domingo, 29 de agosto de 2021

Estelas funerarias Templarias


 Estelas funerarias en el Museo Braganza, de Barcelos (Portugal), procedentes de enterramientos de caballeros de la Orden del Templo. Una con entrelazo de cuatripétala y cruz paté, la otra con estrella pentalfa invertida. [Fotos: diapositivas de 1981]. Rafael Alarcón Herrera.

Lugares de asentamientos Templarios en España y Portugal.



Los Templarios, desde su fundación, han tenido como proyecto establecerse en lugares específicos de la Península Ibérica. En sus intervenciones ante los reyes solicitaban y, no raras veces, obtenían, posesiones territoriales en lugares especialmente elegidos, cuando estos mismos territorios no habían sido conquistados todavía a los musulmanes. La elección de esta milicia cristiana no se basaba en fines estratégicos ni en intereses económicos. Pero si es así, por qué pidieron en muchos casos tierras que todavía estaban en poder del Islam? Tal vez la respuesta sea que se expandieron precisamente por toda la cultura megalítica que en ese momento abarcaba una parte significativa de las tierras musulmán.

La tradición popular atribuyó la construcción de muchos de estos monumentos megalíticos a enanos o a gigantes, llamándolos ′′ Casas de Hadas ", ′′ Covas de Moros ", etc., y concediendoles, en muchos casos, virtudes curativas. Estas tradiciones ocasionaron que muchos de estos monumentos fueran en el transcurso de los tiempos profanados por el pueblo.

Estos lugares deberían contener algo que atraía especialmente la atención de los templarios.

Con la gradual decadencia de la Orden de Cluny, se siguió la reforma de Cister, siendo S. Bernardo el principal promotor de esta reforma. Los cistercienses y sus hijos espirituales, los templarios, buscaron muchos de sus conocimientos más internos y profundos en creencias religiosas y filosóficas bien anteriores al cristianismo.

Su discreción se debió a que esas mismas creencias eran consideradas herejías por el poder eclesiástico. Gracias a esa búsqueda, de carácter espiritual, los benedictinos lograron reunir y preservar para el futuro en Monte Cassino, Italia, textos de Platón, de Pitágoras, Aristóteles y de los neoplatónicos de Alejandría. Como resultado de esta búsqueda, durante la evangelización de las Galias por el benedictino celta S. Columbano se conservaron y reutilizaron los lugares mágicos de los druidas (que también ya los habían reutilizado).

Así, no es de extrañar que, de igual modo, en la Península Ibérica, tanto los templarios como los monjes benedictinos se hubieran fijado precisamente en aquellos lugares donde todavía se mantenía la vivencia de creencias ancestrales y de cultos olvidados.

Estos lugares no eran comarcas elegidas al azar, sino puntos clave donde se conservaba el recuerdo, cuando no incluso la presencia oculta de cultos remotos, en forma de indicios o símbolos innegablemente anteriores a la entrada en la Península de los pueblos invasores de la proto - Historia. 

Recreación ·3D del Santo Sepulcro


 

Maria Magdalena y sus reliquias

 


María Magdalena es uno de los personajes más fascinantes de la época de Jesús. Aunque cada año hay más y más gente que la idolatra como si de una superheroína se tratara, la historia de su vida ha sido malinterpretada durante siglos. Pero recientes descubrimientos sobre ella están ayudando a situarla en el lugar de la historia que le corresponde. Sus reliquias se encuentran en diferentes lugares del mundo, y constituyen uno de los vínculos principales entre esta misteriosa mujer y sus actuales seguidores.

El papel que desempeñó María Magdalena en la vida de Jesús aún no está claro, aunque parece que sin duda fue para él una compañera importante. Pese a que no sabemos mucho sobre su vida, incluso la Biblia confirma el estrecho vínculo que existía entre la Magdalena y Jesús, mucho más fuerte que el que mantenía el Maestro con el resto de sus discípulos. Este hecho queda perfectamente reflejado en el pasaje en el que María Magdalena le reconoce tras su resurrección. Citamos el Evangelio de Juan (20,17): “Dícele Jesús: «No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios.»”

El evangelio de Juan, que oficialmente se cree escrito por María Magdalena, arroja algo de luz sobre la historia de su vida, pero debido a la ausencia de otras fuentes los vestigios más importantes que nos ha legado la Magdalena son sus reliquias, ocultas en las cámaras de diferentes iglesias.

Existen al menos tres relatos diferentes que explican cómo murió María Magdalena. Uno de ellos sugiere que vivió y murió en Tierra Santa. En otro se cuenta que tras la muerte de Jesús viajó a Éfeso con San Juan y María, madre de Jesús. De hecho en Éfeso se encontraban unas posibles reliquias de María Magdalena, trasladadas posteriormente a Constantinopla (hoy Estambul). Según la última versión, escapó de Tierra Santa por mar llegando a lo que hoy es el sur de Francia, donde vivió con su hija hasta su muerte.

La calavera de María Magdalena

La más asombrosa de las reliquias de María Magdalena es su calavera, que podemos encontrar en el sur de Francia, en la población de St. Maximin-la-Sainte-Baume. Su culto en Francia está conectado con la leyenda del Santo Grial y con la historia de su huida de Tierra Santa.

La cuestión de la calavera de María Magdalena resulta muy difícil de explicar, ya que la reliquia parece tener su origen en Francia – al menos, lleva allí desde que se inició la construcción de la imponente iglesia gótica que la alberga, en 1295. Por aquel entonces la región se encontraba bajo el dominio de Carlos II de Anjou, rey de Nápoles, Conde de Provenza y sobrino de San Luis (rey de Francia).

Según la leyenda que se cuenta en la población en la que la basílica fue construida, María Magdalena fue enterrada por su amigo Maximino, primer obispo de Aix. Siglos más tarde, la tumba fue abierta el 10 de diciembre de 1279. Los que abrieron la tumba encontraron en el interior del ataúd polvo y una tablilla de madera recubierta de cera con una inscripción que rezaba: “Aquí yacen los restos de María Magdalena.” Durante la apertura de la tumba en 1279, los presentes en la exhumación fueron testigos del maravilloso olor a perfume que desprendía el ataúd abierto.

Los huesos de su mandíbula fueron exhumados anteriormente, antes de la invasión sarracena del año 710, y enviados a Roma. Sin embargo, en 1279 el papa Bonifacio VIII decidió devolver la mandíbula a Francia, y el 6 de abril de 1296 se unió de nuevo oficialmente a la calavera de María Magdalena.

Durante la Revolución Francesa la calavera de María Magdalena fue retirada de la iglesia, aunque más tarde fue donada al arzobispo y guardada en un relicario de oro. Curiosamente la reliquia está ataviada con una peluca roja. Se encuentra custodiada simbólicamente por las esculturas de cuatro ángeles de oro, presumiblemente añadidos en 1860, ya que en su dorso aparecen grabados los números romanos “MDCCCLX”.
María Magdalena es uno de los personajes más fascinantes de la época de Jesús. Aunque cada año hay más y más gente que la idolatra como si de una superheroína se tratara, la historia de su vida ha sido malinterpretada durante siglos. Pero recientes descubrimientos sobre ella están ayudando a situarla en el lugar de la historia que le corresponde. Sus reliquias se encuentran en diferentes lugares del mundo, y constituyen uno de los vínculos principales entre esta misteriosa mujer y sus actuales seguidores.

El papel que desempeñó María Magdalena en la vida de Jesús aún no está claro, aunque parece que sin duda fue para él una compañera importante. Pese a que no sabemos mucho sobre su vida, incluso la Biblia confirma el estrecho vínculo que existía entre la Magdalena y Jesús, mucho más fuerte que el que mantenía el Maestro con el resto de sus discípulos. Este hecho queda perfectamente reflejado en el pasaje en el que María Magdalena le reconoce tras su resurrección. Citamos el Evangelio de Juan (20,17): “Dícele Jesús: «No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios.»"
l evangelio de Juan, que oficialmente se cree escrito por María Magdalena, arroja algo de luz sobre la historia de su vida, pero debido a la ausencia de otras fuentes los vestigios más importantes que nos ha legado la Magdalena son sus reliquias, ocultas en las cámaras de diferentes iglesias.


Existen al menos tres relatos diferentes que explican cómo murió María Magdalena. Uno de ellos sugiere que vivió y murió en Tierra Santa. En otro se cuenta que tras la muerte de Jesús viajó a Éfeso con San Juan y María, madre de Jesús. De hecho en Éfeso se encontraban unas posibles reliquias de María Magdalena, trasladadas posteriormente a Constantinopla (hoy Estambul). Según la última versión, escapó de Tierra Santa por mar llegando a lo que hoy es el sur de Francia, donde vivió con su hija hasta su muerte.

La calavera de María Magdalena

La más asombrosa de las reliquias de María Magdalena es su calavera, que podemos encontrar en el sur de Francia, en la población de St. Maximin-la-Sainte-Baume. Su culto en Francia está conectado con la leyenda del Santo Grial y con la historia de su huida de Tierra Santa.

La cuestión de la calavera de María Magdalena resulta muy difícil de explicar, ya que la reliquia paree tener su origen en Francia – al menos, lleva allí desde que se inició la construcción de la imponente iglesia gótica que la alberga, en 1295. Por aquel entonces la región se encontraba bajo el dominio de Carlos II de Anjou, rey de Nápoles, Conde de Provenza y sobrino de San Luis (rey de Francia).

Según la leyenda que se cuenta en la población en la que la basílica fue construida, María Magdalena fue enterrada por su amigo Maximino, primer obispo de Aix. Siglos más tarde, la tumba fue abierta el 10 de diciembre de 1279. Los que abrieron la tumba encontraron en el interior del ataúd polvo y una tablilla de madera recubierta de cera con una inscripción que rezaba: “Aquí yacen los restos de María Magdalena.” Durante la apertura de la tumba en 1279, los presentes en la exhumación fueron testigos del maravilloso olor a perfume que desprendía el ataúd abierto.

Los huesos de su mandíbula fueron exhumados anteriormente, antes de la invasión sarracena del año 710, y enviados a Roma. Sin embargo, en 1279 el papa Bonifacio VIII decidió devolver la mandíbula a Francia, y el 6 de abril de 1296 se unió de nuevo oficialmente a la calavera de María Magdalena.

Durante la Revolución Francesa la calavera de María Magdalena fue retirada de la iglesia, aunque más tarde fue donada al arzobispo y guardada en un relicario de oro. Curiosamente la reliquia está ataviada con una peluca roja. Se encuentra custodiada simbólicamente por las esculturas de cuatro ángeles de oro, presumiblemente añadidos en 1860, ya que en su dorso aparecen grabados los números romanos “MDCCCLX”.
El evangelio de Juan, que oficialmente se cree escrito por María Magdalena, arroja algo de luz sobre la historia de su vida, pero debido a la ausencia de otras fuentes los vestigios más importantes que nos ha legado la Magdalena son sus reliquias, ocultas en las cámaras de diferentes iglesias.

Existen al menos tres relatos diferentes que explican cómo murió María Magdalena. Uno de ellos sugiere que vivió y murió en Tierra Santa. En otro se cuenta que tras la muerte de Jesús viajó a Éfeso con San Juan y María, madre de Jesús. De hecho en Éfeso se encontraban unas posibles reliquias de María Magdalena, trasladadas posteriormente a Constantinopla (hoy Estambul). Según la última versión, escapó de Tierra Santa por mar llegando a lo que hoy es el sur de Francia, donde vivió con su hija hasta su muerte.

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La calavera de María Magdalena
La más asombrosa de las reliquias de María Magdalena es su calavera, que podemos encontrar en el sur de Francia, en la población de St. Maximin-la-Sainte-Baume. Su culto en Francia está conectado con la leyenda del Santo Grial y con la historia de su huida de Tierra Santa.

La cuestión de la calavera de María Magdalena resulta muy difícil de explicar, ya que la reliquia paree tener su origen en Francia – al menos, lleva allí desde que se inició la construcción de la imponente iglesia gótica que la alberga, en 1295. Por aquel entonces la región se encontraba bajo el dominio de Carlos II de Anjou, rey de Nápoles, Conde de Provenza y sobrino de San Luis (rey de Francia).

Según la leyenda que se cuenta en la población en la que la basílica fue construida, María Magdalena fue enterrada por su amigo Maximino, primer obispo de Aix. Siglos más tarde, la tumba fue abierta el 10 de diciembre de 1279. Los que abrieron la tumba encontraron en el interior del ataúd polvo y una tablilla de madera recubierta de cera con una inscripción que rezaba: “Aquí yacen los restos de María Magdalena.” Durante la apertura de la tumba en 1279, los presentes en la exhumación fueron testigos del maravilloso olor a perfume que desprendía el ataúd abierto.

Los huesos de su mandíbula fueron exhumados anteriormente, antes de la invasión sarracena del año 710, y enviados a Roma. Sin embargo, en 1279 el papa Bonifacio VIII decidió devolver la mandíbula a Francia, y el 6 de abril de 1296 se unió de nuevo oficialmente a la calavera de María Magdalena.

Durante la Revolución Francesa la calavera de María Magdalena fue retirada de la iglesia, aunque más tarde fue donada al arzobispo y guardada en un relicario de oro. Curiosamente la reliquia está ataviada con una peluca roja. Se encuentra custodiada simbólicamente por las esculturas de cuatro ángeles de oro, presumiblemente añadidos en 1860, ya que en su dorso aparecen grabados los números romanos “MDCCCLX”.

¿La mano de la esposa de Jesús?

Otra famosa reliquia de María Magdalena es su mano, que se encuentra en el Monasterio de Simonopetra del monte Athos (Grecia). Es la mano izquierda de una mujer, una mano portadora de mirra que según la tradición perteneció a María Magdalena. De ella se cree que es incorruptible y muy milagrosa. También se cuenta de esta reliquia que desprende un agradable aroma, exactamente igual que en el relato de la apertura de la tumba francesa de María Magdalena.


Se conocen numerosas historias en relación con los milagros obrados supuestamente por esta preciada reliquia. Se cree por ejemplo que la mano de la Magdalena protege a los campos y cultivos de los agricultores, y que se encarga de eliminar continuamente a los gusanos que devoran las plantas.


La cosa no queda ahí: también se cree de esta reliquia que cuando se produjo un gran incendio en el año 1945 en un bosque cercano al monasterio, María Magdalena ayudó a traer agua suficiente para apagar el fuego y salvar al bosque y al monasterio. De forma parecida a la reliquia francesa, la mano izquierda de la Magdalena se encuentra protegida en el interior de un estuche decorado, y es venerada por miles de peregrinos todos los años.


Leyendas de una mujer olvidada


María Magdalena tuvo un enorme impacto en el cristianismo, y puede que incluso fuera la pareja sentimental de Jesús. En la actualidad se ha convertido en una especie de icono del poder femenino en la época bíblica. Los lugares en los que se encuentran las reliquias constituyen aún a día de hoy un importante destino para numerosos peregrinos.


En nuestros días resulta casi imposible confirmar el origen de los huesos de estas reliquias. Las iglesias en las que se encuentran no han dado permiso para que se comparen a fin de comprobar si pertenecieron a la misma mujer. De todos modos, independientemente de dónde fuera enterrada o de a quién pertenecieran realmente los huesos considerados desde hace siglos las reliquias de Santa María Magdalena, sin duda continúan siendo en la actualidad un precioso tesoro para los creyentes cristianos.

Hugo III de Chipre


Hugo era hijo de Isabel de Chipre y Enrique de Antioquía, quienes se casaron hacia 1233. Su madre era hermana del rey Enrique I de Chipre, mientras que su padre era el benjamín del príncipe Bohemundo IV de Antioquía. La abuela materna de Hugo, Alicia de Champaña, fue una reclamante sin éxito al Reino de Jerusalén.​ Como heredera presuntiva de su sobrino nieto, Conrado II de Jerusalén, fue seleccionada para gobernar el reino como regente en 1243.​ Murió en 1246 y la regencia pasó a su hijo, Enrique I de Chipre, pasando por alto el reclamo de su media hermana Melisenda de Chipre.​ El rey Enrique gobernó el reino continental como regente hasta su muerte en 1253.

Su madre lo educó junto con su primo Hugo de Brienne, hijo de su hermana mayor fallecida, María.Se casó con Isabel de Ibelin, que estaba relacionada con la principal nobleza del Reino de Jerusalén. El matrimonio, o al menos un compromiso matrimonial, tuvo lugar en 1255, cuando se emitió una dispensa.​ Hugo era apuesto y encantador, pero estaba en desventaja por su mal genio y falta de tacto.La madre de Hugo de Antioquía, Isabel, era tía del joven rey Hugo II de Chipre y su pariente más cercano de sangre real. La madre del rey, Plasencia de Antioquía, gobernó en su nombre como regente hasta su muerte en 1261.​ Isabel asumió entonces la regencia como heredera presuntiva de Hugo II.​ Luego cedió la regencia a su hijo, quien demostró ser un gobernante capaz.​ Como Hugo II también era el presunto heredero del rey Conrado III de Jerusalén, que vivía en Europa, tenía derecho a gobernar el Reino de Jerusalén como regente.​ Pero como era menor de edad, esa regencia debía ser ejercida por sus familiares, e Isabel aceptó ese papel en 1263.

Isabel murió en 1264 y surgió una disputa entre Hugo de Brienne y Hugo de Antioquía. El primero afirmó que ahora debería ejercer la regencia en Jerusalén porque su madre era mayor que la de Hugo de Antioquía. Pero, como regente de Chipre, Hugo de Antioquía podía contribuir más militarmente al menguante reino continental, y estaba mejor conectado, ya que era primo hermano del príncipe Bohemundo VI de Antioquía, además de emparentar con la poderosa familia Ibelín. La Alta Corte de Jerusalén dictaminó que, dado que los contendientes eran parientes cercanos del joven rey, el mayor de ellos debería tener prioridad, y ese era Hugo de Antioquía.​ Ser elegido como regente marcó efectivamente a Hugo de Antioquía como el presunto heredero de Hugo II.

Como regente, Hugo consideró su deber defender los Estados cruzados. Fue el primer gobernante de Chipre en más de una década en desplegar el ejército chipriota en defensa del Reino de Jerusalén. Su ejército, sin embargo, llegó demasiado tarde para evitar que el gobernante mameluco de Egipto, Baibars, conquistara Cesarea Marítima, Arsuf, Haifa, Safed, Torón y Chastel Neuf.​ Hugo probablemente se centró en reforzar la defensa de Acre,la única ciudad real que quedaba en el continente.

Reinado

Ascenso al trono

El rey Hugo II de catorce años murió en diciembre de 1267,​ sin haber alcanzado la mayoría de edad,​ y fue debidamente sucedido como rey de Chipre por Hugo de Antioquía (Hugo III).La coronación de Hugo III tuvo lugar en la catedral de Santa Sofía en Nicosia el 25 de diciembre de 1267.​ En mayo de 1268, el nuevo rey zarpó hacia Acre para ser reconocido como regente formal, y por lo tanto presunto heredero, de Conrado III de Jerusalén. La Alta Corte estaba dispuesta a aceptarlo,​ pero le sorprendió que su tía María de Antioquía impugnara su reclamo.​ Insistió en que tenía más derecho a reclamar la regencia debido a que era un pariente más cercano de Conrado; mientras que Hugo era bisnieto de su antepasado común, la reina Isabel de Jerusalén, María era nieta. El caso de María era legalmente más sólido y, a diferencia de Hugo, había venido preparada. Sin embargo, Hugo era una opción más deseable, ya que era un hombre, con experiencia en el gobierno y con tropas a disposición. A principios de 1268, Baibars había conquistado Jaffa, Beaufort y Antioquía, lo que llevó a la Alta Corte a fallar a favor de Hugo.

El 29 de octubre de 1268, Conrado fue ejecutado en Nápoles por orden de Carlos de Anjou, que había conquistado el Reino de Sicilia de Conrado.​ Así, Hugo también se convirtió en rey de Jerusalén.​ En lugar de designar un bailío para gobernar su nuevo reino en su nombre, Hugo dividió su tiempo entre Chipre y Acre. Por primera vez desde la década de 1220, el reino continental tenía un monarca residente. Pero nunca encontraria el apoyo de los poderosos del Reino, incluidas las Ordenes militares.


Luchas por Acre

La ciudad medieval de San Juan de Acre.

Hugo intentó dos veces restaurar su autoridad sobre Acre, pero finalmente no tuvo éxito.​ En 1279 trajo un gran ejército chipriota a Tiro y ganó el apoyo de Juan de Montfort, pero el intento fue frustrado por Guillermo de Beaujeu, quien aseguró la lealtad de Acre a Roger de San Severino.​ Al regresar a Chipre, se apoderó de las propiedades de los templarios y destruyó sus fortificaciones en represalia.​ Los templarios se quejaron con el papa, quien le pidió a Hugo que restaurara sus propiedades, pero este se negó.Aunque restringido desde 1277 en su capacidad para apoyar al continente contra los mamelucos, Hugo pudo haber planeado ayudar a los mongoles en su intento de invasión del Levante dominado por los mamelucos.​

1282 vio la retirada de Roger de San Severino debido a un importante levantamiento en Sicilia contra Carlos,​ así como la muerte de Isabel de Beirut y el consiguiente paso de su señorío a su hermana, Eschiva, cuyo marido, Hunfredo de Montfort, era un amigo cercano de Hugo. Animado así a volver a intentar recuperar Acre, Hugo zarpó de Chipre a finales de julio de 1283 con sus hijos Enrique y Bohemundo. En lugar de aterrizar en Acre, Hugo fue trasladado a Beirut, donde fue recibido el 1 de agosto. Mientras su ejército marchaba hacia Tiro, fueron emboscados por asaltantes musulmanes, probablemente por instigación de los templarios. Hugo llegó a Tiro por mar, encontrándose con malos presagios: su estandarte cayó al mar y la cruz que llevaba el clero reunido rompió accidentalmente el cráneo de su médico de la corte judío. Hugo esperó en vano a que le dieran la bienvenida en Acre. El nuevo bailío de Carlos en Acre, Odón Poilechien, acababa de concluir una tregua con los mamelucos, y Hugo pudo haber temido su intervención si atacaba.​

El rey perdió a su hijo más prometedor, Bohemundo, el 3 de noviembre de 1283.​ Un golpe todavía más grave fue la muerte de su amigo y cuñado, Juan de Montfort.63​ Los chipriotas lo abandonaron después de que expirara el período acordado de cuatro meses, pero Hugo permaneció en Tiro, donde murió el 24 de marzo de 1284.​ Fue sucedido por su hijo mayor, Juan I, quien murió al año siguiente y fue seguido por otro hijo, Enrique II.

Descendencia
Con su esposa, Isabel de Ibelín, Hugo tuvo once hijos:11​

Juan I (fallecido en 1285), que sucedió a Hugo III como rey;10​
Bohemundo (fallecido en 1283);62​
Enrique II (fallecido en 1324), quien sucedió a Juan I como rey;64​21​
Amalarico (fallecido en 1310), quien desplazó a Enrique II como gobernante efectivo de Chipre;65​
Emerico (fallecido en 1316), quien gobernó brevemente en sucesión a Amalarico;11​
Guido, cuyo hijo, Hugo IV, sucedió a Enrique II;66​
María (fallecida en 1322), que se casó con el rey Jaime II de Aragón;67​
Margarita (fallecida en 1296), que se casó con el rey Teodoro III de Armenia;68​
Alicia, que se casó con Balián de Ibelín, príncipe titular de Galilea y Belén, hijo de Felipe de Ibelín;11​
Helvis;11​
Isabel.11​

Evaluación

Hugo, debido a sus poderes limitados y su incapacidad para utilizar las fuerzas chipriotas, nunca pudo corregir la situación en el Reino de Jerusalén. Los obstáculos que encontró en Acre y su expulsión demuestran el deseo de los latinos de deshacerse de un gobernante más engorroso que útil e incapaz de proporcionar una respuesta duradera a la amenaza mameluca.​ La oposición de parte de la nobleza de Acre y las órdenes militares puso fin, prematuramente, a su reinado efectivo sobre el Oriente latino. Sin embargo, no renunció al Reino de Jerusalén e hizo varios intentos por recuperar el poder, sin éxito. Su escasa fuerza no fue suficiente para perturbar a los caballeros templarios que lo mantenían a raya.​ Después de su muerte, su hijo Enrique II logró negociar con Guillermo de Beaujeu el regreso de la Casa de Lusignan a Acre.16​ La debilidad del poder de la dinastía chipriota volvió a debilitar el Oriente latino y, unos años más tarde, en 1291, la ciudad de San Juan de Acre fue definitivamente conquistado por los mamelucos.

miércoles, 18 de agosto de 2021

La casa de Ntra. Sra. La Virgen María


 Encima de la Montaña de Bulbules, se encuentra la Casa de la Virgen María. Está 9 km antes de la antigua ciudad de Éfeso. Es conocida como el lugar donde la Virgen María vivió sus últimos dís. Estaba acompañada de San Juan, quien logró mantenerse en el lugar por varios años mientras la Cristiandad se difundía.

Indumentaria Caballero Templario


 

imagen El 'Santo Grial' custodiado durante más de tres siglos en San Juan de la Peña es el autentico

 


Los descubrimientos sobre el Santo Cáliz de Valencia realizados por el catedrático Gabriel Songel durante sus investigaciones de los últimos seis años, y que ahora se recogen en el libro “El Cáliz revelado”, hacen “más verosímil” que la reliquia custodiada en la Catedral valenciana, y que estuvo más de tres siglos en San Juan de la Peña (Huesca), como ‘santo Grial’ sea la auténtica.

Publicado por la editorial Tirant lo Blanc y presentado este lunes, el libro aúna las investigaciones del catedrático de Diseño de la Universidad Politécnica de Valencia que “adelantan 300 años” la primera referencia a este cáliz.

Songel ha detallado cada uno de sus descubrimientos que, a su juicio, “corroboran que el Cáliz estaba en Aragón en la Edad Media, por lo menos en el siglo XI, y confirman datos que aparecen en la tradición oral de San Lorenzo”, lo que “hace más verosímil que el Cáliz de Valencia sea el auténtico” de la última cena de Jesús. Un porcentaje suficientemente algo como para casi afirmar que es el único real.

“Lo que está claro y nadie ha podido rebatir hasta ahora es que la copa superior del Cáliz de Valencia es una piedra ágata que solamente se cultiva en Palestina y tallada de una forma muy especial en torno al siglo primero de nuestra época”, ha apuntado tras la presentación.

Los demás cálices que reivindicaban ser el usado por Jesucristo, “han ido cayendo porque no han pasado ese filtro arqueológico, o eran muy posteriores o tenían otra finalidad“, ha añadido.

También ha explicado que la copa original se fue adornando durante la Edad Media “para realzar lo que significaba” y ha puesto de manifiesto que en el siglo XI “todavía no se daba el fenómeno de la ostentación de las reliquias, era algo íntimo que pertenecía a las familias”.

LA VINCULACIÓN CON LA CORONA DE ARAGÓN

El primer hallazgo “sorprendente” de Songel fue comprobar que la composición del Cáliz, tal cual lo conocemos actualmente, sigue un patrón estilístico relacionado con las marcas de los canteros, pues la minúscula inscripción de 17 milímetros se realizó con el mismo patrón de retículas compositivas.

Posteriormente, la investigación le permitió vincular la reliquia con la Corona de Aragón al descubrir la coincidencia de la moneda acuñada por el rey aragonés Sancho Ramírez con la estructura del cáliz, ya que sus asas “son talmente la curva de la planta del tronco de Jesé que aparece y en vez de la copa es la cruz en la moneda”.

Igualmente investigó la inscripción del cáliz bajo un prisma iconográfico y ahondó sobre el fenómeno de la trasliteración entre el árabe y el hebreo medieval. De hecho, se había interpretado en árabe cúfico como “la resplandeciente” y en la imagen inversa, como hebreo, “Yaveh Joshua” (Jesús es Dios).

Ello le hizo apuntar que el posible autor fuese el judío converso Pedro Alfonso, conocedor del hebreo y el árabe y con acceso al cáliz y a los reyes aragoneses.

En sus investigaciones halló, en un manuscrito que contiene el relicario del monasterio San Juan de la Peña, en el siglo XI, la referencia más antigua conocida hasta la fecha del Santo Cáliz de Valencia, pues hasta el momento solo aparecía en documentos en 1399 cuando Martín el Humano lo reclama a los monjes.

Se trata de un acróstico pues “con las letras que están en los límites de los bloques de texto se puede hacer una lectura continuada” que menciona “Calis Lapis Exilis Domini” (cáliz de piedra preciosa del señor).

La espada Templaria


El peso total de la espada templaria era de un kilo y medio aproximadamente, se manejaba con dos manos, por eso el nombre de “mandoble”, pero su equilibrio, perfecto a cuatro dedos de la empuñadura, la hacían un arma de una efectividad extraordinaria, tanto para atacar, como para defender, sobre todo en oposición a las armas curvas y cortas de los guerreros árabes, como por ejemplo las cimitarras.

Templarios en el Reino de Navarra


Santa Maria de Eunate

A Navarra llegan los templarios a partir de 1127, con excelente acogida de los tres últimos reyes de la dinastía Garcés: García Ramírez, Sancho el Sabio, Sancho el Fuerte, que cubren los cien años que van de 1134 a 1234.

Ellos entienden que aquel grupo de hombres disciplinados, que saben combatir y trabajar, respetuosos con la autoridad, son un buen apoyo para la Corona. En Navarra, no hay ya reconquista. Pero sí hay tierras ya abandonadas, mal comunicadas, pobres y tristes. Y los caballeros no aman la ciudad, prefieren el campo. Ya Bernardo de Claraval (en 1128 el Concilio de Troyes se aprueba la Regla del Temple redactada por el mismo), les decía que "los guerreros no deben vivir en la ciudad, ésta les corromperá". Y citaba la Biblia: Henoc, la primera ciudad del mundo. fue fundada por los hijos de Caín. En el fondo para los templarios , todas las tierras eran "tierra santa".

Sin embargo, el Camino Francés había concentrado sobre sus estrechos márgenes gran parte de la población, la riqueza y la cultura del Reino; mientras que valles interiores de Navarra y Aragón permanecían estancados en sus tradiciones casi paganas, su escaso comercio y su endogamia familiar y cultural. Por otra parte, el Camino estaba en manos de los monjes de Cluny; tampoco sería irrazonable implantar otra Orden distinta.

Así, el Temple aparece en Artajona; en 1142 los acoge la piedad del Rey García Ramírez. La Vera-Cruz de la Iglesia San Pedro y la Virgen de Jerusalén proceden de la Cruzadas. También el mismo año se les entrega "la población vieja" de Puente la Reina, a raíz de la construcción del primer puente de piedra, en el que habían participado expertos procedentes de las escuelas de cantería del Temple. Se decía entonces que los caballeros habían estudiado durante años las estructuras, dimensiones y bóvedas del Templo de Jerusalén, dictadas por Dios a David y a Salomón; y que mantenían aún el secreto de los sólidos puentes, los atrevidos arbotantes y las altas bóvedas que iluminaron las primeras catedrales de Europa. Tiempos del optimismo gótico, cuando las Vírgenes eran sonrientes, las columnas esbeltas, los vitrales deslumbradores; cuando partían cantando los cruzados y las catedrales eran blancas. En Puente se construyó la Iglesia del Crucifijo en dos naves, como las sinagogas judías, con la más importante dedicada a María. Pronto hubo Hospital de Peregrinos en Bargota y cerca, en Eunate, la más bella capilla de la Orden en Navarra, de planta octogonal, en recuerdo de Jerusalén y como símbolo de la unión entre lo eterno (el círculo) y lo terrenal (el cuadrado) que desarrollan el octógono. Puente fue residencia del Prior.  Y en la Ribera del Ebro, el mismo Rey García les donó Alcanadre y Novillas, encomienda matriz de las cercanas de Borja, Buñuel y Ribaforada; Villa esta última donde los caballeros habitaron y conservaron, casi sin cambios, el castillo moro y la antigua mezquita.

* EL LEGADO TEMPLARIO. 

Entre 1128 y 1136 se computan siete importantes donaciones al Temple, primero particulares y posteriormente reales, en la ribera navarra del Ebro, todas ellas al sur de Tudela. Entre estas donaciones destaca la de Lope Kaisal en 1134, hecha poco antes de la muerte del donante en la batalla de Fraga, donde luchó junto al rey Batallador. La primera donación real sería la villa y el castillo de Novillas, entregados a los templarios en uno de los primeros actos oficiales del rey Restaurador, en 1135. Las donaciones en cuestión, antes de que aparezca como recipiendario el maestre de Provenza Pedro Rovira (Rovera en Navarra), se hacen en abstracto a la orden. Y, según apunta el historiador aragonés Paulino Usón, son todas de carácter agrario, con una clara preferencia de los templarios por territorios fértiles antes que estratégicos.

Naturalmente esta circunstancia resultaba lógica en Navarra, que con su emancipación de la Corona de Aragón se había quedado sin tierra por conquistar a los moros. No existían razones válidas para pedir o aceptar lugares de frontera, ni el Temple podía ofrecer contraprestaciones de aquel tipo en tierras navarras. Sin embargo, resulta significativo que esta circunstancia se refleje en las donaciones reales, que de seis durante el reinado de García Ramírez (1134-1150), se reducen a cinco en el de Sancho el Sabio (1150-1194) y a una en cada uno de los de Sancho el Fuerte – a pesar de la intervención de los templarios en las Navas de Tolosa – (1194-1234) y de Teobaldo II (1253-1270); muchas menos, en cualquier caso, que las que recibieron los freires sanjuanistas en los mismos períodos, lo que les permitió crear un priorato navarro de la Orden, mientras que los templarios apenas alcanzaron a conformar un par de encomiendas para administrar unos territorios que se distribuyeron prácticamente en tres únicas zonas del reino:

La primera, constituida por tierras que se extendían entre Tudela y la orilla izquierda del Ebro, con Ribaforada como centro vital y económico; 

La segunda, que abarca hoy tierras riojanas, se encontraba al oeste de Tudela y llegaba hasta Alcanadre, Yanguas y Arenzana, teniendo como centro a Funes; y la tercera, en la merindad de Estella, comprendía una zona del Camino de Santiago, fue la más tardía y, a mi parecer, la más significativa por lo que a implantación firme de los templarios se refiere. Tenían casa en Estella – no localizada, aunque muchos suponen, y no sin razón, que fuera el actual santuario de Rocamador – en Artajona, en Sagüés, en Legarda, en Aberín (donación de 1177), en Allo y en Obanos. Según todos los indicios, el núcleo de aquella propiedad se encontraba en Puente la Reina, cedida por el rey García Ramírez a los templarios en 1142 y nombrada por él mismo “illam meam villam veteram.”

 

viernes, 13 de agosto de 2021

El simbolismo del Militum Xpisti


Este sello es profundamente simbólico y puede tener varios significados. 

• El símbolo de los dos mundos: lo material y lo espiritual;

• El símbolo de la dualidad en la acción: el guerrero, más activo (exotérico-exterior) y el monje más pasivo (esotérico-interior);

• El símbolo de dos religiones: la caballería cristiana y la caballería musulmana sirviendo el mismo ideal tradicional, representado por la montada común; dos religiones que se unen para originar el imperio del Espíritu, que en ese momento constituía una herejía;

• El símbolo de la doble misión templaria: la misión pública, que satisfacía a la Iglesia en la defensa de los cristianos desprotegidos; y la misión ′′ secreta ", universal, separada de la Iglesia, y cuya finalidad, hoy, difícilmente alcanzamos en toda su dimensión histórica ;

• El símbolo del doble poder: la alianza a realizarse entre la autoridad espiritual y el poder temporal;

• El símbolo de dos formas de vida: intelectual y práctica; una y otra tienen que trabajar juntos ( Ora et Labora) en pro de una causa;

• El símbolo de la dualidad interna del hombre: la naturaleza inferior (el mal) y la naturaleza superior (el bien).

Así, la presencia de los dos jinetes simboliza la doble función de la Orden Templaria, guerrera y religiosa, pero también la dualidad en todo lo que existe: Oriente y Occidente, Antiguo y Nuevo Testamento, la lucha apocalíptica entre el bien y el Mal, oscuridad y luz.

Jean Pierre Plantard

 


Personalmente no se si es mito o realidad la relación familiar con los Merovingios... pero la realidad histórica nos avoca a la existencia de ellos... incluso más... la Iglesia hizo Santa su estirpe... eran Santos al nacer.... ¿no parece raro que desaparecieran con Dagoberto II, asesinados?

Una suposición de mayor interés subyacente al enseñar a pensar sobre el PS ¿es que hay necesidad para tal enseñanza?… ¿Hay alguna evidencia de que esta suposición es correcta? Ciertamente con o sin entrenamiento especial sobre el PS, cada uno piensa. No podemos hacer una aseveración similar sobre el "PS" física, química o matemática. A uno le enseñan esas cosas. No así a pensar. Trato de sugerir con esta aseveración que nuestras mentes deben tener más que algún contenido y que no podemos, al fin por mucho, mantenerlas vacías en este caso del PS solo hay XXX ¿Cuál es el contenido sobre el PS?.

Todos nosotros comparamos, clasificamos, ordenamos, estimamos, extrapolamos, interpolamos, formamos hipótesis, pesamos evidencias, sacamos conclusiones… la cuestión toma distinta perspectiva… si podemos partir de un hecho concreto… o generar una entelequia, que nos satisfaga con el hecho de la famosa sentencia de Descartes "pienso, por lo tanto existo" pero puede bien ser cambiada en su punto decisivo "soy, por lo tanto pienso." Si pensar no es una consecuencia del ser, ciertamente es una consecuencia del ser humano. Estamos canalizados a pensar y no podemos evitarlo como no podemos evitar respirar. En fin… creo que si bien no puedo aseverar el hecho de Plantard, si puedo confirmar que el PS no es una quimera. Ahora lean, piensen, e investiguen y saquen sus conclusiones.

San Bernardo de Clairvaux y el sentido oculto de los textos bíblicos para defender la Fe

San Bernardo de Clairvaux ′′ sobresalió ′′ a destilar textos bíblicos el significado que allí estaba escondido ", explicó Benedicto XVI, en este día de la fiesta del gran doctor de la Iglesia, que celebraremos este próximo 20 de Agosto.

El Papa ha hablado de los santos que la Iglesia celebran esta próxima semana, en una catequesis centrada en ′′ el encanto natural de la santidad ", desde Castel Gandolfo.

′′ Hoy, destacó el Papa, recordamos a Bernard de Clairvaux, que fue llamado por el Papa Pío VIII ' doctor mellifluus ', porque sobresalió ' a hacer destilar textos bíblicos el significado que allí se escondía '. Este místico, deseoso de vivir inmerso en el 'valle luminoso' de la contemplación, fue llevado por los acontecimientos a viajar por Europa para servir a la Iglesia, en las necesidades de la época y en defensa de la fe cristiana ".

Benedicto XVI recordó también el amor de San Bernardo por la Virgen María diciendo: ′′ También se le llamó el 'doctor marial' no por haber escrito mucho sobre la Virgen, sino porque él sabe desempeñar su papel esencial en la Iglesia, en la Presentando como el modelo perfecto de la vida monástica y cualquier otra forma de vida cristiana ".

Con motivo del VIII centenario de la muerte de San Bernardo, el Papa Pío XII escribió en su encíclica, Doctor Mellifluus, del 24 de mayo de 1953: ′′ Que todos se acerquen con mayor confianza que antes, trono de misericordia y gracia de nuestra Reina y Madre, para pedir auxilio en la adversidad, luz en la oscuridad, consuelo en el dolor y lágrimas ".

San Bernardo de Clairvaux nació en 1090. Su padre era Caballero del Duque de Borgoña.

Después de estudiar en Châtillon Sur-Sena, eligió en 1112 entrar en C îteaux en orden cisterciense con 30 de sus padres y amigos que convirtió a su ideal. Menos de cuatro años después, se encarga de fundar la Abadía de Clairvaux, 'Claire Valle'.

Sin embargo, rápidamente, el auge de Clairvaux permite crear las primeras abadías de la filiación claravaliana, tres fuentes y Fontenay. Y a partir de 1120 Bernard de Clairvaux interviene donde quiera que cree que la Iglesia está siendo atacada.

En 1128 en el Concilio de Troyes, Bernardo de Clairvaux reconoce la orden de los templarios, monjes-caballeros al servicio de los peregrinos hacia Jerusalén.

A partir de 1130 mientras dos papas reclaman el asiento pontificio, le piden que intervenga. Se pronuncia a favor de Inocencio II contra Anacleto. Se une al Rey de Francia y al Emperador de Alemania a la causa de la unidad de la Iglesia. Visita las ciudades de Italia para unirlas a esta unidad. En el Concilio de Sens en 1140, Bernardo de Clairvaux va Roma a la disputa que le opone a Abélardo, maestro-dialecticista de la Universidad de París.

En 1145 Bernard Paganelli, monje de Clairvaux, se convierte en Papa como Eugenio III. El abad de Clairvaux le dedica su libro ′′ Consideración ".

En 1146, en Pascua, Bernardo predica la segunda cruzada en el Vezelay. En Navidad predica en Spire. Interviene en Mayence para impedir que los fanáticos maten a judíos. Pero la segunda cruzada será un fracaso militar.

1153: Bernard muere dejando atrás una filiación de 68 abadías que crearon más de 350 monasterios. Los escritos de gran valor del Abad de Clairvaux lo colocan entre los grandes autores del siglo XII.

¿Lo Sabías?

 


Hay una estatua en la catedral de Milán que representa a San Bartolomé, Santo Templario por excelencia.

Al acercarte a la estatua, te puedes dar cuenta de algo bastante extraño. Tanto el cuerpo como la cara, se ven sumamente demacrados. La cara tiene una expresión de tristeza y el cuerpo se ve muy débil. Y eso, está hecho adrede…

San Bartolomé fue un apóstol de Jesús que aparentemente fue desollado vivo. El artista Marco d´Agrate quiso representar la manera como murió. Lo que ves, es la representación del cuerpo del apóstol completamente sin piel. El detalle está, en que si te fijas aún más, lo que lleva al rededor de su cuerpo no es una túnica. Es su propia piel arrancada.

Concilio de Nablus

 


Detalle del folio 110v del manuscrito MS 026. Chronica Maiora. Mateo de París. Cambridge, Corpus Christi College. Dos templarios sobre el mismo caballo.

En la segunda quincena del mes de enero del año 1120, casi con toda seguridad durante la celebración del concilio de Nablus, Hugo de Payens, Godofredo de Saint-Omer, y ciertos caballeros temerosos de Dios, prometían los votos de castidad, pobreza y obediencia ante Gormondo de picquigny, patriarca de Jerusalén, y ante el rey Balduino II, añadiendo un cuarto voto que les haría protagonistas para siempre de la Historia, la defensa de los peregrinos y de los Santos Lugares.


lunes, 9 de agosto de 2021

Divisa de la Orden del Temple

Divisa de los CABALLEROS TEMPLARIOS:

“Non nobis Domine, non nobis, sed nomini tuo da gloriam” 

(Salmo 113,9) es latín y significa: ′′ No a nosotros, oh Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria ".

 


Caballeros Templarios más allá de la vida


 A lo largo de diferente países e incluso continentes nos conseguimos con relatos y leyendas que nos hablan de ejercito de muertos o procesiones de aquellos que ya no son parte del mundo material pero, que por alguna razón, permanecen aquí.

Lugares como Galicia, en España, son conocido por su leyenda de la santa compaña, pero no está circunscrita; esta extraña irrupción del otro mundo; solamente a este antiguo país de la vieja Europa, la tenemos también en Bretaña, o en Alemania incluso en los cantones suizos, pero llega más lejos se consiguen narraciones en Latino América, como en el caso de Costa Rica. De igual forma los relatos del ejercito de muerto no se pueden dejar solamente asociado a los países germanos y escandinavos, el mismo Jung fue testigo de esto, a pesar de que él le diera la respectiva explicación científica, aunque en el fondo sabemos, y él sabia bien, de que trataba este extraño fenómeno.

Es que por el hecho que hoy tengamos luz eléctrica, teléfonos móviles, satélites etc. No hace que el otro mundo, el mundo inmaterial, se haya ido, lo único que se ha ido en esta oscura era es la creencia en el mundo del espíritu por parte de la mayoría de los habitantes, situación que pareciera empezar a revertirse. El asunto aquí es que esto que llamamos encuentros con el otro lado, con lo daimonico, con lo intangible; sigue ocurriendo en los lugares en donde los antiguos ya sabían y advertían que sucedía.

Queremos contarle unos cuantos relatos que funden estos casos de santa compaña, así como ejercito de muertos, con los templarios, veamos que nos conseguimos.

Tal vez uno de los relatos más conocidos es el que se cuenta en el Bezú en el departamento del Aude en el Languedoc al sur de Francia, en la madrugada del 13 de Octubre, en el caserío de Tipliès cerca de le Bezú, salen en una larga fila, caminando cual procesión, los fantasma de templarios que van desde el cementerio hasta el castillo, esto solo ocurre al sonar de una misteriosa campana de plata que da el toque de ánimas, se dice que esta se encentra en el fondo de un pozo situado en medio de las ruinas de la antigua alquería de Baruteaux, para otros dicha campana estaría en el no menos legendario y enigmático monte Bugarach; el cual se encuentra a unos pocos kilómetros de distancia; y del que se dice que es hueco y en sus entrañas uno puede encontrarse con grandes cavidades con ríos navegables, allí según se encuentra un gran tesoro. Se dice que los fantasmas de los templarios una vez llegados a destino comienzan a clamar con voces espeluznantes la siguiente interrogante << ¿partiremos hoy a libertar Jerusalén?>> al no recibir respuesta, la lúgubre procesión regresa al cementerio con el amanecer, hasta el próximo año.

En la iglesia de Luz-Saint-Sauveur que perteneció al Temple, en el Hautes-Pyrénées, en Francia, hubo hasta los años 30 del siglo XX una lápida la cual tenía la siguiente leyenda:

‘En la cripta se encuentran siete calaveras de templarios; todas las noches del 13 de octubre (fecha del arresto) se oye en la iglesia la voz del gran maestre, susurrante como el viento, que pregunta: <<¿Ha llegado el día de la liberación del Santo Sepulcro?>> Ante las siete calaveras aparecen siete espadas resplandecientes, y las bocas sin lengua murmuran: <<Todavía no>>. La pregunta y su respuesta se repiten por siete veces, luego las espadas desaparecen, y todo queda en silencio hasta el año siguiente’.

Por otro lado en la mágica y enigmática Bretaña armoricana se cuenta que en la colina de Coh-Castle, en Treffléan, Morbihan Francia, aparece un caballero Templario de ropajes blancos con la respectiva cruz roja, montando el esqueleto de un caballo y lleva en mano una espada ensangrentada. Los moradores de la zona cuentan que se trata del comendador de la antigua posesión templaria en Treffléan, que quiere redimir sus pecados marchando de nuevo a Tierra Santa, con el resto de los Templarios de la encomienda. El fantasma grita con voz estruendosa<< ¡A mí, hermanos del Temple, regresemos a rescatar los Santos Lugares!>>. Pero por más gritos y llamadas, nunca acuden. Por eso, si sorprende a cualquier persona descuidada caminando por el paraje, intenta convencerlo para que forme parte de su hueste y vaya con él a Tierra Santa. Luego, el especto regresa al otro mundo, para intentarlo en otra ocasión. Pero con igual resultado.

Este a diferencia de los dos casos anteriores no hace referencia al 13 de octubre. No esta demás y quiero comentar que esta fecha se  refiere al arresto del temple en Francia; un viernes 13 de octubre de 1307. Algo de atención es que en todas estas leyendas o relatos nos dicen que las almas de los templarios tendrían una tarea pendiente que estaría relacionada a la liberación de Jerusalén y el Santo Sepulcro de manos del Islan, quizás, sea esto lo que los ata al mundo material, pero además esto nos dice que el Temple no supero; en todos los términos; la perdida de Tierra Santa, no logro adaptarse a un mundo que ya no poseía los valores de la era Feudal y el horizonte caballeresco, por tanto el Temple debía perecer con el final de esta era, y la entrada de; para lo que a nuestros ojos seria; la verdadera edad media.

Antes de finalizar esta entrada viajemos a la mágica tierra de Galicia, los templarios poseyeron, de acuerdo con las crónicas, desde el año 1155, la isla de la Coelleira, en donde había un monasterio que según dataría de tiempo de los godos, dedicado a San Miguel arcángel. Al inicio de la persecución templaria un grupo de caballeros llegaron a la isla Coelleira, a finales de 1307. Se dice que los caballeros residieron en paz hasta que en 1308 se encendió la codicia de los nobles locales, al no ver una decisión contundente del rey Fernando IV de Castilla, decidiendo así tomar justicia por sus propias manos, al segur el ejemplo de la autoridad regia, que sin condenar, se apoderaba de los bienes de la orden, por tanto estos también querían una parte de la recompensa.

Se cuenta que los señores del valle de Viveiro, una rama de la familia Quirós, aprovecharon una oscura noche para tomar por asalto la isla, asesinando de la mas vil forma a los caballeros, el ultimo en abatir fue un tal Gastón de la Tour, joven venido desde Francia escapando del proto-monarca francés. El joven Gastón batalló hasta el final de su vida, cumpliendo con el precepto de la orden de continuar en combate así el caballero sea superado en 3 a 1. Al caer muerto su cuerpo, junto al resto de los hermanos, fueron lazado al océano, junto con estos cayo el cuerpo de un hermano que estaba gravemente herido mas no muerto. En la confusión del terrible crimen, en medio de las aguas oscuras, logro nadar hasta tierra firme. Una vez a salvo, volvió la vista al convento para lanzar una terrible maldición contra la familia Quirós, a cuyos miembros había reconocido en la desigual pelea. Se puso en camino para abandonar el lugar, al amanecer llegó exhausto a Vicedo, donde un buen hombre lo acogió dándole todos los auxilios requeridos para que mejorase, se dice que la casa del buen hombre sigue en pie hoy (no sabemos a ciencia cierta si es así) en el barrio de Baltar y se conoce como A casa do paisano. Recuperado de las heridas el Templario bendijo al buen hombre y se marchó para nunca más ser visto – uno de esos tantos templarios que escaparon al triste final de la orden por senderos desconocidos para no saberse más nada de ellos-.

Al tiempo diverso miembros varones de la familia Quirós empezaron a morir a causa de misteriosos accidentes, corriendo el rumor que la maldición lanzada por el templario sobreviviente estaba siendo cumplida; hasta que un día, un miembro de la familia Quirós – el cual casi muere ahogado- estando a orillas del rio Landre confesó todo el crimen, por tanto antes de morir; y confesando en arrepentimiento todo lo sucedido; pidió perdón por haber participado en aquella matanza, dejando encargada una treintena de misas por cada uno de los templarios asesinados, por él y por su familia, al poco tiempo dejaron de ocurrir los extraños accidentes.

Todavía hoy se dice que en noches oscuras, en la isla Coelleira, vagan las sombras de los templarios que fueron alevosamente asesinados. Pero también afirman algunos, que en ciertas noches de luna llena, se escucha el estruendo del viento soplando sobre el agua y las rocas, se dice – pero no se confirma – que a la luz de la luna se ve el fantasma de Gastón, el ultimo templario de la Coelleira, que vaga en la isla buscando a sus hermanos y ese estruendo de viento sería los gritos de este llamando al resto de los templarios.

Los caballeros del Tau


 Cuando se piensa en órdenes militares de caballería de la era medieval los primeros nombres que nos vienen a la mente son los Templarios, los Hospitalarios, los Caballeros Teutones…son los que más poder acumularon, los más famosos y conocidos, gracias a múltiples estudios, libros, películas y cómics. En España tenemos también la Orden de Calatrava y la de Santiago, que a pesar de su importancia local, nunca llegaron a tener demasiada proyección en el resto de Europa. Pero hay una órden ciertamente poco conocida pero que tiene una gran importancia por ser la primera de todas las órdenes religioso-militares que surgieron en la Europa de la Edad Media. Se llamaba oficialmente Orden de Santiago de Altopascio (algunos autores como Manuel Boix prefieren el literal San Jaime de Altopascio), pero era más conocida por la forma de la cruz que portaban en sus escudos y vestimenta: los Caballeros del Tau.

Su formación está envuelta en leyendas, pero hay consenso general entre los historiadores en que debió producirse en algún momento del año 1060-1061, en una pequeña localidad de la Toscana llamada Altopascio situada a unos 14 kilómetros al sureste de Lucca. En aquellos tiempos la vía que comunicaba el sur de Francia y el norte de Italia con Roma era la Vía Francigena. Ésta atravesaba un espeso bosque cercano al lago de Bientina estrechándose y haciendo difícil el transito, pero al mismo tiempo constituyendo un lugar perfecto para que la combinación de bandidos y peligros naturales hicieran de ese tramo un calvario para los viajeros y peregrinos desprevenidos.

Las leyendas sobre la fundación de la orden tienen que ver con ello, como cuenta Frank McArdie en su estudio sobre Altopascio. La primera atribuye su fundación a la Gran Condesa Matilde de Canossa, la mujer más poderosa de Europa en aquellos tiempos, que llegó a controlar todos los territorios al norte de los Estados Pontificios, principalmente por su estrecha alianza con el papa. Para hacerse una idea de su importancia baste citar que se trata de una de las 4 únicas mujeres que están enterradas en la Basílica de San Pedro del Vaticano. Matilda se habría perdido en el bosque y esa experiencia la llevaría a patrocinar posteriormente la creación de un hospital donde los peregrinos pudieran pernoctar a salvo. La historia se completa con la instalación de una campana llamada la Smarrita (la perdida), que tañía durante una hora entre la una y las dos de la mañana, con el fin de que aquellos que se hubieran perdido pudieran seguir su sonido hasta el refugio.

La otra historia sobre el origen de la orden, esta vez recogida incluso en sus estatutos y por ello más plausible, es que se debe a 12 monjes que se trasladaron a Altopascio desde Pozzevoli para abrir el hospital en 1061. Allí se organizaron como una comunidad religioso-militar, tres décadas antes de la Cruzadas, que se dedicaba a la defensa de los peregrinos, y poco a poco su número fue aumentando con caballeros, clérigos y laicos.

Finalmente en 1239 el papa Gregorio IX les confiere la Regla del Hospital de Santiago de Altopascio, similar a la del Hospital de San Juan de Jerusalén, en un momento en que su influencia se había extendido ya por media Europa, y en el siglo siguiente alcanzaría tanta fama que aparece incluso mencionada en el Decamerón de Boccaccio, escrito en 1353. Su labor en Tierra Santa no pasó de ser anecdótica, ya que se preocuparon más de expandirse por Europa, donde llegan a establecer fundaciones en muchos países. En España fundaron tres hospitales, uno en La Font del Perelló, otro en Astorga y el tercero en Pamplona.

Esta creciente influencia no dejó de granjearles enemigos y así, en 1330 todos los Caballeros del Tau en Francia fueron arrestados y sus propiedades confiscadas, como había ocurrido con los Caballeros del Temple 23 años antes. En 1459 el papa Pío II intentó suprimir la orden, aduciendo que ya no cumplía con su cometido, mandando que sus posesiones pasasen, junto con las de otras 6 órdenes suprimidas, a la nueva Orden de Nuestra Señora de Belén. Ésta había sido creada por el propio pontífice con el objetivo de defender la isla de Lemnos, pero apenas duró y en realidad la transferencia de propiedades no se llegó a realizar.
La Orden de Santiago de Altopascio siguió existiendo en Italia hasta 1587, cuando Sixto V la integró en la de San Esteban, que continúa existiendo hoy en día. En Francia, donde habían conseguido reponerse de la redada de 1330, todavía se mantuvo independiente hasta 1672, siendo finalmente absorbida por la orden de San Lázaro de Jerusalén.



Ora et labora



Quizás la más conocida regla de la vida monástica. Redactada por San Benito de Nursia hacia el 540 en Montecassino, tras edificar un monasterio y fundar la Orden Benedictina.

Pasan los años y los Benedictinos empiezan a relajarse en el cumplimiento de la regla. Al parecer practicaban más el "ora" dejando el "labora" para los legos y conversos que convivían con ellos en los monasterios.

Debido a ello, Roberto de Molesmes fundó la Orden Cisterciense (Ordo Cisterciensis) como una reacción a la relajación que consideraban que tenía la Orden benedictina, queriendo volver al espíritu original de la Orden de San Benito. Así nació el Cister pero...

Pasan los años y los Cistercienses también empiezan a relajarse en el cumplimiento de la regla, una vida de oración y trabajo debía ser muy dura hasta para un monje vocacional. Y hete aquí que en el Cister se produce un cisma, originandose dos órdenes en lugar de un único Cister.

Estas dos órdenes se conocen como Orden Cisterciense de la común observancia y Orden cisterciense de la estricta observancia conocida también cono La Trapa.

La Orden Cisterciense de la Estricta Observancia (O.C.S.O. por su nombre oficial, en latín, Ordo Cisterciensis Strictioris Observantiae), conocida como Orden de la Trapa, es una orden monástica católica reformada, cuyos miembros son popularmente conocidos como trapenses. Tienen como regla la de San Benito, la cual aspiran seguir sin lenitivos. Nacieron en 1664 como una ramificación de la Orden benedictina del Císter

Conrado III


Conradino de Hohenstaufen, duque de Suabia (o Conrado IV de Suabia) (Landshut, Baviera, 25 de marzo de 1252– Nápoles, 29 de octubre de 1268), rey de Sicilia como Conrado II desde 1254 a 1268 y rey nominal de Jerusalén, como Conrado III. En algunas ocasiones es mencionado como Conrado V, aunque nunca sucedió a su padre Conrado IV en Alemania. Luchó por recuperar el control de su familia sobre el Reino de Sicilia pero fue derrotado en 1268 en Tagliacozzo por Carlos de Anjou, que ordenó su decapitación.

Biografía

Hijo del rey Conrado IV de Alemania y de la princesa Isabel de Baviera, fue el último representante de la dinastía de los Hohenstaufen. A la muerte de su padre Conrado IV en 1254, su heredero, Conradino, de solo dos años, permaneció en Alemania bajo la tutela del duque Luis II de Alta Baviera, mientras sus reinos de Jerusalén y Sicilia eran gobernados a través de regentes.

En 1258, Manfredo de Sicilia, regente de su sobrino Conradino en Sicilia, usurpó el trono y fue coronado Rey de Sicilia. En la Batalla de Benevento (1266), Manfredo fue derrotado y muerto, frente a Carlos de Anjou, el candidato del Papa, a la sazón suzerano del reino; y años después Conradino intentó, con apoyo gibelino, recuperar su herencia frente Carlos de Anjou, pero este le derrotó y capturó en la Batalla de Tagliacozzo, siendo poco después decapitado en la Plaza del Mercado en Nápoles, con solo 16 años de edad.