lunes, 17 de octubre de 2022

La Orden Tercera del Temple



Quizá tengamos que explicar por qué la Orden del Temple se vio en la necesidad de crear la “Orden Tercera” y admitir caballeros casados: la Orden, como todos sabemos, comenzó únicamente con los caballeros profesos que hacían voto de castidad y profesaban para siempre. Llegó un momento en que los que se comprometían a profesar para siempre y juraban el voto de castidad comenzaron a escasear, así que, ante la dificultad de reclutar caballeros que engrosaran las filas de los templarios, la Orden no tuvo más remedio que abrir la mano y crear dos clases más de caballeros: los Caballeros Seglares, que entraban solteros y se comprometían a no casarse  y a ser castos mientras duraba el tiempo que ellos mismos habían elegido para servir (fraters ad terminum), y los caballeros de la Orden Tercera, que podían entrar indistintamente casados o solteros, e incluso, casarse una vez dentro de la Orden. El artículo LV de su regla así lo dice: “De qué modo se tengan o reciban los hermanos casados. —Os permitimos tener hermanos casados de este modo—: que si piden el beneficio y participación de vuestra hermandad, la porción de hacienda que tuviesen ambos, y los demás adquiriesen, la concedan a la unidad común del Capítulo después de la muerte, y entretanto, hagan honesta vida y procuren hacer bien  a los Hermanos; si el marido muriese antes, deje a los Hermanos su parte y la otra quede para la subsistencia de la mujer; esto consideramos justo: que habiendo los Hermanos Profesos prometido castidad a Dios, que semejantes Hermanos, o sea los de la Orden Tercera, que vivan fuera de la Encomienda, en sus casas con sus mujeres e hijos, si los tuvieren. Y estén siempre prestos para acudir ipso facto cuando sean llamados por sus superiores.