domingo, 24 de diciembre de 2023

Christus vincit! Christus regnat! Christus imperat

 Este es el mensaje que la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, hace resonar en la Iglesia. La Iglesia, esposa de Cristo y madre de todos quienes esperan en Él, en su Sabiduría hace recordar a todos los cristianos sobre la supremacía absoluta de Jesús.

Nuestro divino Salvador, de hecho, por el gran amor que tiene a los hombres decidió entrar en la historia y vivir la condición humana en modo de poder colmar con Su muerte y Resurrección aquel abismo de separación que el pecado había abierto entre Dios y el hombre. Él, nuevo Abraham, ha también abrazado totalmente la condición humana habiendo asumido un cuerpo y un alma humanos en modo de poder salvarlos a ambos en el momento de Su muerte. ¡He aquí la grandeza de nuestro Rey!! Él, Verbo encarnado, era el único que podía salvarnos del pecado y de la muerte y es justo sobre la Cruz, cuando Jesús expira, que la muerte, lista para envolverlo en las tinieblas, es derrotada, porque Él, el Hijo de Dios, la supera enormemente. Él, de hecho, resurge, arranca la vida de la muerte y pone al demonio un límite: “Cualquiera que invoque el nombre del Señor será salvado” (Rom 10, 13).



Con mayor razón nosotros debemos vivir siempre conscientes de haber sido redimidos a un precio muy alto, con la sangre de Cristo, que quiso morir de una forma tan dolorosa incluso por salvar una sola alma. Pensemos por unos instantes el gran amor que Él nos tiene y el extremo valor que nuestra alma tiene ante sus ojos. Jamás nadie podrá amarnos tan plenamente como Dios, jamás ninguno cuidará de nosotros como lo ha hecho Dios y jamás ninguno gozará tan desbordantemente de vernos en sus brazos como Dios. Los caminos del Paraíso, gracias al sacrificio de Cristo, fueron abiertos. Corresponde ahora al hombre recorrerlos para reencontrarse nuevamente en casa después del exilio terreno. Este camino aún no está libre de obstáculos. El demonio no deja nunca de intentar arrancarnos de la via de la bondad que conduce al Sumo Bien, el Señor. Es por eso que cada uno de nosotros es llamado constantemente a elegir aquello que más lo acerca a Cristo y aquello que más lo hace caminar hacia la meta eterna. Esto no es simplemente por cualquier razón “de frente al encuentro con Cristo”, sino porque sólo caminar eligiendo el bien convierte al hombre en verdaderamente hombre. Solo el Bien es capaz de hacer crecer y dilatar al ser humano. El camino por el Reino de los Cielos es por lo tanto el bien para nosotros. En este camino no estamos solos. Tenemos a la Iglesia, nuestra madre, que nos guía en la tempestad del tiempo y que nos dona la gracia de los Sacramentos. No nos comportemos como ciegos, como si no necesitáramos de nadie en esta vida. El hombre es relación y todavía más, es relación con su Creador. Abramos nuestro corazón y dejemos que la gracia entre en nosotros para transformarnos siempre más plenamente hombres y dependientes de Dios.

Esté, pues, nuestro corazón en este día lleno hasta los bordes de gozo por el gran redentor que nos ha salvado. Por eso dirijamos a Él nuestra invocación. Reconozcámoslo como Dios y Señor, como el único digno de adoración y como el sentido de nuestra vida misma. Vivimos hoy en un mundo en el que es siempre más clara la dificultad de ser cristianos pero un cristiano no vacila en decir que Cristo es el Rey, pero no sólo que Cristo es Su Rey, sino que Cristo es el Rey del Universo, de la historia, del tiempo y de todo aquello que es creado, visible o invisible. El y sólo Él es el Señor de los Señores y nosotros cristianos nos gloriamos de proclamarlo solemnemente en esta fiesta, el centro y fin de cada una de nuestras acciones y todavía más, de nuestra existencia como seres humanos.

Unámonos pues a la oración de la Iglesia que, a través de la Liturgia, proclama solemnemente: t“Christus vincit! Christus regnat! Christus imperat!”.

Belén Inclusivo

Parece mentira, hasta donde hemos llegado, ahora resulta que los portales de Belén tienen ideología de genero, y tienen inclusividad. Lo mas grave de todo, no es eso, sino que los mismos que atacan a la doctrina católica,, son ahora los protagonistas de dicho esperpento. Ahora resulta que quieren ser los mismísimos padres y madre carnales de Ntro. Señor, aquí en la tierra, pero que cuando llegue el momento, de atacar a su doctrina y sus templos no duraran ni un instante. Ojo, no todos son iguales, pero si realmente sienten y son católicos y cristianos por ende, no se les ocurriría tamaña aberración. Y todo con el el beneplácito del Papa y sacerdotes y jerarquía corrupta???? Santo Padre, por decirle algo, a quien representa usted con esta decisión? A mi no, desde luego, y a muchos católicos convencidos creo que tampoco. Acaba usted de cometer un acto en contra de uno de los pilares fundamentales en el cual nos reafirmamos como católicos y decimos si creo en la santa misa, en al cual se nos pregunta, sobre la virginidad de Nuestra Señora y que su hijo seria engendrado no creado, por la sombra del Padre a través del Espíritu Santo. No tiene su Santidad vergüenza alguna, al igual que su comidilla que están poniendo sus belenes en las parroquias con dos Vírgenes María o Dos San José... Cual es el siguiente paso? utilizar quizás el asno y el buey ? total es ideología de genero.... un humano con un animal... para ellos es valido, me siento asqueado. Y hoy mas catolico que nunca, y le recuerdo este siguiente párrafo, para apoyar mi escrito, y decirles a las cara que todos sois unos BLASFEMOS Y QUE SE ESTÁIS VENDIENDO a la serpiente, que queráis o no la tiene nuestra MADRE pisada con su talón. Y vendrán lamentos y rechinar de dientes....
Deus Vult.
 

Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,26-38):
 

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»
María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»
Y la dejó el ángel.
 

Compartan por favor, no debemos pasar por alto este ultraje.


 

 

miércoles, 20 de diciembre de 2023

Anno von Sangerhausen X Gran Maestre de la Orden Teutónica


Anno probablemente nació en la baja nobleza de la ciudad de Sangerhausen en Turingia entre 1210 y 1220. No se sabe nada sobre sus inicios en la Orden Teutónica. Desde 1254 (o tal vez a finales de 1253), fue maestro de la rama de Livonia de la orden, hasta que el capítulo general lo eligió gran maestre en 1256. Durante su maestría, Anno viajó extensamente entre Tierra Santa, Roma, Alemania y las tierras bálticas. Luchó por conseguir la ayuda de los cruzados contra los curonianos y los prusianos, que habían iniciado una gran insurrección en 1260 que duró hasta 1273. En Palestina, el avance del sultán Baybars de Egipto amenazó las posesiones de la orden: Montfort, el castillo principal de la orden, cayó en 1271. Tanto la región del Báltico como Tierra Santa exigieron el compromiso de Anno, lo que provocó tensiones dentro de la orden. Mientras Anno estuvo en Occidente entre 1261 y 1267, el capítulo general de Acre decretó que el maestro no debería abandonar Tierra Santa durante períodos prolongados en el futuro (1264). Sin embargo, poco después de la pérdida de Montfort, Anno partió hacia el imperio, donde murió el 8 de julio de 1273.


La carga de los Tres Reyes. Las Navas de Tolosa.


En 1194 el califa almohade Yaqub al-Masur había enfermado de gravedad, por lo que su hermano, Abu Yahya, gobernador de Al-Andalus, fue a Marruecos para reclamar el trono. Eso desató un conflicto civil, que intentó ser aprovechado por Alfonso VIII de Castilla para atacar Sevilla y sus alrededores, rompiendo la tregua establecida previamente.  
Al-Mansur derrotó a su hermano y reunió un ejército para enfrentar a sus enemigos y en 1195 venció a las tropas castellanas en Alarcos. Al triunfo siguió la conquista de Trujillo, Pasencia, Talavera, Cuenca y Uclés y dejó debilitado al reino de Castilla. El victorioso Al- Mansur murió en 1199 y le sucedió su hijo Muhammad al-Nasir.  
Al-Nasir ambicionó continuar realizando progresos en al-Ándalus por lo que en 1211 reunió un ejército poderoso, cruzó el estrecho de Gibraltar y capturó el castillo de Salvatierra. Alfonso VIII percibió la amenaza sobre Toledo y el valle del Tajo y decidió enfrentarse en una batalla decisiva, para la cual requería de mucho apoyo. Solicitó la ayuda del papa Inocencio III que convocó una cruzada para facilitar la llegada de contingentes de toda Europa.  
Alfonso VIII consiguió el apoyo del rey Pedro II de Aragón y de Sancho VII de Navarra, además llegaron caballeros de toda Europa, especialmente de Francia. Según Francisco García, los cristianos tenían unos 4000 jinetes y 8000 infantes. Los musulmanes tendrían el doble. Fue la ciudad de Toledo en donde se concentró el ejército cristiano.
Alfonso VIII tomó la iniciativa y con la ayuda de un pastor, atravesó la sierra y llegó a las cercanías del ejército musulmán, llamado Las Navas, el 13 de julio de 1212. El día 16 se produjo el enfrentamiento.  
Los cristianos se desplegaron en tres columnas de ancho por tres de profundidad y dieron inicio a la batalla. Los almohades se defendieron y estuvieron a punto de rodear al ejército cristiano, el cual mantuvo el orden y repelió los ataques. La lucha duró casi todo el día, hasta que la retaguardia cristiana entró al ataque y derrotó a los musulmanes. Las tropas victoriosas se apoderaron del campamento de al-Nasir, quien huyó del campo.  
Los cristianos capturaron un rico botín, a la vez que sus pérdidas, aunque no hay consenso, fueron escasas; no así las almohades, que fueron más de 10 000.
La batalla de las Navas de Tolosa fue un parteaguas, pues se inició el declive almohade en la península Ibérica a la vez que el avance cristiano cobró auge y se amplió unas tres décadas después, hasta reducir los territorios musulmanes al reino de Granada.

La batalla de Covadonga contada por los musulmanes


(Isa ibn Ahmad al-Razi fue un historiador y escritor árabe, cronista del califa al-Hakam II en la segunda mitad del siglo X. Hijo de Ahmad ibn Muhammad al-Razi, también historiador, finalizó en Córdoba después de año 977 la composición de la obra más famosa de su padre, Historia de los reyes de Al-Andalus.)
"Dice Isa ben Ahmad al Razi que en tiempos de Anbasa ben Suhaim Al Qalbi, se levantó en tierra de Galicia un burro salvaje llamado Pelayo. Desde entonces empezaron los cristianos en Al-Ándalus a defender contra los musulmanes las tierras que aún quedaban en su poder, las que no habían esperado conseguir. Los islamitas, luchando contra los politeístas y forzándolos a emigrar, se habían apoderado de su país hasta llegar a Ariyula, de la tierra de los francos, y habían conquistado Pamplona en Galicia y no había quedado sino la roca donde se refugió el rey llamado Pelayo con trescientos hombres.
Los soldados no pararon de atacarle hasta que sus soldados murieron de hambre y no quedaron en su compañía sino treinta hombres y diez mujeres. Y no tenían que comer sino la miel que tomaban de la dejada por las abejas en las grietas de la roca. La situación de los musulmanes llegó a ser penosa, y al fin y al cabo les despreciaron diciendo: «Treinta asnos salvajes, ¿qué daño nos pueden hacer?».
La historia siempre tiene varias versiones, y siempre es necesario huir de la que es evidente propaganda.

Primer ataque Vikingo en Andalucía


 El 11 de noviembre del año 844 se produjo la batalla de Tablada en la que se enfrentaron el emirato de Córdoba con las huestes de vikingos que por primera vez dirigían sus expediciones de saqueo a la Península Ibérica. La batalla campal tuvo lugar en los terrenos de Tablada, a las afueras de Sevilla.
Las ciudades y comarcas del suroeste de al-Ándalus, alejadas de las fronteras con los cristianos —y de los no menos peligrosos musulmanes norteafricanos—, llevaban una existencia libres de temor a un ataque exterior, pues ningún enemigo acechaba las costas meridionales de la Península. Por ello, ciudades como Sevilla no estaban protegidas por murallas, que, a juicio de los emires omeyas, sólo podían servir para que sus habitantes tuvieran tentaciones de protegerse tras ellas y alzarse contra Córdoba. Pero en el año 844 el al-Ándalus tranquilo y confiado despertó a la realidad de una manera brutal: tras algunas escaramuzas en Lisboa, Cádiz y Sidonia, unos cincuenta navíos vikingos llegaron a la desembocadura del Guadalquivir y desde allí fueron remontando el río arrasando a su paso Coria hasta llegar a Sevilla. Sus habitantes, abandonados por su gobernador, que huyó a Carmona, intentaron resistir, pero su débil oposición terminó el 1 de octubre.
Los vikingos entraron en la ciudad a sangre y fuego, matando a todo ser viviente, hombres, mujeres y bestias, que hallaban a su paso, y allí permanecieron todo ese día, para luego regresar a sus naves a la mañana siguiente. Abderramán II, que ya tenía noticias de su presencia en las costas andalusíes por mensajes enviados desde Lisboa, envió inmediatamente tropas hacia Sevilla, sin esperar a que el ejército estuviese reunido, de forma que iban llegando pequeños destacamentos en días sucesivos. Estas tropas consiguieron parar a los invasores, causarles algunas bajas y apoderarse de cuatro navíos, que fueron quemados después de sacar de ellos el valioso botín que transportaban.
Aunque las crónicas andalusíes hablen de resonantes victorias sobre los vikingos, se dice que 30 naves fueron quemadas y cerca de veinte mil invasores perecieron (cifra exagerada, ya que la cifra real de vikingos oscilaría entre los mil y los dos mil), lo cierto es que no sólo no fueron aniquilados, sino que, con bajas más o menos apreciables, pudieron abandonar sin dificultad el Guadalquivir, saquear Niebla y seguir rumbo hacia la costa de África para continuar sus andanzas por el Atlántico. Lo cierto es que la rápida reacción de Abderramán II sirvió, sin embargo, para que los vikingos no avanzaran más hacia el interior y para demostrarles que al-Ándalus no era presa fácil. Quince años más tarde, reinando ya el emir Muhammad, volverían a aparecer en las costas meridionales de al-Ándalus, pero en esa ocasión la marina omeya estaba bien preparada. Escarmentado por el grave descalabro de Sevilla, Abderramán II tomó medidas para que sucesos como éste no se repitieran, una de las cuales fue la construcción de las murallas de Sevilla. Asimismo se llevó a cabo una hábil labor de construcción de fortalezas (el “ribat”) en la costa y desembocadura de los ríos que darían origen al topónimo de poblaciones como San Carlos de la Rápita (Tarragona), La Rápita (Mallorca), La Rábida (Huelva) y La Rábita (Granada).



viernes, 15 de diciembre de 2023

Quien tenga oidos que escuche-.

Jesús de Nazaret, en sus enseñanzas, enfatizó la importancia de la verdad y el amor al prójimo. Aunque no hay una cita específica de Jesús sobre hacer mal al prójimo y la mentira, sus enseñanzas generales abordan estos temas.

En el contexto de la mentira, el octavo mandamiento del Decálogo, según la interpretación cristiana, dice: «El octavo mandamiento prohíbe falsear la verdad en las relaciones con el prójimo. Las ofensas a la verdad, mediante palabras o acciones, expresan un rechazo a comprometerse con la rectitud moral». Esto refleja la enseñanza de Jesús sobre la importancia de la verdad.

Además, se enseña que debemos amar la verdad, porque Cristo es la verdad y Él nos enseñó que la Verdad nos hace libres y nos santifica. En este sentido, hacer mal al prójimo y mentir serían contrarios a las enseñanzas de Jesús.

Enfatizó la importancia de seguir sus enseñanzas y vivir de acuerdo con los valores del reino de Dios. Aunque no hay una cita específica de Jesús sobre ser contrario a Él, sus enseñanzas generales abordan este tema.

En el Sermón del Monte, Jesús habló sobre cómo deben vivir los que desean seguirle y vivir una vida agradable a Dios. Enseñó a sus seguidores a practicar y enseñar la Ley y a vivir en justicia. Quien lo haga, será considerado grande en el reino de los cielos.

Por otro lado, Jesús también enseñó que cuando te apartas de las Escrituras estás en el error. Esto implica que ser contrario a Él, es decir, no seguir sus enseñanzas y vivir de manera contraria a los valores del reino de Dios, se considera un error según su palabra.

Jesús enseñó que el Reino de Dios es para aquellos que entienden que no lo merecen y se dan cuenta de que son pecadores. Aquellos que se rebelan contra Dios y rechazan su reinado sobre sus vidas viven con las consecuencias de esa decisión. La vida pecaminosa del hombre ha afectado su relación con Dios, con los demás seres humanos y con la naturaleza.

En las enseñanzas de Jesús, se destaca que aquellos que no viven según el Reino de Dios no podrán disfrutar de las bendiciones prometidas para aquellos que sí lo hacen. Jesús reveló que el futuro de quienes viven bajo el Reino de Dios será uno donde "Dios mismo estará con ellos. Y limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor".

Por lo tanto, aquellos que eligen no vivir según el Reino de Dios se perderán estas bendiciones y vivirán con las consecuencias de su pecado. Sin embargo, es importante recordar que la enseñanza central de Jesús es de amor, perdón y misericordia. Él invita a todos a arrepentirse, a cambiar su forma de vida y a seguirle.

Aquellos que no se arrepienten y no viven según el Reino de Dios enfrentan consecuencias espirituales. Jesús enseñó que el arrepentimiento es un paso crucial para entrar en el Reino de Dios. Aquellos que no se arrepienten y continúan viviendo en pecado están eligiendo un camino de perdición.

En la Biblia, se utiliza la metáfora del fuego para describir las consecuencias de no arrepentirse. Por ejemplo, en Lucas 3:15-17, se pregunta: "¿Eres bautizado con el Espíritu, o con fuego? ¿eres trigo o eres paja? ¿terminarás en el granero o en el fuego eterno?". Esta metáfora sugiere que aquellos que no se arrepienten enfrentarán juicio.

Es importante recordar que el mensaje central de Jesús es de amor y misericordia. Invita a todos a arrepentirse y a seguirle. El arrepentimiento es una oportunidad para cambiar y vivir de acuerdo con los valores del Reino de Dios.

Según las enseñanzas de Jesús, aquellos que no se arrepienten y no viven según el Reino de Dios enfrentan consecuencias espirituales¹. En Lucas 13:3, Jesús dice: "¡Les digo que no! De la misma manera, todos ustedes perecerán a menos que se arrepientan"¹. Esta enseñanza sugiere que aquellos que no se arrepienten enfrentarán juicio.

Además, en Lucas 13:24-25, Jesús dice: "Esfuércense por entrar por la puerta estrecha —contestó—, porque les digo que muchos tratarán de entrar y no podrán. Tan pronto como el dueño de la casa se haya levantado a cerrar la puerta, ustedes desde afuera se pondrán a golpear la puerta, diciendo: '¡Señor, ábrenos!'¹". Esto sugiere que aquellos que no viven según el Reino de Dios no podrán entrar en él.



Quien tenga oidos que escuche-.

miércoles, 13 de diciembre de 2023

El Caballero Teutón en Tierra Santa


El Caballero Teutón era miembro de la Orden Teutónica, una orden medieval fundada en Palestina durante las Cruzadas. Esta orden, también conocida como Orden de los Caballeros Teutones o Caballeros Teutónicos del Hospital de Santa María de Jerusalén, tuvo un papel activo en la cristianización y defensa de Tierra Santa.

Orígenes y Significado:

En 1190, durante la Tercera Cruzada, se fundó la Orden Teutónica durante el asedio de la fortaleza de San Juan de Acre.
Inicialmente, era un hospital alemán en Jerusalén, gestionado por los Caballeros Hospitalarios para atender a los peregrinos y cruzados alemanes que no hablaban la lengua local ni el latín.
Aunque formalmente era una institución de los Hospitalarios, se desarrolló una tradición de una institución religiosa dirigida por alemanes en el Reino de Jerusalén.
Tras la pérdida de Jerusalén en 1187, algunos mercaderes alemanes fundaron un hospital de campaña durante el asedio de Acre en 1190, que se convirtió en el núcleo de la orden.
El papa Celestino III reconoció la orden en 1192, otorgándoles la Regla agustiniana.
Inspirada en los Caballeros Templarios, la orden se transformó en una orden militar en 1198.
Durante el gobierno del Gran Maestre Hermann von Salza (1209-1239), la Orden pasó de ser una hermandad de hospicio para peregrinos a ser principalmente una orden militar.
Establecieron su cuartel general en la fortaleza de Monfort en Palestina, defendiendo la ruta entre Jerusalén y el Mar Mediterráneo.
Aunque los sarracenos finalmente tomaron Monfort, la Orden Teutónica continuó su legado en San Juan de Acre.
En resumen, los Caballeros Teutones desempeñaron un papel crucial en la historia de las Cruzadas y la defensa de la fe cristiana en Tierra Santa. 

Fortaleza de Monfort


Montfort, también conocida como Franc-Chastiau, Starkenberg, Monfor, Qala’at al-Qarn o Qala’at al-Qurayn, fue una fortaleza construida durante las Cruzadas en tiempos del reino de Jerusalén. Sus vestigios se conservan en el norte de Israel y sirvieron como cuartel general de la Orden de los Caballeros Teutónicos.

Historia y Características:

Montfort se encuentra en un afloramiento rocoso conocido como al-Qurayn (que significa “el Cuerno” en árabe) en un valle regado por el Wadi Qurayn (río del Cuerno) en hebreo.
El castillo fue inicialmente construido por el conde Joscelino de Courtenay como una granja fortificada.
Después de la batalla de los Cuernos de Hattin en 1187, Saladino tomó el castillo, pero cinco años después, cayó nuevamente en manos de los cruzados.
En 1220, el yerno de Joscelino vendió el castillo a los Caballeros Teutónicos, y Montfort se convirtió en la sede de los grandes maestres de la Orden.
A pesar de los intentos árabes en 1266, la fortaleza se mantuvo inexpugnable. Sin embargo, en 1271, los árabes lograron tomarla a través de un túnel excavado en la roca.
Las ruinas mejor conservadas incluyen una pared exterior de 3 metros de espesor, tanques excavados en la roca, una torre de observación, una hilera de columnas góticas y una prensa de vino.
También se encontraron monedas y cerámica que datan de la época romana

  • Aunque estuvieron por debajo de otras órdenes, los Teutónicos adquirieron propiedades en los estados cruzados, principalmente en el Reino de Jerusalén y el Reino de Cilicia.
  • Su cuartel general inicial fue el castillo de Monfort, hasta que cayó en manos musulmanas y se trasladaron a Acre.
  • Sin embargo, su papel en Tierra Santa llegó a su fin con la caída de Acre en 1291.

Qué es y cual es el origen del tiempo del Adviento?

El Adviento es un tiempo litúrgico que comprende las 4 semanas previas a la Navidad. Durante este período, nos preparamos para el Nacimiento del Niño Jesús. La liturgia nos invita a crecer en la esperanza y a recibir con fe la venida continua de Cristo Jesús. Es uno de los momentos fuertes en la liturgia.

Origen y Significado:

La palabra “Adviento” proviene del latín “adventus”, que significa “venida” o “llegada”.
 

En el contexto religioso, se refiere a la manifestación poderosa de Dios a sus fieles, como en el nacimiento de Jesucristo.
El Adviento comienza con las vísperas del domingo más cercano al 30 de noviembre y termina antes de las vísperas de la Navidad (24 de diciembre).
Tiene dos períodos bien marcados:
Hasta el 16 de diciembre: Centrado en la dimensión escatológica, nos prepara para el encuentro final con Dios.
Del 17 al 24 de diciembre: Se centra en el nacimiento de Jesús, la Encarnación del Verbo en la historia de la humanidad.
En resumen, el Adviento es un tiempo de espera, conversión y preparación para celebrar el verdadero significado de la Navidad.  

Como toda celebración litúrgica tiene su simbolismo basado en en las velas y la corona de adiviento la La Corona de Adviento simboliza el transcurso de las cuatro semanas del Adviento. Consiste en una corona de ramas verdes con cuatro velas que son encendidas paulatinamente. Cada vela tiene un significado especial:

Vela Morada: Representa el espíritu de vigilia y es el fundamento del Adviento como preparación para la llegada del Niño Jesús.
Vela Verde: Simboliza la esperanza.
Vela Rosada o Roja: Se enciende por la alegría del pronto nacimiento de Jesús.
Vela Blanca: Es el color de la presencia de Dios.
 

El orden de encendido de las velas es el siguiente:: 

Vela morada. Vela verde. Vela roja. Vela Blanca. Ajustar encendido a cada Domingo de Adviento.


El Temple VXII

 


La humildad es un valor fundamental en la Orden del Temple. Esta institución cristiana y filantrópica se dedica a ayudar a las familias necesitadas y a las personas en situación de exclusión social, defendiendo valores caballerescos como el respeto, la humildad, la templanza y el amor al prójimo.

Uno de los símbolos de la Orden del Temple es un sello que muestra a dos caballeros montados en un mismo caballo, que se interpreta como una alusión a sus votos de pobreza y humildad.

En la Orden del Temple, la humildad se considera una forma de grandeza. Según sus enseñanzas, la verdadera grandeza no requiere la humillación de los demás, sino el reconocimiento de la propia pequeñez. Además, se enfatiza que las personas humildes realizan tareas ordinarias como si fueran extraordinarias.

Por lo tanto, la humildad en la Orden del Temple se manifiesta tanto en su labor social como en su filosofía y enseñanzas. 

Ademas, San Bernardo de Claraval dota a la Orden valores inapelables y de estricto cumplimiento en su regla, los cuales deben ser cumplidos ex-profeso, bajo juramento al ser recibido en su seno, como en la vida del Templario. Dicho incumplimiento, de alguno o varios de ellos, pueden acarrear graves sanciones desde la mas leve pena a la expulsión de la misma.

La Orden del Temple defiende varios valores fundamentales, entre ellos:

Verdad: Los templarios se esfuerzan por buscar y defender la verdad en todas sus formas.
Justicia: La Orden del Temple se compromete a promover la justicia, tanto en sus propias acciones como en la sociedad en general.
Libertad: Los templarios valoran la libertad de pensamiento y acción, y luchan por protegerla.
Defensa de la Iglesia y la Cristiandad: La Orden del Temple se dedica a la defensa de la Iglesia y la cristiandad.
Pobreza: Los templarios hacen voto de pobreza, lo que refleja su compromiso con la humildad y el desapego de los bienes materiales.
Castidad: Los miembros de la Orden del Temple hacen voto de castidad, lo que refleja su compromiso con la pureza y la santidad.
Obediencia: Los templarios hacen voto de obediencia, lo que refleja su compromiso con la disciplina y el respeto a la autoridad.

Todo esto, con preferencia y en principio deben estar en conjunto con una Ética caballeresca, no la del siglo, sino a la Idea de Bernardo, de su Caballería de Dios, sus monjes soldados, haciendo una mezcla de dicha ética, despojándola de lo mundano, haciendo al monje soldado, y al soldado monje... dándoles valores cortesanos, a lo sacro, a la Guerra Santa, a vivir, luchar y morir por Dios.

 Esta ética caballeresca en la Orden del Temple es un conjunto de normas y valores que los caballeros templarios debían seguir. Estos incluyen:

Nobleza: Los caballeros templarios eran nobles de corazón, no solo de sangre.
Cortesía: Se esperaba que los caballeros templarios trataran a todos con respeto y cortesía.
Fuerza física: Los caballeros templarios debían ser fuertes, no solo para luchar en las batallas, sino también para resistir las tentaciones y mantener su voto de castidad.
Valentía: Los caballeros templarios eran valientes, dispuestos a dar su vida por su fe y por la protección de los peregrinos cristianos.
Lealtad: Los caballeros templarios eran leales a su Orden, a la Iglesia y a sus hermanos caballeros.
Virtuosismo: Los caballeros templarios debían esforzarse por ser virtuosos en todas sus acciones.
Inteligencia: Los caballeros templarios valoraban la inteligencia, necesaria para tomar decisiones estratégicas en el campo de batalla y en la gestión de la Orden.
Belleza moral: Los caballeros templarios debían aspirar a la belleza moral, reflejada en sus acciones justas y virtuosas.
Presencia física: Los caballeros templarios debían mantener una presencia física digna, reflejada en su manto blanco, símbolo de pureza y castidad.
Comportamiento adecuado: Los caballeros templarios debían comportarse de manera adecuada en todas las situaciones, reflejando su nobleza y cortesía.
Estos valores y normas formaban parte del código que los caballeros templarios debían conocer, jurar y salvaguardar de por vida.


viernes, 8 de diciembre de 2023

Sin Pecado Concebida


 

Augusto Ferrer-Dalmau Nieto


Augusto Ferrer-Dalmau Nieto (Barcelona, 20 de enero de 1964)1​ es un pintor español de estilo realista y academicista, especializado en pintura de historia y de batallas. Retrata en muchos casos diversos aspectos y épocas de las Fuerzas Armadas españolas con gran naturalismo y atención al detalle.

Creador de la Fundación Arte e Historia Ferrer-Dalmau.​ Es doctorado honoris causa por la Universidad CEU San Pablo y miembro de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría y de la Real Academia de San Romualdo de Ciencias, Letras y Artes. Su obra le ha valido numerosas distinciones y reconocimientos, entre ellos la Orden de Isabel la Católica, la Gran Cruz al Mérito Militar o la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas.

​ Augusto Ferrer-Dalmau Nieto nació en el seno de una familia de la burguesía catalana vinculada al carlismo (es sobrino bisnieto del periodista e historiador carlista Melchor Ferrer Dalmau).4​ Cursó sus estudios en el colegio jesuita de San Ignacio de Sarriá.5​ A finales de los años 1980 trabajó como diseñador textil para distintas firmas, manteniendo siempre viva su afición por la pintura al óleo.6​ Su vocación por la milicia y la historia le llevó también, desde muy joven, a pintar esta temática y escribir un libro (Batallón Román), aunque sus primeros trabajos independientes y autodidactas fueron paisajes, en especial marinas.6​

Más tarde, inspirado en la obra de Antonio López García, se centró en los ambientes urbanos y captó en sus lienzos los rincones de su Barcelona natal.​ Expuso en galerías de arte, y cosechó éxitos y buenas críticas.​ La obra de esta época está recogida en un monográfico del autor y en distintos libros generales de arte contemporáneo.​ A finales de los años 1990 decidió especializarse en la temática histórico-militar y comenzó a producir lienzos donde el paisaje se mezcla con elementos militares como soldados y caballería.

Instalado en Madrid desde 2010, ha colaborado con diferentes editoriales, asociaciones,11​ instituciones,​ y entidades especializadas en la recreación de la historia militar en España.​ Se han publicado distintos libros monográficos sobre su pintura. Hombre comprometido con la cultura y el arte, lanzó la revista, FD Magazine,​ en la que aborda la historia de España y de sus gentes desde una perspectiva artística y social. Su obra y difusión está gestionada por la empresa Historical Outline, y sus pinturas ilustran numerosos libros, también portadas​ y revistas, especialmente de historia.

Ferrer-Dalmau ha estado en zona de operaciones de un conflicto internacional como Afganistán, Siria, Líbano, Malí, Irak, Somalia, haciendo bocetos, tomando apuntes y pintando, mientras convivía con las tropas españolas de la ISAF en 2012. El pintor compartió experiencias con el contingente de la ASPFOR XXXI, formado sobre la base de la Brigada Paracaidista, en Qala i Naw y en el puesto avanzado de combate (COP) Ricketts, en Moqur. Es la primera vez que un pintor español acude a una misión en el exterior para colaborar con el Ministerio de Defensa de España. Sin embargo, no es una práctica excepcional pues otros ejércitos tienen artistas de guerra, como el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, que cuenta en la actualidad con tres artistas oficiales, uno de ellos Michael D. Fay, presidente de The International Society of War Artist sociedad de la que es miembro Ferrer-Dalmau. El pintor realizó el cuadro La patrulla19​ como homenaje al soldado español.20​21​ .En 2014 también estuvo pintando en la provincia de Helmand con las Fuerzas Armadas de Georgia .​ En mayo de 2016 con las tropas españolas en la misión del Líbano,​ en abril de 2018 con el Ejército Español en la Misión de Malí de la Unión Europea (EUTM-Mali)​ en septiembre del 2018 en Alepo (Siria) con el Ejército de la Federación de Rusia, en noviembre de 2019 estuvo pintando a las tropas españolas en Irak​ y en enero de 2023 tomando apuntes en el conflicto de Mogadiscio (Somalia), misión de la Unión Europea.  


 

 




Caníbalismo en las Cruzadas


Hay algo que los largometrajes no han logrado transmitir. Al menos todavía. El hedor de los cadáveres que, ya serenos y huecos de vida, yacen inertes sobre el campo de batalla. En el siglo XI, durante la Primera Cruzada , la guerra no olía a gasoil y a pólvora. Apestaba a sudor y exudaba el calor del desierto. Eran otros tiempos. Los de luchar por una Tierra Santa alejada del cobijo del viejo continente y los de asumir penurias inimaginables en defensa del cristianismo. Y si creen que exagero, basta con recordar el hambre y la desesperación que debieron pasar los defensores de la ciudad de Maárat para verse obligados a comer carne humana. 

 El episodio, tan real como tristemente olvidado, es uno de los muchos que recoge el profesor de Historia medieval Thomas Asbridge en su flamante «La Primera Cruzada. Una nueva historia» (Ático de los libros, 2021). Una obra que, a lo largo de sus más de cuatrocientas páginas, se zambulle de lleno en la campaña que inauguró unas contiendas (las cruzadas) que se extendieron durante dos siglos a través de los ojos de cientos y cientos de cronistas. Fue una de las pocas que, sobre el papel, resultaron exitosas y finalizaron con la toma de Jerusalén . Aunque, en la práctica, provocó una infinidad de conflictos internos y muertes.
Primera Cruzada

La Primera Cruzada se gestó en un momento de tirantez extrema en la Iglesia. Según explica a ABC Carlos Núñez del Pino –licenciado en Historia y autor de artículos de divulgación en revistas como Descubrir la Historia, Historia Hoy o Muy Historia– su arquitecto fue Urbano II . «Accedió al trono papal en 1088, una época de enorme tensión y crisis en la institución, muy debilitada por su enfrentamiento con el Sacro Imperio Germánico . Tal era la situación, que el nuevo papa tardó seis años en poder controlar su palacio, ocupado por el Antipapa Guiberto . Urbano, francés de origen, era un auténtico animal político y tenía muy claro su objetivo: recuperar la influencia política», desvela.

La oportunidad de recuperar el poder se le presentó en el 1095, cuando el emperador bizantino Alejo Comneno solicitó ayuda para detener a un ejército selyúcida que llamaba a sus puertas ávido de tierras y riquezas. Urbano II , un verdadero mago de la política, instó entonces a los cristianos a viajar miles de kilómetros hasta Tierra Santa . «Supo instrumentalizar esta solicitud para sus intereses. En un contexto de legitimización de la corona papal utilizó la idea de Cruzada para erigirse como principal defensor de la fe. No solo podría vender la idea de la ayuda hacia los cristinos orientales en peligro, sino que dirigiría la belicosidad de los príncipes europeos hacia tierras lejanas», añade Del Pino.

Cual estrella del rock , Urbano II protagonizó decenas de bolos por tierras galas primero, y Europa entera después, en los que llamó a pobres y ricos a dejar la calidez de sus hogares, bordarse la cruz –símbolo de aquel movimiento militar– y defender el cristianismo. Y vaya que le salió bien. «Durante el verano de ese año, Urbano realizó una gira por Francia para visitar Cluny , donde había sido prior, y a los grandes nobles. El objetivo era conseguir el apoyo de la élite del reino antes de lanzar su idea en Clermont . Estaba todo calculado para evitar cualquier error». Su máxima, convertida a la postre en una suerte de lema de la Primera Cruzada , resonó en palacios y en las casas más humildes: « Deus vult » («Dios lo quiere»).

Lo que el altísimo no anhelaba, con total seguridad, eran las diferencias internas que brotaron en el seno de los ejércitos arribados a Tierra Santa. La enfermedad fue la llegada de demasiados líderes militares, y no había un remedio claro para ella. Lo único que ayudó a paliarla fueron las victorias contra los musulmanes, el sueño por hacerse con la ciudad prometida –Jerusalén– y la conquista de enclaves determinantes como Antioquía (tomada en el verano del 1098). Y, a veces, ni eso. Así lo confirma Asbridge en su obra, donde especifica que fue precisamente en esta urbe donde tres personajes de calado dieron un paso al frente para alzarse, de una vez, como líderes de la Primera Cruzada: Bohemundo de Tarento , Godofredo de Bouillón y Raimundo de Tolosa .
Triste preludio

Bohemundo, príncipe de Tarento, era la opción más lógica. Veterano, había demostrado en un millar de ocasiones su valía en combate. No en vano recibió en junio el cargo temporal de comandante de la Cruzada. Sin embargo, era de mentalidad cautelosa y no abogaba por avanzar hacia Jerusalén hasta que las posesiones ya conquistadas estuvieran bien defendidas. Su némesis fue Raimundo de Tolosa, convencido de que la conquista de la Ciudad Santa era clave para la moral de las tropas y portador de una reliquia capaz de unir a toda la cristiandad: la lanza con la que –de forma presunta– habían atravesado a Cristo en la Cruz. Ambos protagonizaron una serie de tiranteces para hacerse, poco a poco, con más poder que su contrario.

Desde luego no fue sencilla la conciliación. Tras la conquista de Antioquía , cada uno de los contendientes se obcecó en hacerse con más territorio que su par para postularse como líder de la cruzada. En medio de aquel clima enrarecido, y allá por finales de noviembre del 1098, Raimundo puso sus ojos en Maárat an Numán , uno de los asentamientos más destacados del oeste de Siria tanto a nivel estratégico como económico. Sus huestes arribaron a las puertas de la pequeña fortaleza el 28 y, apenas unas jornadas después, hicieron lo propio las de Raimundo, obsesionado por participar en la conquista y que no le adelantaran un movimiento en su particular partida de ajedrez. La urbe, definida por los cronistas como «rica y muy poblada» , se enfrentó así a los cristianos.

El largo asedio, cuyos pormenores darían para un artículo igual de extenso, puso de manifiesto lo precarias que eran las líneas de abastecimiento de los cristianos . El camino directo con Antioquía no tardó en verse bloqueado de forma intermitente y las tropas de Bohemundo y Raimundo sufrieron en su piel la escasez de vituallas y agua. Así lo corrobora Asbridge al señalar, en su nueva obra, que «los mismos cruzados se quedaron rápido sin provisiones» y que se vieron obligados a acortar los tiempos que barajaban en principio para evitar un descalabro aún mayor. «Con el invierno cerca de alcanzar su punto álgido, las líneas de abastecimiento pronto empezaron a mostrar señales de tensión. Al cabo de una semana, el suministro se redujo».

Raimundo de Aguilers , testigo de los hechos, hizo referencia a la preocupante escasez de alimentos:

«Me apena informar que en la hambruna resultante era posible ver a más de diez mil hombres dispersos por el campo como ganado, rascando y rebuscando con el propósito de encontrar algún grano de trigo o de cebada, una judía o cualquier hortaliza».

La escasez de alimentos trajo consigo una disminución radical de la disciplina y, con el paso de las jornadas, hasta el monje Pedro Bartolomé –mano derecha de Raimundo– cargó contra el ejército cruzado por perpetrar faltas como «el asesinato, el saqueo, el robo y el adulterio». Todos ellos, pecados que obligó a purgar con la ofrenda de oraciones, el pago de limosnas y muchos «preparativos espirituales» más. Por suerte para los líderes, la fortaleza de Maárat an Numán cayó a mediados de diciembre tras lanzar contra ella desde una gigantesca torre de asedio hasta, en palabras de los cronistas de la época, «piedras, proyectiles de fuego, colmenas de abejas, cal y fuego».
Canibalismo

Aquella hambruna fue un triste preludio de lo que todavía estaba por llegar. Tras unas navidades en total inactividad, Asbridge afirma que la escasez volvió a tomar la ciudad de Maárat. «La mayoría de ellos, desde los caballeros hasta los campesinos más pobres, estaban cada vez más descontentos. Una vez agotado el exiguo botín obtenido durante el saqueo de la ciudad, el hambre volvió a amenazarlos». Pronto se extendió a toda velocidad entre la hueste la idea de que la única forma de sobrevivir era marchar hacia la ansiada Jerusalén. La rebelión se palpaba en el ambiente y ninguno de los dos líderes estaba exento de ella. Pero a uno y al otro, al otro y al uno, les resultó imposible aparcar sus diferencias en favor de un objetivo común.

Sus problemas internos terminaron por condenar Maárat. Para empezar, ambos abandonaron la ciudad a su suerte tras reiniciar sus disputas por el control de Antioquía, mucho más determinante. Si las líneas de aprovisionamiento eran ya débiles, aquello les dio la puntilla. La ciudad quedó desprovista de vituallas y, en breve, se inició una hambruna. La mayor de todas las vividas hasta entonces. «Las líneas de abastecimiento que sostenían a los soldados eran tenues, pero, con la llegada del nuevo año, colapsaron. Los pobres, que ya habían padecido hambre en Navidad, se descubrieron de repente privados por completo de sustento . Todo indicaba que se revivirían los horrores de la inanición , que ya había causado estragos entre los francos un año atrás, durante el asedio de Antioquía», añade el experto en su obra.


Narran las crónicas que la desesperación de los soldados cristianos afincados en Maárat fue absoluta. El hambre provocó que los cruzados más desamparados «despedazaran los cadáveres de los musulmanes, pues en las entrañas de estos se solían encontrar monedas de oro». Y eso solo fue el principio. Poco tiempo después, otros recurrieron a medidas más desesperadas. De esta forma lo explicó el cronista Raimundo de Aguilers:

«Aquí nuestros hombres sufrieron una hambruna excesiva. Me estremezco al contar que muchos de ellos, atormentados hasta el extremo por la locura que les causaba la falta de alimentos, decidieron cortar trozos de carne de las nalgas de los sarracenos que yacían por allí, trozos que luego cocinaban y comían, y devoraban como salvajes sin esperar siquiera que la carne se acabara de asar».

Asbridge recoge otros tantos testimonios que se refieren a que «la escasez de comida se tornó tan grave que algunos cristianos se comieron con gusto los cadáveres podridos de los sarracenos que tres semanas antes habían arrojado a los pantanos».

El autor define lo acontecido en Maárat como «una de las atrocidades más infames cometidas por los ejércitos de la Primera Cruzada». Ya en la Edad Media , el canibalismo era una práctica vista con verdadera repulsión por los cristianos, algo que no sucedía, por ejemplo, con los saqueos orquestados contra el enemigo. Por ello, los cronistas dieron buena cuenta de ella en sus escritos. Asbridge también afirma que aquellas historias «tuvieron algún efecto a corto plazo». El principal fue que las noticias llegaron hasta las urbes cercanas y los musulmanes se forjaron la imagen de los caballeros cristianos como demonios con cuernos y rabo. Seres sedientos de sangre ante los que era imposible ofrecer resistencia. Al parecer, esa leyenda negra les hizo firmar treguas con sus enemigos antes incluso de que atacaran.

Inmaculada Concepción


La Inmaculada Concepción de María, conocida también como la Purísima Concepción, es un dogma de la Iglesia católica proclamado en 1854 que sostiene que la Virgen María estuvo libre del pecado original desde el primer momento de su concepción por los méritos de su hijo Jesucristo, recogiendo de esta manera el sentir de dos mil años de tradición cristiana al respecto. Se celebra el 8 de diciembre, nueve meses antes de la celebración de la Natividad de la Virgen el 8 de septiembre.1

No debe confundirse este dogma con la doctrina del nacimiento virginal de Jesús, que sostiene que Jesús fue concebido sin intervención de varón mientras que María permaneció virgen antes, durante y después del parto.

Al desarrollar la doctrina de la Inmaculada Concepción, la Iglesia católica contempla la posición especial de María por ser madre de Cristo, y sostiene que Dios, en previsión del nacimiento de su Hijo, preservó a María, desde el momento de su concepción, de toda mancha o efecto del pecado original, heredado por todos los hombres desde Adán y Eva. La doctrina reafirma con la expresión «llena de gracia» (en latín: Gratia Plena) contenida en el saludo del arcángel Gabriel (Lc 1:28), y recogida en la oración del Ave María, este aspecto de ser libre de pecado por la gracia de Dios.

Incluso más ampliamente que el dogma y fuera de él, la Iglesia enseña no sólo que la Virgen fue concebida sin pecado original, sino también que permaneció durante toda su vida libre de toda mancha de pecado, incluso venial.
 

Definición dogmática

La definición del dogma, contenida en la bula Ineffabilis Deus del 8 de diciembre de 1854, promulgada por el papa Pío IX, dice lo siguiente:

    [...] Para honra de la Santísima Trinidad, para la alegría de la Iglesia católica, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, con la de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra: declaramos, afirmamos y definimos que ha sido revelada por Dios, y de consiguiente, que debe ser creída firme y constantemente por todos los fieles, la doctrina que sostiene que la santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original, en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, salvador del género humano. Por lo cual, si alguno tuviere la temeridad, lo cual Dios no permita, de dudar en su corazón lo que por Nos ha sido definido, sepa y entienda que su propio juicio lo condena, que su fe ha naufragado y que ha caído de la unidad de la Iglesia y que si además osaren manifestar de palabra o por escrito o de otra cualquiera manera externa lo que sintieren en su corazón, por lo mismo quedan sujetos a las penas establecidas por el derecho
   

Bula Ineffabilis Deus.​

El historiador y catedrático francés Louis Baunard narra lo siguiente:

    Pío IX, contemplando el mar agitado de Gaeta, escuchó y meditó las palabras del cardenal italiano Luigi Lambruschini (1776-1854): 'Beatísimo Padre, Usted no podrá curar el mundo sino con la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción. Sólo esta definición dogmática podrá restablecer el sentido de las verdades cristianas y retraer las inteligencias de las sendas del naturalismo en las que se pierden.


El historiador Francesco Guglieta, experto en la vida de Pío IX, señala que el tema del naturalismo, que despreciaba toda verdad sobrenatural, podría considerarse como la cuestión de fondo que impulsó al papa a la proclamación del dogma: «La afirmación de la Concepción Inmaculada de la Virgen ponía sólidas bases para afirmar y consolidar la certeza de la primacía de la Gracia y de la obra de la Providencia en la vida de los hombres». Guglieta señala que Pío IX, pese a su entusiasmo, acogió la idea de realizar una consulta con el episcopado mundial, que expresó su parecer positivo, y llevó finalmente a la proclamación del dogma.

Protestantismo

La doctrina de la Inmaculada Concepción no es aceptada por algunas Iglesias protestantes. Estos rechazan la doctrina ya que no consideran que el desarrollo dogmático de la teología sea un referente de autoridad y que la mariología en general, incluida la doctrina de la Inmaculada Concepción, no se enseñaría en la Biblia.

Sin embargo, el iniciador del movimiento protestante, Martín Lutero, dijo:
Es dulce y piadoso creer que la infusión del alma de María se efectuó sin pecado original, de modo que en la mismísima infusión de su alma ella fue también purificada del pecado original y adornada con los dones de Dios, recibiendo un alma pura infundida por Dios; de modo que, desde el primer momento que ella comenzó a vivir fue libre de todo pecado.

Sermón: "Sobre el día de la Concepción de la Madre de Dios", 1527

lunes, 4 de diciembre de 2023

Poppo von Osterna IX Gran Maestre de la Orden Teutónica.




Poppo von Osterna (desconocido - 6 de noviembre de 1266/7) fue el noveno Gran Maestro de la Orden Teutónica, y encabezó la orden desde 1253 hasta 1256. Proveniente de una familia noble de Franconia, se unió a la orden en 1228 y, tras una serie de exitosas campañas contra los prusianos, fue elegido Gran Maestre. Su reinado estuvo marcado por sus intentos de consolidar la Orden Teutónica en Prusia, que finalmente se convirtió en el centro de la orden hasta el siglo XVI.



Primeros años de vida

Provenía de los condes de Wertheim [Delaware], una familia de caballeros de Franconia cuya sede era el castillo de Osternohe, cerca de Nuremberg. Se unió a la Orden Teutónica a mediados de 1228. Su posición en la orden creció rápidamente, como lo demuestra su presencia en Prusia en 1233 como enviado del Gran Maestre.

Durante esta estancia en 1233 participó en la ubicación de Chelmno y Toruń. Probablemente se estableció en Prusia en ese momento, presumiblemente como uno de los primeros hermanos caballeros. Su estancia en tierras prusianas en aquella época es difícil de comprobar, y sin duda debido a sus deberes monásticos tuvo que permanecer a menudo en otros lugares de Europa.

Poppo regresó a Prusia en 1239 antes de trasladarse a Würzburg. Mientras estaba en Würzburg, murió Hermann von Balk, Landmeister de Prusia y Livonia. Poppo fue seleccionado por el capítulo local como Landmeister de Prusia, y su puesto fue confirmado por el Gran Maestro Konrad de Turingia al año siguiente en 1240. En 1241 o probablemente 1242, Heinrich von Weida lo sucedió como maestro de Prusia por razones misteriosas. Pasó los siguientes años en Alemania, participando en la legación teutónica en Austria y recaudando fondos para la guerra con Świętopełk II, duque de Pomerania-Gdańsk, que apoyaba a los prusianos en su primera gran revuelta.

A medida que la revuelta prusiana ardía, la situación de los Caballeros Teutónicos se volvía cada vez más grave; Esto llevó a Poppo a regresar a Prusia en 1244 y asumir nuevamente el poder como Landmeister de Prusia. Su segundo reinado como maestre giró en gran medida en contrarrestar a Swietopelk. Lanzó dos expediciones a Pomerania, derrotando a Swietopelk II. Esto, combinado con las graves pérdidas de Pomerania infligidas por los teutones y su creciente coalición, obligó a Swietopelk a firmar un tratado de paz con los Caballeros el 24 de noviembre de 1248. Durante la primera expedición, poco después de tomar el poder, miembros de sus ejércitos intentaron rebelarse. Sin embargo, al exigir que Heinrich fuera reinstalado como señor de Prusia, Poppo pudo apaciguar a los disidentes.

Gran Maestro de la Orden Teutónica

Cuando la primera revuelta prusiana llegó a su fin, en 1247, volvió a dejar el cargo y abandonó Prusia, pasando los siguientes seis años de su vida en Alemania antes de ser elegido Gran Maestro por la Orden Teutónica tras la dimisión de Gunther von Wullersleben. En los años anteriores, la orden había estado dividida por el gran conflicto entre güelfos y gibelinos que se estaba formando en toda Europa. La estrecha cooperación con el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Federico II, que estaba en conflicto con el papado, resultó en que el Papa Inocencio IV amenazara con excomulgar y disolver la orden. Esto provocó una gran ruptura dentro de la orden. Poppo fue elegido por la facción gibelina antipapal y proimperial dentro de la orden; la facción opuesta pro-papal Guelph no reconoció la victoria de Poppo y, en cambio, reconoció a Wilhelm von Urenbach como Gran Maestre.

Como Gran Maestre, Poppo buscó consolidar el control teutónico sobre Prusia, que deseaba que fuera el centro de la orden. Su reinado estuvo inicialmente marcado por campañas contra los pueblos yotvingios del Báltico. En 1254, envió un enviado, del que formaba parte, al rey Ottokar II de Bohemia con el fin de obtener apoyo para una cruzada contra los sambianos, que habían infligido a los teutones una derrota devastadora a principios de la década de 1250, matando a Heinrich. Stange, Komtur de Christburg. La expedición, dirigida por el propio Ottokar, inclinó la balanza a favor de los Caballeros Teutónicos, quienes pudieron someter a los prusianos en la primavera de 1255. Poppo procedió a esclavizar a los pueblos recién subyugados para construir una fortaleza en Konigsberg y varios castillos a lo largo del río. Laguna del Vístula.
En 1253, probablemente en un intento de resolver la brecha güelfa-gibelina dentro de la orden, Poppo viajó a Roma para reunirse con el Papa Alejandro IV. Mientras estaba en Roma, anunció su deseo de jubilarse. En el verano de 1256, durante un capítulo especial, él, a pesar de la gran oposición de los miembros de la orden, renunció como Gran Maestre, quedando sólo como un hermano caballero.

Años despues

Tras su dimisión como Gran Maestre, Poppo regresó a Prusia. El 24 de julio de 1256 ayudó a conseguir una tregua entre Przemysł I, duque de la Gran Polonia y Swietopelk II en Kcynia, habiendo servido como mediador durante las negociaciones.

Después no se sabe mucho sobre Poppo. Se sabe que tras su dimisión exigió un beneficio por sus servicios como Gran Maestre, a lo que se opusieron los monjes, que apelaron al Papa. En 1257, Poppo puso fin a la disputa reconociendo que los antiguos miembros de la orden no tenían derecho a recibir salario por su servicio.

Se menciona que Poppo estuvo en Prusia tres veces después: en 1258, en 1264 y 1266 al lado del Gran Maestre Anno von Sangershausen. Lo más probable es que Poppo se estableciera permanentemente en Prusia y viviera allí hasta el final de su vida, con una breve pausa en 1264 y 1265, cuando ocupó el cargo de comandante de Ratisbona.


Muerte y entierro

Se desconoce el año exacto de la muerte de Poppo: su obituario simplemente menciona el mes y el día (6 de noviembre). Los candidatos más probables para el año de su muerte son 1266 y 1267. Es probable que en 1267 observara el levantamiento de las reliquias de Santa Eduviges en Trzebnica, lo que según una hipótesis sobre la fecha de su muerte, significaría que murió. en Silesia. Probablemente fue enterrado en la iglesia franciscana de Santiago en Wrocław, junto a Enrique II el Piadoso. Esto puede estar relacionado con la supuesta participación de Poppo en la batalla de Legnica de 1241 (la leyenda posterior agregó incorrectamente que cayó en Legnica). Otra afirmación sugiere que la abadía de Mallersdorf-Pfaffenberg en la Baja Baviera fue su lugar de enterramiento.

 




Reliquias: Túmulo de Cristo

La Piedra de la Unción donde colocaron a Jesús después de su crucifixión.
Foto gracias a Phyllis Green.


 

Del Caballero...

 La Edad Media, un periodo histórico lleno de leyendas que a veces entorpecen su comprensión. Una de las figuras que siempre relacionamos con el Medioevo es un caballero a lomos de un poderoso caballo de guerra, pertrechado con una reluciente armadura. Curiosamente los caballeros se vendían a aquel que mejor pagara sus servicios. Se fueron reconvirtiendo en señores feudales o pasaron a engrosar sus huestes, hasta formar parte de la nobleza. Deviene de la voz francesa chevalerie, que procede del latín caballarius, cuya acepción es tanto para la condición de caballero como se aplica también a las gestas de la caballería.
El origen de los caballeros es bastante confuso, se puede rastrear en las leyendas de los guerreros del norte de Europa, como germanos y escandinavos, en las leyendas celtas e irlandesas. Incluso en los héroes mitológicos de la Antigüedad, que se entremezclan con los guerreros idealizados en el tiempo. Les nombramos algunos que seguro recuerdan como Arturo, Perseo, Aquiles, Ulises, Héctor, Aníbal, César, Alejandro Magno, San Jorge… todos caballeros protagonistas de grandes epopeyas. Pero dejando de lado las leyendas, hubo un hecho que propicio su aparición, y fue la caída del poderoso Imperio romano, el de Occidente en el siglo V, hacia el año 476. Entre esta fecha y principios del siglo XI es cuando se van formando los primeros caballeros, hasta convertirse en una categoría social diferenciada.
Europa por llamarlo de alguna manera estaba muy revuelta, más bien patas arriba. Es la época que muchos historiadores denominan de desgobierno y anarquía. Las guerras eran continuas, los reyes no eran tales, y los nobles se hacían fuertes en sus feudos. Por si esto fuera poco los vikingos realizaban repetidas invasiones por el norte, mientras que los árabes y magiares hacían lo propio por el este. Era un estado de guerra de todos contra todos. En esa situación unos hombres con caballos y con armas eran un bien muy valioso. El vocablo caballero al principio tenía una connotación peyorativa, se les asociaba con el desorden reinante. Pero hay un elemento que cambia esta concepción y es el vasallaje, que es cuando algunos caballeros luchan a las órdenes de un señor, protegen y ensanchan sus posesiones además de velar por la paz.
El sistema feudal divide la sociedad en tres estamentos o clases: el clero y la nobleza, a la que pertenecen los monarcas, señores y los caballeros. El último estamento es el tercer estado, que aglutinaba  a los campesinos, artesanos y comerciantes. Es decir los que rezan, oratores, los que combaten, bellatores y por último los que trabajan, laboratores.
El papel de la Iglesia fue relevante, ya que fomentó la creación de órdenes que empuñaban la espada y la cruz al mismo tiempo, como los caballeros templarios, hospitalarios y teutónicos. Además dirimió las normas de conducta de los caballeros, creo un rito litúrgico cristiano (que por cierto venía de prácticas paganas como eran las iniciaciones viriles de los pueblos germanos y las de los equites romanos). Era la investidura como caballeros, tenían que velar sus armas, y la Iglesia les imponía sus deberes. A todo esto hay que ligar la empresa más santa de la Iglesia, que fueron las cruzadas, y el fin supremo la conquista de Jerusalén. De paso alejaban las guerras de su territorio, así los reyes y sus caballeros guerreaban contra los enemigos de la cristiandad.
Al margen de la Iglesia la caballería era una forma de vida, que se fue idealizando a través de la literatura. Los caballeros se convirtieron en modelos de conducta a seguir, a esa idealización contribuyeron los romances, los poemas épicos y los cantares de gesta como, La canción de Roldán o El cantar de mío Cid.  Nombrar también el ciclo Fenian, El cantar de Beowulf, La canción de los Nibelungos, sin olvidar la más famosa epopeya que toma forma en el ciclo artúrico, sobre todo por Chrétien de Troyes, que es el autor de Lanzarote, o el caballero de la carreta, Tirant lo Blanch, Amadís de Gaula. Para los caballeros era importante el valor, además de realizar hazañas memorables. Otra de sus cualidades indispensables era la lealtad a su señor, también se valoraba la generosidad, pero sobre todas ellas sobresalía el honor que era su bien más preciado. Las novelas de caballería se encargaron de  exaltar las acciones de los caballeros.
A partir de los siglos XII y XIII los caballeros se identifican claramente con la nobleza. Se convierte en hereditaria, lo que da lugar a la búsqueda de antepasados célebres. Lo que provoca que el ideal caballeresco se prolongue más allá de la Edad Media. Caballero no podía ser cualquiera, necesitaban medios económicos altos, necesitaban caballos, equipaje, armas, escuderos, sirvientes. En un principio el atuendo del caballero era un traje completo de cota de malla y el yelmo, pero fue variando hasta la armadura que conocemos. El caballo también llevaba la suya, lo que a veces hacía que fuera un objetivo fácil en la batalla. Por otra parte los caballeros se ejercitaban también con la caza, con los torneos, las justas y los pasos de armas, después se les compensaba con premios y un gran banquete.
No vamos a dejar de lado en este artículo el amor cortés, curiosamente los rudos caballeros se volvían más delicados cuando tenían que tratar con damas. En las cortes donde gobernaban las mujeres lo sutil cobraba vida,  eran protectoras de las artes, la música y los trovadores eran indispensables, los caballeros se refinaban para poder participar de ese ambiente. El amor cortés era otra idealización, se daba por ejemplo cuando un caballero se proclamaba vasallo de una dama. A partir de ese momento su honor era su bandera, y todo lo que hacía estaba supeditado a halagar a la dama, que le entregaba una prenda que el caballero lucía con orgullo a la vista de todos. Entre ellos se establecía una especie de amor platónico, muchas veces las damas elegidas eran las mujeres de sus señores.  Las historias de amor hacían soñar, como la de Tristán e Isolda, la nobleza de los personajes y la belleza estaban garantizadas.



La Cruz de hierro alemana y la Orden Teutónica


La cruz de hierro es un símbolo alemán que lleva una fuerte carga simbólica y de controversia.
El diseño de la cruz de hierro se usó como condecoración emblemática del ejército alemán desde el año 1870.
Sin embargo, el origen de la cruz de hierro se remonta a los Caballeros Teutones, más de 700 años antes de la ascensión de Hitler al poder.

Origen de la cruz de hierro.

Para conocer su origen, debemos remontarnos a la Edad Media.
Y en particular, a los tiempos de la Orden del Temple, cuyos miembros eran conocidos como caballeros templarios. Esta fue una de las órdenes monásticas católicas militares más poderosas.
Cada orden utilizaba un emblema distinto para representar a los integrantes del grupo.
Este emblema conocido también como cruz pateada era estampado en sus trajes, y esculpido en edificios y monumentos.
Pero era necesaria la aprobación del concilio cristiano para que cada orden pueda usar la cruz como diseño.

La cruz de hierro de la Orden Teutónica.

Fundada en Palestina en el año 1190, la orden participó de la Tercera Cruzada.
Tenía una connotación militar y religiosa.
En un comienzo se inició brindando servicios hospitalarios a los caídos en batalla y a los peregrinos cristianos. Posteriormente se convirtió en una institución de batalla.
Los caballeros de la Orden Teutónica se instalaron en parte de Tierra Santa, después de la la caída de Acres en Venecia, luego en Transilvania donde comenzó una etapa de persecución.
Intentaron llegar a Palestina pero fueron expulsados por los árabes.
Finalmente, luego de imponer con violencia la fe cristiana en las Cruzadas Bálticas, los caballeros teutónicos se instalaron en Prusia.
Allí crearon un Estado de la Orden Teutónica, el que tuvo una poderosa influencia. Afianzada la Orden en el imperio de Prusiano, nació su propia simbología: la cruz de hierro.
A principios del siglo pasado, la orden dejó de ser militar. El Papa la convirtió en 1929 en una entidad puramente religiosa, dedicada a la caridad y temas clericales.

Su uso por los nazis.

En la época del Tercer Reich (1933-1945) volvió a surgir la cruz de hierro, que se usó como condecoración militar, pero anteriormente al nacionalsocialismo, esta se usaba como condecoración al valor en el ejercito alemán, Sirva esta apartado como aclaración.


Sin embargo, algunos civiles afiliados al partido nazi la recibieron en honor a sus servicios. Es el caso de la deportista y aviadora alemana Hanna Reitsch, quien obtuvo varios récords como piloto de pruebas. El propio Adolf Hitler le entregó como regalo una cruz de hierro en honor a los servicios prestados.
Igual que en su original de la Orden Teutónica, la cruz de hierro se mantuvo de color negro. No obstante, durante la Alemania nazi se le agregó en el centro una svástica según la distinción al servicio prestado.


Su uso actual.

En Alemania se mantuvo su uso en tiempos de guerra, pero desde que finalizó la Segunda Guerra Mundial no se ha vuelto a otorgar como conmemoración.
Desde 1957 volvió a autorizarse el uso de la cruz de hierro, pero se prohibió la svástica que simboliza los crímenes más crueles que cometió la humanidad, y sigue usándose en el ejercito alemán como insignia en sus vehículos como por ejemplo los carros de combate, pero con diseño mas estilizado.