Durante su andadura por los archivos
históricos de toda España, y más concretamente en los de la Corona de
Aragón y del Vaticano, Antonio Galera encontró pistas documentales que
hablaban de un caballero templario que huyó de la batalla de Fraga presa
del miedo y de la cobardía. También pudo verificar que este caballero,
además de ser monje y guerrero, era también un consumado poeta.
En La
ciencia oculta de los viejos templarios, y basándose en las mencionadas
fuentes, el autor nos desvela la vida de este caballero medroso, monje,
guerrero y poeta; hijo del conde de Osca, nacido en Montbrió, hoy
conocido como Montbrió del Camp, provincia de Tarragona.
De igual
forma, sirviéndose del Libro de las Ordenanzas Secretas de la Orden del
Templo de Salomón, también nos da a conocer la extraña e insólita
técnica que los caballeros ancianos empleaban para convertir a un
caballero cobarde en el más audaz y diestro soldado de las milicias
templarias.