lunes, 18 de abril de 2022

Semana Santa.. de donde proviene?


DOMINGO DE RAMOS
 
El primer testimonio escrito que poseemos de la celebración de la entrada de Cristo en la ciudad de Jerusalén, es la crónica elaborada por Egeria, peregrina hispana del siglo IV, la cual afirma que en tal día, la comunidad cristiana de la ciudad, presidida por su pastor, recorría una serie de templos y lugares de oración llamados estaciones.
A partir del siglo VII comienzan a utilizarse ramas de olivo y de palmas datileras para acompañar esta procesión. A lo largo de la Edad Media se van añadiendo elementos folklóricos, como es el uso del burro con una imagen de Cristo encima, costumbre que se inicia en Alemania a partir del siglo X.
Es en Francia, a comienzos del siglo XI, que se añade a la procesión el llevar a Cristo en forma eucarística.
Según fue pasando el tiempo, fue enraizándose esta fiesta en el pueblo cristiano. Todo creyente va a llevar a su casa un ramo bendecido en este día, porque sabe que, a través del mismo, va a recibir las bendiciones del cielo y, a su vez, le va a servir como defensa contra los males espirituales.
 
JUEVES SANTO
 
Los primeros recuerdos históricos de esta celebración, fuera de los evangelios canónicos, la ubican a finales del siglo IV y comienzos del V, cuando la fe cristiana empieza a ser primero tolerada y posteriormente legalizada en el Imperio Romano.
 
VIERNES SANTO
 
La Iglesia no considera este día como de llanto y de luto, sino como día de contemplación de los últimos momentos de la vida de Jesús. Este es, sin lugar a dudas, el día sagrado más enraizado en la cultura y en la mentalidad hispanas.
 
LAS PROCESIONES Y HERMANDADES 
 
En el siglo XV aparece la idea que el pecador puede ser perdonado por Dios si castiga su cuerpo.
Esta idea fue defendida por San Procesión delante del Palacio Real,Vicente Ferrer y los franciscanos. Este sería el nacimiento de la "flagelación" como parte primordial de las procesiones que conmemoraban la Pasión de Cristo.
También sería en esta época cuando los cruzados trajeron trozos de la Santa Cruz a Europa (VeraCruz = cruz verdadera). Estos trozos de la cruz eran venerados por los cristianos. 
Durante la Semana Santa, algunas parroquias organizaban pequeñas procesiones en las que seguían una pequeña cruz.
A los franciscanos se les había encomendado la custodia de las reliquias de la Santa Cruz y así es como una hermandad relacionada con la Santa Cruz comenzó con sus actividades.
 
En la Edad Media los profesionales de diferentes actividades comenzaron a asociarse formando gremios o hermandades.
A través de estas hermandades intentaban defenderse de otros gremios y de los nobles.
Especialmente en las ciudades llegarían a tener mucho poder. Querían que las autoridades políticas y religiosas les trataran como a iguales. A su vez estos poderes fácticos intentaban controlar a las hermandades, aunque con poco éxito. Muchos años después, Carlos III insistiría en que debían ocuparse solamente de sus actividades religiosas.
 
Aparte de este aspecto social, muchas hermandades también se ocupaban de los enterramientos de sus miembros
También fundaban hospitales para los pobres, edificaban parroquias o se ocupaban de los niños abandonados. Muchos creían que el mero hecho de pertenecer a una hermandad les aseguraba su entrada en el cielo tras la muerte.
Las primeras actividades relacionadas con la Semana Santa en Madrid tuvieron lugar en el año 1424, cuando el Príncipe Juan comenzó con la costumbre de lavar los pies a trece mendigos y darles dinero para que pudieran comprarse algunas ropas.
En la segunda mitad del siglo XV también comenzaron a celebrarse una serie de ceremonias especiales durante la Semana Santa, en las que los hermanos se flagelaban.
 
Siglo XVI
 
En aquella época la vida diaria de las personas estaba muy influída por la religión. Una parte importante de su vida estaba dedicada a preparase para la vida eterna.
Para evitar ser condenado al infierno, una solución era pagar por un numero específico de misas que habrían de ser dichas en nombre del interesado.
Otra forma era comprar capillas para ser enterrado en ella o participar en la protección de ciertas imágenes, conventos o parroquias. Todo el mundo quería salvarse y, en consecuencia, se fundaron muchas hermandades.
Pertenecer a una hermandad se consideraba ya cuestión de prestigio.
 
En este siglo se celebró el Concilio de Trento que apoyó todas aquellas actividades que se opusiesen a las ideas protestantes.
Una de estas ideas era la devoción a las imágenes, así que confirmaron la religiosidad de las procesiones, especialmente de aquellas dedicadas a la Pasión de Cristo.
 
En este siglo la flagelación adquiere un nuevo significado.
 
Los hermanos debían mostrar a todo el mundo lo importante que era salvar el alma a través de este sufrimiento.
Pensaban que así influían en la devoción religiosa de las gentes y que éstas se comportarían de una forma más cristiana en su día a día. Las procesiones son casi como representaciones teatrales.
 
Los miembros de las hermandades que participaban en las procesiones, los cofrades, eran llamados penitentes. Había dos tipos de penitentes, penitentes de luz que eran aquellos que llevaban los cirios o velas y los penitentes de sangre, que eran aquellos que se flagelaban.
 
Algunos de estos penitentes llevaban los brazos en cruz atados a un trozo de madera que imitaba la cruz. Eran llamados los aspesios.
 
Como era de esperar, las procesiones de sangre eran las más populares porque ofrecían un espectáculo francamente morboso. Incluso había penitentes, sin devoción religiosa, llamados penitentes de amor.
Ahora también la familia real tomaba parte en muchas actividades que conmemoraban la Semana Santa, lo que hizo que las cofradías ganaran en importancia de cara a la sociedad.Es en este siglo cuando aparecen las primeras imágenes en las procesiones. Una de las más importantes es la dedicada a Nuestra Señora de la Soledad, iglesia de San Ginés.
 
En la primera procesión, en 1568, participaron 2.000 penitentes de luz, más de 400 penitentes de sangre y cientos de mujeres que pertenecían a la cofradía.La cofradía más antigua de España surgió en Toledo de la mano del rey Alfonso VI y el Cid Campeador durante la toma de la ciudad, en 1085, con la idea de dar cristiana sepultura a los muertos