miércoles, 28 de junio de 2023

El Cid y la toma de Valencia



El 17 de junio de 1094, Rodrigo Díaz, conde de Bivar, llamó a El Cid Campeador (1043-1099), difamó a Valencia, arrancándolo de los moros y convirtiéndolo en un puesto cristiano contra los almorávides.

De hecho, Valencia ya se había humillado ante el Cid, a pesar de conservar su propio gobernador, pero albergando una prenda de confianza del Cid. El rey de Castilla y León, Alfonso VI el Valeroso (1040/1041-1109), había intentado conquistar la ciudad, pero El Cid, considerándola ya sumisa, la había convencido, induciendo al rey Alfonso a retirarse. Sin embargo, tras esto, los musulmanes de la ciudad, considerando que el apoyo del Cid no es suficiente y considerando preferible la protección de los almorávides, en 1092 habían matado y decapitado a su propio gobernador Yahya al-Qadir (al1092), amigo de Rodrigo de Bivár, llegando en 1093 para expulsar de la ciudad a los Almoravides.
 

II. EL SITIO
En septiembre del mismo año, El Cid comenzó a rodear la ciudad, sonándola de asedio y haciendola pasar hambre. El invierno para los ocupados fue muy duro y la primavera aún peor. Dijeron que por desesperación cedieron ante el asesinato y el canibalismo, empezando a comer cualquier cosa que tuviera un componente orgánico.
 

III. LA RENDICIÓN
Al final de la primavera, la ciudad finalmente se capituló el 16 de junio o 17 de junio de 1094: El Cid se hizo cargo de la barbacana, permitiendo que todos los musulmanes que querían abandonar la ciudad lo hicieran en paz. Los otros habrían permanecido bajo su protección, pero habrían pagado un diezmo. Ese mismo día, se instaló con sus hombres en la ciudad y levantó su bandera en la torre más alta. Envió a llamar a su esposa e hijas y las estableció en la fortaleza de la ciudad.
El gobernador musulmán de la ciudad, Abu Ahmad Ya'far ibn Abdallah ibn Yahhaf (gobernador 1094), responsable de la muerte de Yahya al-Qadir, fue capturado por los valencianos y torturado por revelar dónde había escondido su tesoro y finalmente asesinado por lapidación y quema.
La conquista fue provisional, porque unos meses después un gran ejército de almoravide habría superado.
 

IV. DESARROLLO ADICIONAL
El Cid habría reparado y reforzado urgentemente las murallas de la ciudad y habría recabado  enormes suministros alimenticios en los graneros , que en su momento contaba con unos 15.000 habitantes; además, habría reclutado fuerzas adicionales, llegando a un total de 3.000 caballeros pesados y alrededor de 3.000 hombres, en parte cristianos, en parte musulmanes.
 

V. EL SITIO DE ALMORAVIDE

El ejército de Almoravide habría llegado cerca de Valencia el 15 de septiembre, acampando en la llanura al oeste de la ciudad, entre Cuarte y Mislata. El asedio habría comenzado poco antes del comienzo del Ramadán, pero durante todo el mes sagrado musulmán habría sido un asedio pasivo. El período de ayuno terminó, el 14 de octubre, las hostilidades habrían aumentado.
En ese punto, El Cid —habiendo exigido ya todos los objetos de hierro de la población, para evitar el riesgo de disturbios internos— habría expulsado de la ciudad como “bocas inútiles que alimentar”, como era costumbre durante el asedio, a todas las mujeres y niños de la fe musulmana, enviándolos al campamento de Almoravide.
Las fuerzas almorávides habrían esparcido el terror en el campo, saqueando campos y huertos al sonido de tambores y cuernos, pero sin dañar la moral de los valencianos, apoyados por la elocuencia del Cid, y prometiendo la inminente llegada de los refuerzos del rey Alfonso.
 

VI. LA SALIDA
Después de una semana desde el inicio de las incursiones más agresivas de las fuerzas almorávides, El Cid decidió intentar una feroz salida: con el favor de la oscuridad, habría enviado la mayor parte de sus fuerzas fuera de la puerta oriental de la ciudad, para hacer una cabalgada amplia. En el sentido de las agujas del reloj y llegar a los hombres del campamento enemigo; a la primera luz del amanecer, un pequeño contingente de unos pocos cientos de hombres habría salido por la puerta occidental, para simular el verdadero destino de los valencianos.


VII. LA BATALLA DE LOS CUARTOS
Caído en la trampa, Mu 'ammad ibn Ibr āh īm habría enviado la mayor parte de sus fuerzas contra ellos, pero - de repente - El Cid habría saltado sobre su espalda, abrumando a todas las fuerzas restantes en el campamento y causando pánico. La noticia de la llegada del rey Alfonso se habría extendido entre los moros con refuerzos e incluso las fuerzas enviadas para contrarrestar la falsa salida bajo los muros de Valencia habrían roto las filas y habrían llegado a su fin.
Habría sido la derrota más dura hasta entonces sufrida por un ejército musulmán en España.


VIII. LAS FUENTES PRIMARIAS

Las principales fuentes primarias, sobre este acontecimiento y de manera más general sobre este período histórico en España, son dadas por los anales: los Anales Castellanos secundos (siglo XII), antes conocidos como Annales Complutenses, según se conserva en la Universidad de Alcalá de Henares, antigua Complutum; la Crónica Naiarensis (siglo XII) del Monasterio benedictino de Santa María la Real de Nájera; los Anales castellanos terceros (siglo XIII), también conocidos como Annales Compostellani, tal como se encuentra en Santiago de Compostela; el Chronicon Burgense (siglo XIII), así llamado porque fue encontrado en la Catedral de Burgos. A estas obras se añade la anónima "Historia Roderici" (siglo XII), una crónica en prosa centrada en la figura del Cid. Aunque atribuyéndola a un valor limitado bajo el perfil historiográfico, es imposible no mencionar también el "Cantar del mio Cid", una obra literaria con épica sabor, que sin embargo puede proporcionar indicaciones de carácter histórico.