sábado, 17 de junio de 2023

El Temple XVI

Monjes o Soldados ?

Hugo de Payens había expuesto las costumbres adoptadas por su confraternidad hasta ese momento con el fin de que los padres conciliares las evaluarán y decidieran las que habían que descartar y las que habían que podrían mantener en la nueva regla, que a partir de ese momento marcará la vida de la orden religiosa tras prolongadas discusiones no exentas de indecisión y de encontrarse  en el Concilio una forma a la Orden .
S dirigiera a San Bernardo en su presunta carta una ética y un estilo de vida adaptados a las ne formuló un modelo religioso que respondía suficientemente a la suplica que BalduinoII necesitase para la guerra pero compatible con la dignidad de la orden religiosa, los historiadores se han preguntado muchas veces por el papel que el santo de Claraval desempeño en la constitución de la Orden del Temple, a mediados de la década de 1960 alemanes Burs y Mayer para quiénes la aportación benedictina ha sido sobrevalorada: tiempo en el desmedro de la antigua raíz oriental que constituía la primitiva y verdadera vocación de los Compañeros. Muchas fuentes parecen dar la razón a ambos autores y no hay motivos para considerar estos factores forzosamente en conflicto; aun cuando es verdad que San Bernardo fue el autor de la regla templaria, cómo se declara expresamente en el prólogo del texto aprobado por el Concilio de Troyes no significa que no sea cierto que los primeros templarios tiraron  a la forma ética específica sobre la base espiritual Agustina y Oriental de los no canónicos que albergaban, que le dictaron la formación religiosa básica y también el ordinario del Santo Sepulcro que el temple mantuvo incesantemente hasta su desaparición. También había otros elementos de origen oriental que permanecieron siempre en las costumbres de los templarios como el hábito de rezar en determinadas ocasiones con la frente contra el suelo;que probablemente contribuyeron a dar a la orden, un exótico a los ojos de los sus contemporáneos occidentales y qué tal vez utilizó con mala fe en la época del proceso por el rey de Francia, Felipe el Hermoso para construir la hipótesis de que los frailes se debían a misteriosa doctrinas hereticas.
De todos modos, la discusión todavía no agotada entre los historiadores, puede poner en duda la presencia de la contribución de San Bernardo con su visión predominante, el fundamento mismo de la regla central ya que estos religiosos particulares practicaron del doble esfuerzo de combatir a los enemigos físicos y a los espirituales...las tentaciones; que los historiadores también han debatido largamente.
Deber considerar a los templarios miembros de una orden monástica en sentido estricto, es decir monje con el mismo status que otro con exponentes de la vida religiosa, la dificultad principal con la que se encuentra quién quiere ver en el temple a una orden monástica reside en el que los miembros no eran  de consagración sacerdotal sino contrariamente.
Cuándo sucedía en general con la mayoría de los miembros de otras órdenes religiosas, en el caso de los templarios es verdad que la profesión religiosa era de carga reversible y perenne, pero se limitaba a la  la fidelidad al siempre voto que se hacía pobreza, obediencia y castidad. El acceso a las órdenes superiores del sacerdocio propiamente dicho no confiere la facultad de administrar los sacramentos, le era imposible porque en una especial proyección canónica con siglos de antigüedad impedía a los sacerdotes el combate y el derramamiento de sangre ya he recordado de omne datum optimum, el papá Inocencio II había establecido el fundamento jurídico para que la orden poseyese en el futuro capellanes no obstante, se trataba de un sacerdote que pasaba  una parte del Temple después de haber recibido la consagración sacerdotal y estaba absolutamente prohibido en los combates, sin prejuicios de validez de los argumentos de los estudiosos no se puede pasar por la opinión de San Bernardo que fue preboste en el nacimiento de la Orden Templaria y que no parece abrigar duda alguna signo de admiracióny de sobremanera.


«extraño comprobar que son más mansos que los corderos y al mismo tiempo más que dos leones al punto que dudo si es mejor llamarle monje o soldado a menos que convenga llamar los de ambas maneras en tanto no les falta la mansedumbre del monje ni el valor del guerrero»  

Hay indicios de una cierta laicización en el curso de su casi dos siglos de vida con el
progresivo descenso del número de sacerdotes que a comienzos del siglo XIV ya no estaban presentes en todas las comunidades . En esta fase algunas encomiendas de la periferia eran atendidas por sacerdotes comunes es no textraño y a menudo pertenecientes a órdenes mendicantes que recorría las diversas comunidades del territorio para asegurar a todo un servicio religioso, pues según la Regla los templarios deberían de cumplir un programa cotidiano de plegarias de 9 horas litúrgicas que marcaban el ritmo de la jornada razón por la cual probablemente la vida conventual de los frailes se viera empobrecida con relación al pasado. Pero no es cierto que aún a principio del siglo XIVse seguía considerando al temple como una orden religiosa a todos los efectos cuando en 1307 en un acto arbitrario del rey Felipe de Francia  hizo detemer a todos los miembros de la Orden presentes en su reino poniendo así en marcha el mecanismo del proceso, y trató de desplazar el procedimiento al ámbito civil con el argumento de que los sectores no eran monjes, sino militares y que en consecuencia la competencia judicial al respecto correspondía laico y no al del Papa.
 El soberano trato de avalar sus pretensiones recurriendo a expertos sociologicos de la Sorbona en invito a expresars por escrito  a todas al menos de dos meses de espera los teólogos respondieron que la detención realizada por el soberano era ilegal, pues la violencia y la vida consagrada a la religión no son excluyentes si la práctica militar se dedica a la defensa de la fe.
El temple habia sido creado por la Iglesia como orden religiosa sus miembros tenía en la profesión monástica de modo que era una orden religiosa de pleno derecho y competencia judicial a su respecto solo podía recaer a la Iglesia prescindiendo de las discusiones técnicas y jurídicas y de los ataques con fines políticos lo cierto es que los templarios hacían los tres votos sagrados de las órdenes monásticas. Esto es de pobreza obediencia y castidad y su tiempo estaba marcado por la regla que con algunas variantes tenía como modelo la benedictina.
El principio fundamental del ora et labora  se dividía entre deberes religiosos por un lado. Esto es la recitación en común de las horas litúrgicas y la asistencia a Misa según el ordinario habitual del Santo Sepulcro, y la actividad más por el otro; tener específico era la lucha, a de adiestramiento cotidiano necesario para poder moverse con agilidad bajo la pesadilla y cota de hierro y demás piezas del siglo XII que cubrían al caballero de la cabeza a los pies.
Las vestimentas de los Frailes Guerreros obligatoria esta en la ordenanza como de un ejército moderno reflejaba esta doble necesidad completamente: blanca para caballeros y marrón parda o negra para sargento.
Estaba compuesta con un equipo básico de ropa interior sobre la que se agregaba una túnica monástica para la vida en el convento la cota de combate hecha de malla de y efecto de protecciones durante la actividad militar. En el concilio celebrado en París en el año 1147 el papá Eugenio le concedió a los templarios el derecho de portar una cruz  roja cosida sobre el hombro izquierdo, altura del corazon dos para que se llegue y sea evidente de inmediato su vocación de martirio  en su doble naturaleza de institución religiosa y de cuerpo militar  que habrá de ser protagonista y el mejor símbolo de la época de las Cruzadas.