miércoles, 20 de julio de 2022

El Temple VI


Los 9 primeros.

El carácter modesto y privado de la iniciativa de Hugo de Payens contrastaba claramente con los proyectos de Balduino. No hay rastro de que los templarios hicieran una predicación que engrosará su grupo. Antes de la intervención del Rey de Jerusalén y según la tradición transmitida por Guillermo, Arzobispo de Tiro hasta la confraternidad fue centralizada en época del Concilio de Troyes, en 1129, Payens y sus compañeros fueron siempre 9.

El Reino Cristiano de Tierra Santa estaba amenazado por la escasez de población residente y de efectivos militares que pudieran llevar realmente al campo de batalla cuando se hiciera falta. Es indudable que los proyectos que Balduino, tenía en mente para la congregación de Payens no correspondían al espíritu y a la finalidad con que se había fundado, y es bastante probable que el soberano se viese precisado de emplear mucho tiempo en convencer al Grupo.

Para la formación de una verdadera orden militar era menester reclutar muchos combatientes más, pero también encontrar ingentes recursos económicos, con los que mantener los efectivos y poder garantizar el avituallamiento y los suministros indispensables.En un mundo en que la guerra todavía se libraba entre soldados que luchaban esencialmente a caballo y cubierto por completo de pesadas armaduras, cuya fabricación requería mucho tiempo y dedicación de artesanos y especialistas, este cuerpo militar en el que pensaba Balduino, nunca podría carecer de recursos económicos, so pena de perder de inmediato su funcionalidad. Hugo en calidad de cabeza y fundador de la orden, debió de asumir notables responsabilidades administrativas y judiciales y militares, las mismas que tenía en la vida secular como titular del feudo, al que había renunciado voluntariamente para ir a Jerusalén como penitente consagrado al Templo del Señor.

Tal vez en el tiempo en que el Conde Fulco de Anjou que convivio entre los templarios en 1120, no fuera algo casual ni estuviera alejado de los proyectos del Rey de Jerusalén. Ese mismo año, Balduino les dejo como sede un ala del Palacio en el que había usado hasta entonces.En calidad de residencia real, lo cual no se avenía con la originaria intención de la pobreza del Grupo, pero que tenía un valor simbólico indudable. Aceptar esa donación no significaba solamente ampliar la institución, sino también y de todo, demostrar que la misma estaba cambiando de naturaleza.Que estaba asumiendo un puesto de privilegio en la sociedad de Tierra Santa junto a la realeza.

La corona debió de presionar a los primeros templarios, contando con el apoyo de la autoridad del patriarca de Jerusalén, que compartía con el soberano.En aquella epoca la corona compartia preocupaciones del clero por la defensa del Reino.

La confraternidad estaba sometida al patriarca, máximo exponente de la jerarquía de la Iglesia secular en Tierra Santa, y probablemente fue quien sensibilizó al Grupo sobre las exigencias logísticas de la región y quien convenció a Payens de la necesidad de afrontar la transformación radical de la Confraternidad; dell mismo sentido de que imprimió a otra orden religiosa fundada en Jerusalén unos años antes, dedicadas a la curación de enfermos y peregrinos, la de San Juan del Hospital, que más tarde asumió una función militar completamente ajena a su espíritu originario.

Vencer la desconfianza de los primeros templarios no fue el único obstáculo, era superar la población del Reino, no respondía a las exigencias de reclutamiento y era preciso buscar otros recursos humanos fuera del territorio.

Aunque balduino, según no tenía parte, tenía de su parte el patriarca de Jerusalén, y el bondadoso Sabio Gormundo de Picquigny para fundar una institución también tuviera de carácter religioso se necesitaba el visto bueno del papá.

En 1126, el Conde de la Champagne regresa a Jerusalén e ingresó en el Grupo de templarios, incorporación que no es insignificante, pues se trata de un hombre poderoso que pertenece a la más alta nobleza del Reino de Francia.Y está involucrado en la política de la edad Media en Europa.

Al siguiente año, Hugo de Payens deja Jerusalén, con algunos compañeros para emprender un viaje importante a Occidente que habrá de decidir la suerte de la fortuna de la orden va directamente a Francia y es muy probable que lo hiciera un alto en Roma, donde pediría audiencia al papá Honorio.Segundo Pontífice muy sensible a los problemas de Tierra Santa y que por ello mostraría un gran interés en el proyecto en ciernes. Durante la década de los años 1127 -1130, Payens viaja y toma contacto con personas muy importantes de Europa Central y Occidental.

Con la ayuda de su compañeros caballeros, originarios de diferentes partes de Francia, se detiene en su tierra natal Champángne, Anjou y a Maine donde tiene inmejorables relaciones con el Conde Folco quinto. Viaja también a Poitou y Normandía, donde es recibido por el rey Enrique. Primero, que lo invita bajo su patrocinio a Inglaterra y a Escocia.Tras su regreso a Francia, visita Flandes y a finales de 1129 recorre todo el Valle del Ródano, cuando se embarque en Marsella con destino a Jerusalén, tendrá alrededor de un número importante de nuevos templarios.