viernes, 19 de julio de 2024

Konrad von Feuchtwangen, XIII Gran Maestre de la Orden Teutónica

 


Konrad von Feuchtwangen (c. 1230 – Praga, 4 de julio de 1296), fue el Gran maestre de la Orden Teutónica (1291-1296).

Su carrera temprana es desconocida. En 1259 fue comendador de la orden en Austria. Sucesivamente ocupó los cargos de tesorero de la orden en Tierra Santa (fechas inciertas), comendador de Austria (después de 1271), maestre de Prusia y Livonia (1279), comendador de Franconia (1282), y maestre alemán (1284). No viajó a Tierra Santa durante la crisis ocasionada por el ataque mameluco a Acre en 1291, sino que permaneció en el Sacro Imperio romano germánico.

Poco después de la caída de Acre, Konrad fue elegido Gran maestre (probablemente en el otoño de 1291). La sede de la orden se trasladó a Venecia bajo su gestión. Konrad no mostró ninguna intención de reactivar las actividades de la orden en Tierra Santa: su principal preocupación eran los asuntos de la orden en Alemania, Prusia y Livonia. Konrad murió el 4 de julio de 1296 en Praga. Fue enterrado en la comandería bohemia de Drobowitz, pero sus huesos fueron posteriormente trasladados al convento cisterciense de Trebnitz en Silesia.

15 de julio, 925 Aniversario, Festividad de la Liberación de Jerusalén



En la Primera Cruzada en Tierra Santa:

El invicto comandante Cruzado Godofredo, Duque de Bouillon, Duque de Lorena y Marques de Amberes al frente de su Ejercito en una batalla que duro 8 días y sus 8 noches ininterrumpidas entró en Jerusalén el 15 de julio de 1099 y liberó la Ciudad Santa de la ocupación que perpetraron años antes los sarracenos.

En ese acto Godofredo fue aclamado y proclamado Rey fundador del Reino de Jerusalén y su primera medida fue rehusar al título de monarca por el de "Protector del Santo Sepulcro" negándose a ser coronado con corona de oro haciéndose coronar con corona de espinas en símbolo de humildad con su famosa frase inmortal: "No llevaré corona de oro donde Cristo la llevó de espinas" y fundar la Orden Militar de los Caballeros Custodios del Santo Sepulcro de la cual fue su primer comandante cuyo cometido principal es ser garantes a perpetuidad de que nadie se atreva a profanar jamás la Santa Basílica de la Tumba de Nuestro Señor Jesucristo.

" Hay hombres y hombres en el seno del Señor, pero solo Hombres de Honor son los que custodian el Imperio de Dios. Levanten sus armas Camaradas de la Cristiandad ante la Grandeza de quién permitió que nuestros pulmones en Jerusalén respirasen oxígeno puro. Empuñen y martilleen hasta caer rendidos exhaustos junto al atardecer entre cientos de los que jamás se han rendido "

Deus nobiscum, Vive Christus Rex !!

16 de julio, 812 Aniversario, Festividad de la Victoria de la Batalla decisiva de las Navas de Tolosa contra los invasores.

 


Deus Vult,  In Memoriam 16 de julio de 1212 - 16 de julio de 2024 Caídos por Dios y por Españá .

En el contexto de la Cruzada de liberación de Hispania el pasado 16 de julio conmemoramos la Victoria en la Batalla de las Navas de Tolosa.
Unos 30.000 cruzados hispanos bajo el mando de su Majestad el Rey Don Alfonso VIII de Castilla frente a más de 100.000 sarracenos invasores norteafricanos que nunca más volvieron a enfrentarse abiertamente a los cristianos en nuestra sacra Tierra Hispana. 
Tras la muerte de Su Majestad el Rey Don Alfonso VIII, su hijo el Rey Don Fernando III el Santo libertador de Andalucía Central y Occidental y su nieto el Rey Don Alfonso X el sabio, prácticamente erradicaron en sus tres reinados la invasión sarracena invasora de Hispania.
En oración infinita pedimos por la eterna gloria de esa Saga de Reyes venerados de Castilla que tanto bien hicieron por España, Don Alfonso VIII, San Fernando y Don Alfonso X, así como por todos los Cruzados que a través de los tiempos participaron en defensa de la invasión de España

Deus nobiscum,  Vive Christus Rex !!

Encuentran en la Iglesia del Santo Sepulcro el altar mayor de los cruzados


 En la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, un equipo de historiadores de la ÖAW encontró por casualidad el mayor altar medieval conocido, que se había dado por perdido durante décadas. Consagrado en 1149, el altar mayor de los cruzados, excepcionalmente ornamentado, apunta a una conexión hasta ahora desconocida entre Roma y el reino cristiano de Jerusalén.

 El 15 de julio de 1149 fue un día especial para Jerusalén: exactamente 50 años antes, los cruzados europeos habían conquistado la Ciudad Santa y proclamado el Reino de Jerusalén tras siglos de dominio musulmán. En ese importante aniversario un acto debía fortalecer aún más el joven reino. El punto culminante fue la nueva consagración de la Iglesia del Santo Sepulcro, uno de los mayores santuarios de la cristiandad. En el centro del edificio de la iglesia, espléndidamente ampliado en estilo románico en años anteriores, se inauguró una obra de arte especial: un nuevo altar mayor.

Entre los escombros de la historia

«Conocemos relatos de peregrinos de los siglos XVI, XVII y XVIII sobre un magnífico altar de mármol en Jerusalén», cuenta Ilya Berkovich, historiador del Instituto para el Estudio de la Monarquía de los Habsburgo y los Balcanes de la Academia de Ciencias de Austria (ÖAW) y coautor de un nuevo estudio sobre esta obra de arte histórica. Sin embargo, tan grande como fue la impresión que el altar dejó en las personas a lo largo de los siglos, así de repentina fue su desaparición de la memoria colectiva. «En 1808 hubo un gran incendio en la parte románica de la Iglesia del Santo Sepulcro», relata Berkovich. «Desde entonces, se pensó que el altar de los cruzados había desaparecido», añade el historiador.

Varios descubrimientos sorprendentes

Recientemente, el arqueólogo  Amit Re’em de la Autoridad de Antigüedades de Israel y el historiador de la ÖAW, Ilya Berkovich, hicieron un hallazgo sensacional en medio de la Iglesia del Santo Sepulcro: en un pasillo trasero de la iglesia, una pesada losa de piedra de varias toneladas había estado apoyada en la pared durante un tiempo indeterminado, y en su lado frontal los turistas habían dejado grafitis. Cuando la losa fue volteada debido a trabajos de construcción, reveló su herencia artística mucho más antigua: la losa, decorada con ornamentos de lazos en ese lado, fue rápidamente identificada como la antigua y espléndida fachada del altar medieval de los cruzados.

Para los historiadores, este descubrimiento es sorprendente en varios aspectos. Primero, por el hecho de que la losa pudo permanecer oculta durante tanto tiempo en un edificio tan intensamente investigado como la Iglesia del Santo Sepulcro, a pesar de recibir diariamente la vista de miles de peregrinos y turistas. «Que algo tan significativo pudiera pasar desapercibido en ese lugar durante tanto tiempo fue completamente inesperado para todos», confirma Berkovich.

Igualmente significativo es el nuevo conocimiento que el hallazgo permite sobre el altar mayor medieval. Las excepcionales decoraciones llevaron a los investigadores a la pista del llamado Cosmatesco. Esta técnica especial de decoración en mármol era dominada exclusivamente por maestros gremiales en la Roma papal, quienes transmitían esta habilidad de generación en generación. La técnica se caracterizaba por usar pequeñas cantidades de valioso mármol, que en la Roma medieval se obtenía principalmente de edificios antiguos, para decorar grandes superficies colocando pequeños fragmentos con gran precisión, creando patrones geométricos y ornamentos resplandecientes.

El altar respaldaba la reclamación de la Cristiandad

El valor de este arte era bien conocido por sus maestros y también por el Papa. Solo se conocen pocas obras de arte Cosmatesco fuera de Roma, y hasta ahora solo una fuera de Italia: en la Abadía de Westminster, donde el Papa había enviado a uno de sus maestros. El ahora redescubierto altar Cosmatesco en Jerusalén debió haber sido creado con la intervención del Papa, posiblemente Eugenio III: al enviar el Pontìfice a uno de los maestros Cosmatesco al Reino de Jerusalén para fabricar el altar de los cruzados, subrayó literalmente la reclamación de la cristiandad sobre la ciudad. «El Papa honró así a la iglesia más sagrada de la cristiandad», afirma Berkovich.

El redescubierto altar mayor es así la prueba de una conexión desconocida hasta ahora entre Roma y Jerusalén, que también es importante para la historia del arte europeo. «Con un ancho original de más de 3,5 metros, hemos descubierto el mayor altar medieval conocido hasta la fecha», destaca Berkovich. Él espera que futuras investigaciones en los archivos papales puedan sacar a la luz más detalles sobre la historia de la creación del altar, posiblemente incluso la identidad del maestro Cosmatesco que creó la obra de arte.