viernes, 15 de diciembre de 2023

Quien tenga oidos que escuche-.

Jesús de Nazaret, en sus enseñanzas, enfatizó la importancia de la verdad y el amor al prójimo. Aunque no hay una cita específica de Jesús sobre hacer mal al prójimo y la mentira, sus enseñanzas generales abordan estos temas.

En el contexto de la mentira, el octavo mandamiento del Decálogo, según la interpretación cristiana, dice: «El octavo mandamiento prohíbe falsear la verdad en las relaciones con el prójimo. Las ofensas a la verdad, mediante palabras o acciones, expresan un rechazo a comprometerse con la rectitud moral». Esto refleja la enseñanza de Jesús sobre la importancia de la verdad.

Además, se enseña que debemos amar la verdad, porque Cristo es la verdad y Él nos enseñó que la Verdad nos hace libres y nos santifica. En este sentido, hacer mal al prójimo y mentir serían contrarios a las enseñanzas de Jesús.

Enfatizó la importancia de seguir sus enseñanzas y vivir de acuerdo con los valores del reino de Dios. Aunque no hay una cita específica de Jesús sobre ser contrario a Él, sus enseñanzas generales abordan este tema.

En el Sermón del Monte, Jesús habló sobre cómo deben vivir los que desean seguirle y vivir una vida agradable a Dios. Enseñó a sus seguidores a practicar y enseñar la Ley y a vivir en justicia. Quien lo haga, será considerado grande en el reino de los cielos.

Por otro lado, Jesús también enseñó que cuando te apartas de las Escrituras estás en el error. Esto implica que ser contrario a Él, es decir, no seguir sus enseñanzas y vivir de manera contraria a los valores del reino de Dios, se considera un error según su palabra.

Jesús enseñó que el Reino de Dios es para aquellos que entienden que no lo merecen y se dan cuenta de que son pecadores. Aquellos que se rebelan contra Dios y rechazan su reinado sobre sus vidas viven con las consecuencias de esa decisión. La vida pecaminosa del hombre ha afectado su relación con Dios, con los demás seres humanos y con la naturaleza.

En las enseñanzas de Jesús, se destaca que aquellos que no viven según el Reino de Dios no podrán disfrutar de las bendiciones prometidas para aquellos que sí lo hacen. Jesús reveló que el futuro de quienes viven bajo el Reino de Dios será uno donde "Dios mismo estará con ellos. Y limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor".

Por lo tanto, aquellos que eligen no vivir según el Reino de Dios se perderán estas bendiciones y vivirán con las consecuencias de su pecado. Sin embargo, es importante recordar que la enseñanza central de Jesús es de amor, perdón y misericordia. Él invita a todos a arrepentirse, a cambiar su forma de vida y a seguirle.

Aquellos que no se arrepienten y no viven según el Reino de Dios enfrentan consecuencias espirituales. Jesús enseñó que el arrepentimiento es un paso crucial para entrar en el Reino de Dios. Aquellos que no se arrepienten y continúan viviendo en pecado están eligiendo un camino de perdición.

En la Biblia, se utiliza la metáfora del fuego para describir las consecuencias de no arrepentirse. Por ejemplo, en Lucas 3:15-17, se pregunta: "¿Eres bautizado con el Espíritu, o con fuego? ¿eres trigo o eres paja? ¿terminarás en el granero o en el fuego eterno?". Esta metáfora sugiere que aquellos que no se arrepienten enfrentarán juicio.

Es importante recordar que el mensaje central de Jesús es de amor y misericordia. Invita a todos a arrepentirse y a seguirle. El arrepentimiento es una oportunidad para cambiar y vivir de acuerdo con los valores del Reino de Dios.

Según las enseñanzas de Jesús, aquellos que no se arrepienten y no viven según el Reino de Dios enfrentan consecuencias espirituales¹. En Lucas 13:3, Jesús dice: "¡Les digo que no! De la misma manera, todos ustedes perecerán a menos que se arrepientan"¹. Esta enseñanza sugiere que aquellos que no se arrepienten enfrentarán juicio.

Además, en Lucas 13:24-25, Jesús dice: "Esfuércense por entrar por la puerta estrecha —contestó—, porque les digo que muchos tratarán de entrar y no podrán. Tan pronto como el dueño de la casa se haya levantado a cerrar la puerta, ustedes desde afuera se pondrán a golpear la puerta, diciendo: '¡Señor, ábrenos!'¹". Esto sugiere que aquellos que no viven según el Reino de Dios no podrán entrar en él.



Quien tenga oidos que escuche-.