en las Sagradas Escrituras que la iglesia del Señor llegará a ser como el grano de la mostaza y de nuevo crecerá por la misericordia de Dios?». El obispo no pudo más que contestar que así era. La decisión estaba tomada, don Oppas sabía que habría que combatir para expulsar a los astures y así se lo hizo saber a los invasores.

El oficial musulmán ordenó entonces que sus soldados armaran las catapultas y acabaran con la débil defensa cristina. «Se prepararon las hondas, brillaron las espadas, se encresparon las lanzas e incesantemente se lanzaron saetas», narran los antiguos textos.

Según cronistas cristianos de la época una fuerza divina se unió a Don Pelayo. 

Sin embargo, y según los cronistas cristianos, en ese momento una fuerza divina se unió a Don Pelayo dándole la victoria frente a los 188.000 soldados del ejército musulmán. «Al punto se mostraron las magnificencias del Señor: las piedras que salían de los fundíbulos (catapultas) y llegaban a la casa de la Virgen Santa María, que estaba dentro de la cueva, se volvían contra los que las disparaban y mataban a los caldeos (musulmanes). (…) En el mismo lugar murieron 125.000 caldeos y los 63.000 restantes subieron a la cumbre del monte Auseba», determinan las escrituras.A continuación, y siempre según los escribanos de Alfonso III, Dios volvió a intervenir: «Ni estos escaparon a la venganza del Señor; cuando (los musulmanes) atravesaban por la cima del monte que está a orillas del río Deva (…) se cumplió el juicio del Señor: el monte, desgajándose de sus cimientos, arrojó al río a los 63.000 caldeos y los aplastó a todos».

Covadonga, según los musulmanes

Por el contrario, las escrituras musulmanas guardan una visión mucho menos heroica. En ella, se afirma que unos pocos miles de soldados acudieron a Galicia para combatir contra «un asno salvaje llamado Pelayo». De hecho, en palabras de los islamistas, los soldados árabes cercaron a las tropas cristianas hasta que estas murieron casi en su totalidad de hambre.

«Los soldados (musulmanes) no cesaron de atacarle hasta que sus soldados (los de Pelayo) murieron de hambre y no quedaron en su compañía sino treinta hombres y diez mujeres. (…) La situación de los musulmanes llegó a ser penosa y al cabo los despreciaron diciendo: “Treinta asnos salvajes. ¿Qué daño pueden hacernos?», afirman las crónicas traducidas por los españoles Alcántara y Albornoz.

¿Qué sucedió en realidad?



A pesar de las múltiples versiones, Domené Sánchez expone una versión más realista y posible dentro del texto: Según el profesor, Al Qama y los suyos se vieron obligados a penetrar por un angosto valle para plantar cara a los astures. «La estrechez del terreno no les permitía desplegarse. Tenían pues que avanzar en fila. A los seguidores de Pelayo, situados en las laderas, les fue relativamente fácil hacerlos retroceder por un procedimiento tan simple como el de arrancar peñas y lanzarlas ladera abajo», afirma el experto, su vez, determina que lo que las crónicas cristianas explican como un milagro, -el que la ladera y el río se tragaran a miles de musulmanes-, pudo haber sido más bien un afortunado desprendimiento de tierra. Finalmente, el profesor es bastante escéptico con respecto al gran número de soldados musulmanes fallecidos: «El cronista (….) fue excesivo al decir que el ejército musulmán tenía 188.000 soldados». Fuera como fuese, lo cierto es que la victoria de Covadonga supuso el inicio de la Reconquista cristiana, la cual duraría nada menos que ocho siglos. Y ya saben lo que dice el dicho: «Asturias es España y lo demás tierra conquistada».

El Preste Juan


El Preste Juan o Pastor Juan era el nombre de un supuesto gobernante cristiano del Lejano Oriente según los relatos europeos de la Edad Media. Fue un personaje muy conocido entre los siglos XII y XVII. Era, a la vez, gobernante y sacerdote, incluso patriarca según algunas fuentes, de ahí su título de «preste» (apócope de presbítero), de una nación cristiana aislada entre musulmanes y paganos en algún lugar de Oriente. Según los relatos medievales, descendía de los tres Reyes Magos, y tanto era un mandatario generoso como un hombre virtuoso, que regía un territorio lleno de riquezas y extraños tesoros, donde se encontraba el patriarcado de Santo Tomás. Su reino contenía maravillas, como un espejo a través del cual podía ver todas sus provincias, de cuya fábula original derivó la «literatura especular» de la Baja Edad Media y el Renacimiento. En ella, los reinos de cada príncipe eran censados y sus deberes fijados.1

Resulta a la Historia de este personaje que casi con total seguridad nunca llegó a existir. Pero la importancia de tal mito fue de una inmensa magnitud por la influencia innegable que tuvo en la expansión occidental hacia el Oriente.

La primera de las noticias que se tienen acerca del Preste Juan la difunde el obispo y cronista Otón de Freising en el libro "Crónica de las dos ciudades", escrito en 1.145 y en él relata la conversación que mantuvo con otro obispo (Hugo de Javala) en la corte papal de Eugenio III reunida en Viterbo. Acababa de caer el condado de Edesa en manos de Zengi de Mosul un emir musulmán de origen turco. Poco después, el papa convocaba la segunda cruzada.

Lo que Hugo de Javala contó trataba acerca de un mítico rey cristiano, que gobernó sobre un pueblo cristiano, y que vivió en la zona de "las tres Indias", en algun sitio al este de los antiguos estados latinos de Ultramar (cuando tenían Tierra Santa). Era lógico pensar en Occidente que dicho rey vendría desde Oriente para ayudar a los cruzados a recuperar Tierra Santa para la Cristiandad, ya que según el relato de Hugo de Javala, hizo la guerra y venció a los dos reyes hermanos que gobernaban sobre persas y medos, los llamados Samiardos. Después de esa victoria parece que Juan estaba dispuesto a prestar su ayuda a la Iglesia de Jerusalén, pero cuando en su marcha al oeste llegó al Tigris, se dio cuenta de que no tenía embarcaciones apropiadas para pasar el río, y marchó hacia el norte con la esperanza de pasarlo por la zona donde le habían informado que se helaba. Allí permaneció algunos años en vano, porque el río no se helaba y decidió entonces volver a sus bases. Otra de las cosas que dijo el antiguo obispo de Edesa es que el Preste era descendiente de los Magos de Oriente a los que alude el evangelio de San Mateo, y que gobernaba sobre las mismas tierras que ellos lo habían hecho. Desde antiguo en Occidente se creía que los Magos habían vivido en la India y recibido el bautismo de manos del apóstol Tomás.

Hoy, tras varias investigaciones, se supone que el personaje más reconocible como Preste Juan, pudo tratarse del rey Toghrul, soberano de una dinastía keraíta, en la región del lago Baikal en Asia Central, que era de religión cristiana-nestoriana y que fue derrotado y muerto en 1.203 por Gengis Khan.

La leyenda vuelve a cobrar vida con la aparición de una carta (evidentemente falsificada) dirigida al emperador bizantino Manuel I Comnemo,datada en 1.165, en la que el propio Preste daba descripciones claras y detalladas de sus tierras.

Tras de dos expediciones occidentales a Oriente, una de Giovanni Piano Carpini en 1.246 y otra de Guillermo de Roebruck en 1.248, se siguió fomentando la leyenda que sostenía que el Preste Juan era un gran monarca de la India.

En 1.298, aparece publicado el famoso libro "Libro de messer Marco Polo, ciudadano de Venecia llamado Millón, en el que se cuentan las maravillas del mundo", más comunmente conocido como "El Millón", . Lo que supuso, que por primera vez Europa, tuviera por este medio, noticias directas de China. Los anteriores viajeros habían dictado sus informes en latín y de forma reservada para sus superiores. El Millón, estaba redactado en lengua francesa y para el pueblo, lo ameno del relato, como si fuese una narración novelesca y la maravillosa descripción de usos, costumbres, maravillas y aventuras, hizo que se leyese con avidez y que variase gran parte de la mentalidad europea, incluida hasta la dieta. Marco Polo introdujo los fideos en Europa.

En El Millón no faltan paginas para ponderar las riquezas de Oriente, la corte del gran Khan, el Catay, las especias, las perlas, el Preste Juan y el Cipango. Concretamente del Preste Juan dice que los mongoles le pagaban tributo y en 1.187,  los mongoles, bajo el liderato de Gengis Kan se rebelaron de tal manera que hubo una gran batalla contra Uncan [Preste Juan] en la que éste murió; con lo que todos sus territorios y vasallos pasaron a poder de Gengis Kan, quien desposó a sus herederos con los descendientes de Preste Juan, de tal manera que son éstos los que aún en día gobiernan sobre los tártaros y un montón de pueblos más.

En la popular obra "Viajes" del viajero de procedencia británica aunque considerado belga de Lieja, llamado Johan de Mandeville y en el que relata el viaje realizado por el autor para conocer al Gran Khan, también se incluyen referencias directas al Preste Juan. Tan imaginativo era el libro, que llega a afirmar que incluso bautizó al Gran Khan.

    A principios del siglo XV, destaca la figura de Enrique el Navegante, tercer hijo del rey Juan de Avis de Portugal y hermano del futuro rey Don Duarte.

Enrique fue nombrado rector de los Caballeros de Cristo con poderes de Gran Maestre, pero renunciando al título, ya que no solo había hecho voto de pobreza, sino que además fue célibe, lo que le permitió dedicar todos sus recursos a la tarea de impulsar la fe.

Al príncipe Enrique, también le llegaron noticias del famoso Preste Joao o Preste Juan, del cual también habló Marco Polo (uno de los ejemplares de El Millón, fue enviado por La Señoría de Venecia al infante) y en la escuela naval de Sagres se situó su reino en Etiopía, por lo que había que explotar África, sin perjuicio de alcanzar posteriormente las Indias.

En 1.418, una expedición enviada por Enrique el Navegante, capitaneada por Juan González Zarco y Tristán Texeira, descubren el archipiélago de Madeira.

La enorme voluntad y pasión del Príncipe Navegante, hacen que Portugal se vuelque de forma definitiva en la colonización y actividad mercantil con las nuevas tierras, así como la realización de dos grandes objetivos: recuperación de tierras africanas al sur de las Canarias y sobre todo la búsqueda de un camino a la India a través de los océanos Atlántico e Indico. 

Al advenir al trono Juan II de Portugal, en 1.481, no había desdeñado la consecución del camino directo hacia las Indias, pretendida por sus antecesores. Así, en el año 1.487, Juan II, encarga a tres hombres, otras tantas expediciones: a Martín Lopes le encomendó la misión de ir a las Indias por el Nordeste y el lógico fracaso de su misión, haría que su nombre se sumergiera en el olvido. Aquel mismo año, otro viajero y explorador, Pedro de Covilhao, acompañado por Afonso de  Paiva, partían el mes de mayo hacia Oriente por tierra vía Barcelona, Nápoles y Rodas, desde donde embarcaron hacia Alejandría haciéndose pasar por comerciantes de miel, llegando a El Cairo, donde se enrolaron en una galera con destino a Adén. Allí decidieron separarse, Paiva se quedó en África internándose en tierras de Abisinia, girando hacia el sur, con el objeto de desvelar para siempre el misterio que envolvía la mítica tierra del Preste Juan. Covilhao viajó a la costa Malabar, en la zona sur-occidental de la India, concretamente a Cannanore (actual Kannur, en el norte del estado indio de Kerala), Calicut (actual Kozhicode, también en el estado de Kerala) y Goa, regresando hacia El Cairo por Ormuz (Persia), a donde llegó a finales de 1.490 y donde debería de encontrarse con Paiva, recibiendo en cambio la noticia de su muerte. Un enviado del rey Juan II, Pedro de Lamego recibió en El Cairo un completísimo informe de Covilhao, acerca de las tierras visitadas, informe que en el futuro tendría una enorme importancia. A pesar de haber terminado su misión, Covilhao decidió no regresar a Portugal. 

Hay que destacar que, entre las razones que se encuentran en el diario de Cristóbal Colón para justificar su expedición hacia el Oeste (América) figuraba en primer plano la búsqueda de ese posible aliado en Oriente. O sea, ese preste Juan, que ayudaría al rey Fernando el Católico en su soñada cruzada final para liberar Tierra Santa. 

 La leyenda del Preste Juan, decae cuando el Padre Francisco Alvares, publica en 1.540 el libro "Verdadeira informação das terras do Preste João das Índias" donde advierte de la inexistencia de dicho personaje