domingo, 22 de enero de 2023

Esbozo de la Orden de San Lázaro de Jerusalen , Belén y Nazaret


Tipo

Orden de caballería

Afiliación

Ecuménica

Lema

Atavis et armis

Elegibilidad

Solo por invitación

Gran maestre

Francisco de Paula Joaquín de Borbón y von Hardenberg-Fürstenberg.

Estado

En funcionamiento

Establecida

Después de 1098

Siglos antes de llevarse a efecto las cruzadas, ya existían en Tierra Santa instituciones caritativas que cuidaban de la asistencia a los peregrinos que acudían a visitar los lugares testigos de la Pasión de Jesucristo.

En el año 1490, el papa Inocencio VIII tomó la decisión de unir la Orden de San Lázaro a la de San Juan de Jerusalén, sin embargo la rama francesa continuó autónoma, por lo que el papa León X anuló la unificación ordenada por su predecesor. Por su parte, el rey de Francia Enrique IV, unió a la Orden de San Lázaro la del Carmelo, en vista de que esta última languidecía y era conveniente su unificación con otra más poderosa.

La Orden de San Lázaro no desatendía, ni muchísimo menos, sus obligaciones militares ni su lucha contra el poder turco. En el siglo XVIII los lazaristas armaron una flota para luchar contra los corsarios y piratas, eligiendo el puerto y ciudad de Saint Maló como centro de sus operaciones marítimas. La Orden llegó a reunir hasta diez fragatas y luchó valerosamente defendiendo la seguridad de las costas francesas.

Aún en el XVII, el papa Gregorio XIII dictó una bula por la que mandaba incorporar la Orden de San Lázaro a la de San Mauricio, formándose así la llamada Orden de San Mauricio y San Lázaro, y que se convirtió en una de las más distinguidas de Italia. Ocurrió algo semejante a la ocasión anterior, cuando otro papa trató de incorporarla a la de San Juan de Jerusalén. El Priorato de Sicilia acató la bula pontificia, pero no sucedió lo mismo con el gran maestre de los lazaristas de Boigny que, con varios prioratos y encomiendas, continuaron su vida independiente. Entre los grandes maestres desde el siglo XV están: los marqueses de Nerestang, de Luvois, de Dangeau, el duque de Berry, después Luis XVI y luego el conde de Provenza, más tarde rey con el título de Luis XVIII. Como caballeros de la Orden de San Lázaro en otros países, pueden citarse a los zares de Rusia, Pablo I y Alejandro I y al archiduque Leopoldo de Austria o los duques de Sevilla. El rey Luis XVIII de Francia y más tarde Carlos X, se declararon protectores de esta Orden.

En Francia había tres Órdenes importantes, muy antiguas: la del Espíritu Santo, la de San Luis y la de San Miguel. Junto a las Órdenes anteriores figuraba la de los lazaristas. Las exigencias que imponía el ingreso a la Orden de San Lázaro: nueve grados de nobleza, sin principio conocido, o remontándose a fecha incierta.

Pasados los turbulentos tiempos anteriores a la época contemporánea, la Orden de San Lázaro, permaneció, no extinguiéndose como algunas otras órdenes militares de caballería. Actualmente se halla representada en Francia, Alemania, Italia, Polonia, Holanda, Suiza, Portugal y España. Con fecha 26 de junio de 1935 registró la Orden sus estatutos en España. El 9 de mayo de 1940 fue reconocida con carácter oficial y declarada de utilidad pública en todo el territorio nacional, por orden que se publicó en el Boletín Oficial del Estado el 10 del mismo mes.

Su reglamento de la lucha contra la lepra fue aprobado por el decreto de 8 de marzo de 1946, que concede y asigna a la Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén, importantes misiones. Los miembros de esta Orden se dividen en dos grupos: los miembros y los afiliados. Solo los primeros y aún entre estos, solo los caballeros de Justicia, pueden asistir a los Capítulos de sus respectivos Prioratos. Aparte de los de Justicia hay los de Devoción. Todos pueden ser caballeros, damas o eclesiásticos, pero es absolutamente preciso profesar la religión católica.

Tras la reunificación de las dos Obediencias existentes hasta entonces (Obediencia de Malta y Obediencia de París) acaecida en la conferencia internacional de la Orden celebrada en Toronto en 2004 y ratificado por una amplia mayoría frente a la candidatura del príncipe Carlos Felipe de Orleans, el 48º Gran Maestre de la única  ,fue Francisco de Paula  y Escasany. Maestre  de la Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén , Belen y Nazaret.

En solemne sesión de Investidura de la Orden de San Lázaro, celebrada en Mánchester el 12 de septiembre de 2008, fue nombrado 49.º gran maestre de la Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén, Belén y Nazaret Carlos Gereda y de Borbón, a quien en 2018 sucedería Francisco de Borbón y von Hardenberg como 50.º gran maestre, quedando su padre, el duque de Sevilla, como gran maestre emérito.

Tras la reunificación de las dos Obediencias existentes hasta entonces (Obediencia de Malta y Obediencia de París) acaecida en la conferencia internacional de la Orden celebrada en Toronto en 2004 y ratificado por una amplia mayoría frente a la candidatura del príncipe Carlos Felipe de Orleans, el 48º Gran Maestre de la única Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén, Belén y Nazaret fue Francisco de Paula de Borbón y Escasany.

En solemne sesión de Investidura de la Orden de San Lázaro, celebrada en Mánchester el 12 de septiembre de 2008, fue nombrado 49º Gran Maestre de la Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén, Belén y Nazaret Carlos Gereda y de Borbón, a quien en 2018 sucedería Francisco de Borbón y von Hardenberg como 50º Gran Maestre, quedando su padre, el Duque de Sevilla, como Gran Maestre Emérito. El 50º Gran Maestre contrajo matrimonio el 9 de octubre de 2021 luciendo el uniforme del cual se dota esta asociación, además de ostentar las condecoraciones sin reconocimiento oficial que la orden concede ya que no forman parte de los reconocimientos que otorgan las instituciones del Estado, por lo que son un simple adorno. Destaca igualmente que tratándose de una orden de origen militar, su gran maestre no haya realizado el servicio militar.

Los miembros, caballeros de Justicia, están obligados a probar de manera indubitable, la legitimidad de sus ascendientes hasta el segundo grado civil inclusive, la nobleza de cien años de dos de sus apellidos, uno de los cuales siempre será el primero por la línea paterna y el otro, bien el segundo de la citada línea, o el primero de la materna; esto queda a elección del pretendiente al ingreso. Los caballeros de Justicia, usan como distintivo una cruz octogonal verde, bordada sobre el frac o el uniforme, así como en sus mantos capitulares. Las categorías son: Gran Collar, Gran Cruz, comendador y caballero. Solo los miembros, no así los afiliados, están autorizados a usar el uniforme de la Orden, de paño azul oscuro, con cuello y bocamangas blancas, charreteras y pantalón galoneado. Sable o espadín, depende de los actos. Sombrero apuntado y botas de charol. La Orden está regida por el Gran Maestre que lo es con carácter vitalicio y queda autorizado a nombrar un coadjutor. También existen un Consejo Supremo Consultivo y un Secretariado Internacional de Cámara y Gobierno que, respectivamente, orientan al gran maestre en aquellas materias en que se solicita su parecer, y le asisten directamente. Los afiliados, aquellos que practican pruebas de nobleza son denominados como "nobles de mérito" y los dispensados de ellas son considerados únicamente como "de mérito". Tanto los primeros como los segundos pueden tener los mismos grados que los miembros, pero no llevan la cruz bordada. Para estos, existe la cruz denominada de "Mérito", dividida en cuatro categorías, así como medallas, concedidas por relevantes servicios. Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén, Belén y Nazaret.


Gran Priorato de España

Para conseguir los mejores resultados en su faceta solidaria la Orden de San Lázaro se divide por países en grandes prioratos. En España está registrada legalmente de acuerdo a la legislación española como asociación sin ánimo de lucro, de ámbito nacional, con capacidad jurídica y plena capacidad de obrar, que se rige por sus Estatutos, inscritos en el Registro Nacional de Asociaciones del Ministerio del Interior con el número nacional 36.502 y fecha de 4 de agosto de 1980, por sus reglamentos y ordenanzas y por la Ley Orgánica 1/2002 de 22 de marzo

La Orden de San Lázaro tiene cuatro encomiendas territoriales en España (Andalucía, Castilla, Cataluña y Reino de Valencia) y una encomienda histórica (Acebuchal). Su cancillería se encuentra en Calle de Claudio Coello, 112, 28006 Madrid.

jueves, 19 de enero de 2023

Esbozo sobre la Orden Teutónica


Orden Teutónica
Crux Ordis Teutonicorum
Insignia actual de la Orden Teutónica
Otorgada por el Papa
Tipo    Orden religiosa católica sui generis
Afiliación    Iglesia católica
Primer gran maestre    Meister Sibrand
Gran maestre    Frank Bayard, desde 2018
Estado Activa  Establecida 1190


La Orden Teutónica (también Orden de los Caballeros Teutones y Orden de los Caballeros Teutónicos del Hospital de Santa María de Jerusalén, en alemán Deutscher Orden; en latín Domus Hospitalis Sanctæ Mariæ Teutonicorum) es una orden medieval de carácter religioso-militar fundada en Palestina en 1190 en la Tercera Cruzada durante el asedio de la fortaleza de San Juan de Acre. En 1198 se convirtió en orden militar. Desde el siglo XIX la orden pervive como una organización cristiana de carácter caritativo.

Los orígenes en Tierra Santa
Hermann von Salza.

La Orden fue creada por cruzados alemanes y seguía el modelo de la Orden del Temple y de la Orden de San Juan de Jerusalén. Fundada en San Juan de Acre (Palestina) el 19 de noviembre de 1190 durante la Tercera Cruzada tras la toma de Jerusalén por Saladino. Originalmente fue solamente una organización hospitalaria que ayudaba a los peregrinos cristianos, luego fue reorganizada como orden militar, a semejanza de los Caballeros Templarios, y obtuvo el reconocimiento oficial del papa Inocencio III en 1198.

Derrotados los europeos en las Cruzadas, los caballeros de la Orden Teutónica se trasladaron a Venecia y de allí a Transilvania, donde construyen el Castillo de Bran, hasta su expulsión en 1225 por el rey Andrés II de Hungría, aparentemente por intentar colocarse bajo soberanía papal y no real.

En 1220 los Caballeros Teutónicos establecieron su cuartel general en la fortaleza de Monfort en Palestina, que se convirtió en la sede de los grandes maestres en 1229.​ En 1266, los sarracenos no consiguieron tomar la fortaleza, pero regresarán en 1271 y conseguirán hacerse con el castillo a través de un túnel excavado en la roca. Los Caballeros Teutónicos se vieron obligados a refugiarse en San Juan de Acre.​

Veinte años después, en 1291, la toma de Acre por los sarracenos obligó a los cruzados a retirarse de Tierra Santa, impulsando a la orden a reconsiderar su misión.

En 1226, luego de la promulgación de la Bula de oro de Rímini por el emperador Federico II Hohenstaufen, el gran maestre de la orden, Hermann von Salza, y el duque Conrado I de Mazovia dieron comienzo a las Cruzadas Bálticas, con intención de cristianizar a los pueblos bálticos.
 

Estado Teutónico 

Estado Monástico de la Orden Teutónica

En ese momento la orden se estableció definitivamente en Prusia creando un Estado de la Orden Teutónica independiente, conquistando también Livonia.

El emperador Federico II Hohenstaufen había otorgado a los teutones todos los privilegios de los príncipes del Imperio en la Bula de oro de Rímini, como el derecho de soberanía sobre los territorios conquistados, con soberanía papal nominal. El Reino de Polonia, sin embargo, acusó a la orden de controlar territorios suyos por derecho.

La cruzada había dejado amplios vacíos de población en el territorio conquistado, problema que se resolvió parcialmente fomentando la inmigración de colonos germanos del Sacro Imperio Romano Germánico y de Mazovia. Durante este período de asentamiento y reconstrucción, se fundaron ciudades de importancia como Königsberg, nombrada en honor a Otakar II de Bohemia y Memel.

Hacia 1242, la orden emprende una campaña para la conversión de los cristianos ortodoxos de Novgorod. A pesar de una derrota frente al ruso Alejandro Nevski, la orden extiende rápidamente su dominio sobre los países bálticos.

También durante el siglo XIII la Orden se establece en la península ibérica, con sede principal en la Encomienda castellana de la Mota de Toro (hoy Mota del Marqués), donde aún se conserva la iglesia, desde allí se extendió hasta tierras de Toledo y de Sevilla, donde la calle de Alemanes recuerda hoy a sus caballeros.

A partir de 1308 ocuparon el conjunto de Prusia, extendiéndose hasta Estonia. Dicha conquista incluía las regiones bálticas de Pomerania, Curlandia, Letonia, Estonia y Dánzig, ciudad ésta que estuvo bajo su poder hasta 1454. La orden contaba además con posesiones en diferentes puntos del Sacro Imperio Romano Germánico.

La siguiente campaña de importancia de la Orden fue la lucha por la conquista de Lituania, especialmente luego de la caída del Reino de Jerusalén en 1291. La guerra contra los lituanos fue especialmente brutal, ya que se veía a los paganos lituanos como seres carentes de los derechos poseídos por los cristianos. La guerra fue muy prolongada, extendiéndose cerca de doscientos años, incluso luego de la adopción de la religión cristiana en 1387.

A finales del siglo XIV, la orden alcanzó el apogeo de su poder gracias a una potente economía urbana, así como convertirse en una potencia naval en el mar Báltico.

Sin embargo, en 1410 sufrieron una tremenda derrota en la batalla de Tannenberg frente al gran duque Vitautas de Lituania y rey Vladislao II de Polonia, de modo que los territorios conseguidos por la Orden pasaron a manos polacas y lituanas. Comenzó entonces una decadencia que culminó en 1525.

Al producirse en Europa la Reforma Protestante, su Gran Maestre Alberto I de Prusia, renunció al catolicismo y se convirtió al luteranismo para ser Duque de Prusia.

La orden fue suprimida en la zona meridional del feudo y sus tierras secularizadas para crear el ducado de Prusia en 1525. Pervivió vinculada a los Habsburgo, conservando numerosas propiedades en Alemania y otras partes de Europa, pero en 1809, Napoleón Bonaparte ordenó su disolución, por lo que perdieron buena parte de sus bienes seculares.

La orden estuvo bajo protección de la casa de Habsburgo-Lorena por más de 160 años como grandes maestres desde 1861 hasta la renuncia del archiduque Eugenio de Austria al gran maestrazgo en 1923 para romper el vínculo dinástico y evitar la expropiación de las propiedades de la orden como ocurrió con los bienes de los Habsburgo.
 

Supervivencia de la Orden
   

Hasta después de la Primera Guerra Mundial, la Orden se mantuvo presidida por los Habsburgo. En 1923 la Orden abandonó su carácter caballeresco militar de estado con la renuncia de su maestre el Archiduque Eugenio. En 1929 el Papa modificó y constituyó una nueva entidad puramente religiosa denominada Hermanos de la Casa Alemana de Santa María de Jerusalén, como institución religiosa de la Iglesia católica de carácter clerical, operando con fines religiosos y de caridad.

La Orden Militar Teutónica suspendida en 1918 reapareció en 1942 en el periodo del Tercer Reich siendo inhabilitada en 1945 por los aliados. La institución puramente religiosa diferenciada de los Hermanos de la Casa Alemana de Santa María de Jerusalén que fue suspendida en 1938 por Hitler reapareció en 1947 estando encabezada por un Abate y comprende a medio millar de sacerdotes, religiosos y religiosas profesos. La sede del Magisterio Eclesiástico se encuentra en Viena contando con Bailías y Encomiendas en cinco países de Europa Central, principalmente en Alemania y en Austria, y también en el área mediterránea, en Roma, Tirol y Sicilia. Para el fomento de los estudios históricos existe la Academia Histórica de la Orden Teutónica en fundamento a la Orden Militar de la Casa de Hohenstaufen

Con la renuncia hereditaria del último gran maestre, el archiduque Eugenio de Habsburgo en 1923, la Orden suspendió su carácter ecuestre militar. Por lo tanto hoy la Orden Teutónica religiosa de vida consagrada es de los Hermanos de la Casa Alemana de Santa María de Jerusalén (Frates Domus Sactae Marie Hierosolimitanorum).

Los caballeros llevan una capa blanca con una cruz negra. Como escudo se emplea a veces una cruz paté, que posteriormente inspiró la Cruz de Hierro usada por el reino de Prusia y por Alemania.


El último Caballero profesional de la Orden Teutónica


 Aniversario de Friedrich Remigius Franz Josef Johann v. Nepomuk Adam Graf von Belrupt-Tissac, el último caballero profesional de la Orden Alemana.

jueves, 12 de enero de 2023

Orden de San Juan de Jerusalem . Un esbozo histórico

Los Caballeros Hospitalarios fue una orden militar católica medieval fundada en 1113 con el nombre completo de "Caballeros de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén". Después de trasladar su sede a Rodas a principios del siglo XIV, se conoció a los miembros de la orden como Caballeros de Rodas y, cuando se trasladaron de nuevo en 1530, esta vez a Malta, como Caballeros de Malta. Su objetivo original era proporcionar ayuda y atención médica a los peregrinos cristianos que se dirigían a Tierra Santa, pero pronto se convirtió en una orden militar que adquirió extensos territorios en Europa y cuyos caballeros hicieron importantes contribuciones a las cruzadas en Iberia y Oriente Medio. Además, los Caballeros Hospitalarios, identificados por su distintiva cruz blanca de ocho puntas sobre fondo negro, participaron en muchas otras campañas, especialmente en las del Imperio bizantino. La orden sigue existiendo hoy en día en distintas variantes en muchos países del mundo, desde la Soberana Orden Militar Católica Romana de San Juan hasta la voluntaria Brigada de Ambulancias de San Juan.
Fundación e independencia

La orden se estableció por primera vez en el Hospital de San Juan de Jerusalén hacia el año 1080 (o incluso antes) por un grupo de comerciantes de Amalfi (Italia). El Juan al que se dedicó en un principio era el patriarca del siglo VII, Juan el Limosnero, posteriormente sustituido como patrón por el más conocido y popular San Juan Bautista. En el hospital, que contaba con dos secciones, una para hombres y otra para mujeres, se ofrecía ayuda caritativa a los peregrinos de Tierra Santa, especialmente a los enfermos y a los pobres, aunque también había algunos no cristianos entre sus pacientes. Funcionaba bajo los auspicios de los monjes benedictinos de la iglesia latina de Santa María Latina de Jerusalén y, en 1113, la organización fue reconocida oficialmente como orden religiosa por el papa Pascual II (pontificado entre 1099-1118). Ese mismo año se nombró oficialmente a su primer maestre, el beato Gerardo, y se reconoció a sus miembros como monjes. Tras la toma de Jerusalén por los ejércitos occidentales en la Primera Cruzada (1095-1102), la orden se reorganizó y militarizó a partir de 1120 por el entonces maestre Raimundo de Podio. Entre 1135 y 1154, la Iglesia concedió a la orden la independencia de cualquier autoridad religiosa local.

 Los Hospitalarios, como se les conoce, acabaron dirigiendo la mayoría de los hospitales de Tierra Santa e incluso empezaron a construirlos en Europa, uno de los primeros en Utrecht en 1122. El hospital de Jerusalén era el más famoso, y su edificio de 75 x 40 metros podía albergar a más de 1.000 pacientes. Tal era el respeto de los musulmanes por la institución que, incluso cuando Saladino, sultán de Egipto y Siria (reinó entre 1174-1193), conquistó Jerusalén, les concedió un año a los Hospitalarios para cerrarlo y trasladar a los pacientes.

El establecimiento gradual de puestos de mando (comandancias) en toda Europa aseguró a la orden un suministro constante de fondos, materiales y reclutas. Por lo general, los puestos avanzados remitían un tercio de sus ingresos a la sede de la orden. En la segunda mitad del siglo XII, la orden se había establecido como una fuente fiable de caballeros bien armados y entrenados, de gran utilidad para los ejércitos cruzados y los nuevos estados cristianos del Oriente latino.

Organización y reclutamiento

El líder de la orden era el Maestre, cargo vitalicio elegido por un comité de hermanos caballeros. El siguiente más importante era el de Gran Comandante, responsable de la administración, los suministros y las armas. El Mariscal se ocupaba de todos los asuntos militares y disciplinarios. Otros oficiales de alto rango eran el Condestable, que dirigía a los caballeros (varios cientos a la vez) y al número mucho mayor de mercenarios que la orden empleaba regularmente, el Almirante, que dirigía los barcos de la orden (la mayoría con base en Marsella y Chipre), el Maestre Escudero, encargado de los caballos, el Confaloniero o Portaestandarte, y los diversos Castellanos, comandantes individuales de los castillos hospitalarios más grandes. Entre los hermanos no militares de alto rango se encontraban el Prior Conventual, la figura eclesiástica de mayor rango, el Hospitalario (jefe de los hospitales) y el Tesorero. Por debajo de estas figuras un amplio ejército de administradores se encargaba de todo, desde la ropa hasta los funerales de los hermanos.

En el siglo XII, Francia fue un terreno de reclutamiento especialmente fructífero y la orden llegó a estar dominada por guerreros de esa región. Los Hospitalarios también eran populares en Bohemia y Hungría, donde, al igual que en otros lugares, cualquier joven interesado en una mezcla de vida monástica y aventura militar podía alistarse. Aunque no se exigía un estatus social especial, los criminales, los endeudados o los ex miembros de otras órdenes militares no podían alistarse. Los reclutas debían llevar una vida de piedad, castidad, obediencia y relativa pobreza, y comer y dormir en comunidad.

A partir del siglo XIII, el reclutamiento se hizo más selectivo, con una clara preferencia hacia los aristócratas que pudieran proporcionar los fondos necesarios para adquirir armas y armaduras costosas. Finalmente, sólo un descendiente de un caballero podía convertirse en caballero de la orden. Los hermanos llevaban una túnica o manto negro con una cruz blanca de ocho puntas. La ropa de color y las pieles de animales estaban prohibidas. A partir del siglo XIII, los caballeros y los sargentos llevaban una sobrevesta o túnica escarlata cuando estaban en combate.

Como en otras órdenes militares, los menores podían ingresar como novicios y recibir formación durante varios años para convertirse en hermanos de pleno derecho, aunque se sabía que los Hospitalarios pretaban poca atención a la educación general, con lo que muchos reclutas seguían siendo analfabetos. Además de los caballeros, existía la categoría inferior de los sargentos, de clase aún más baja que los sirvientes y, por supuesto, los que eran puramente sacerdotes y nunca blandían una espada con ira. Una vez en el redil y habiendo jurado lealtad al Maestre, era muy difícil salir, aunque se podía comprar la propia libertad, era un escándalo.

Además de los ingresos procedentes de los nuevos reclutas y de las donaciones en metálico, la orden generaba dinero con las fincas que poseía, con el aceite de oliva y la caña de azúcar como los productos que más beneficios generaban. Los mercaderes estaban obligados a pagar tasas cuando pasaban por los territorios de los Hospitalarios. El botín de guerra y la adquisición de esclavos tampoco eran una contribución insignificante a las arcas del Maestre. Gracias a la La adquisición de propiedades y materiales, ya fuera por la fuerza, por donaciones o por su abandono tras la guerra supusieron un continuo impulso para la orden, de modo que los Hospitalarios, aunque nunca fueron tan ricos como su reputación prometía entre los forasteros, gestionaron de forma rentable granjas, monasterios, mercados, panaderías, molinos y posadas en toda Europa y Oriente Medio.

Las Cruzadas

Los Hospitalarios, al igual que otras órdenes como los Caballeros Templarios, proporcionaron unos cientos de caballeros vitales para los ejércitos cruzados occidentales, especialmente a partir de la Tercera Cruzada (1187-1192), cuando formaban los flancos de los ejércitos en el campo de batalla. De hecho, el gran líder musulmán Saladino ofreció una recompensa a cualquier hombre que hiciera prisionero a un hospitalario, tal era su importancia para los ejércitos cruzados. La orden también continuó con su importante papel de ofrecer atención médica a quienes la necesitaban.

Uno de los primeros castillos concedidos a la orden para ayudar a cumplir su función de proteger el territorio de los cruzados en Oriente Medio fue Beth Gibelin (también conocido como Bayt Jibrin), cerca de Jerusalén, en 1136, por el rey Fulk de Jerusalén. Es famoso que tuvieran una guarnición en el Krak de Chevaliers, el enorme castillo de Siria que se entregó a la orden en 1144, y que remodelaron ampliamente (cayó en manos de los mamelucos en 1271). Otro importante castillo hospitalario en Siria fue Marqab (también conocido como Margat), en manos de la orden desde 1186, y al que añadieron la enorme torre del homenaje. En total, los hospitalarios llegaron a controlar unos 25 castillos en Oriente Medio, muchos de los cuales protegían importantes zonas costeras y rutas terrestres.

 Los Hospitalarios fueron un componente clave de la Cuarta Cruzada (1202-1204) y, aunque participaron en la infructuosa defensa de Acre en 1291, se les atribuye el mérito de haber ayudado a muchos refugiados a escapar a la seguridad de Chipre. A partir del siglo XIV, se llevaron a cabo campañas regulares contra el Imperio Otomano. En 1344, los Hospitalarios formaron parte de la Liga Papal que capturó Esmirna, y en 1365 atacaron Alejandría. También hubo muchos contratiempos, sobre todo la desastrosa invasión del Despotado de Epiros (1376-1381) y la derrotada Cruzada de 1396. Sin embargo, los Hospitalarios demostrarían ser lo suficientemente resistentes como para sobrevivir al catálogo de fracasos de las cruzadas posteriores y continuaron disfrutando de su estatus como una poderosa agencia internacional de beneficios y guerra.

 


Reubicación: Rodas

Cuando Jerusalén volvió a caer en manos de los musulmanes en 1187 y los cruzados se vieron obligados a retirarse, los hospitalarios trasladaron su base, primero a Acre en 1191, y después, cuando los latinos fueron expulsados de Tierra Santa en 1291, los Caballeros Hospitalarios se trasladaron a un nuevo cuartel general en Chipre. Por desgracia, la isla carecía de un puerto suficientemente bueno y la tierra no era tan fértil como se esperaba, con lo que, en 1306, los Hospitalarios eligieron la isla de Rodas como base permanente, aunque antes debían capturarla a los bizantinos.

Una vez conquistada, Rodas fue fortificada con las defensas más fuertes del Mediterráneo en 1309, fue el cuartel general de los Hospitalarios hasta su captura por los otomanos en 1522, y constituía una base práctica para los ejércitos occidentales en su camino hacia Oriente Medio. La isla, tal y como había sido siempre desde la antigüedad, tenía una gran importancia estratégica en el Mediterráneo. La población griega ortodoxa de Rodas, considerada por los Hospitalarios católicos como cismática, fue obligada a reconocer la autoridad suprema del Papa y, en la capital, los griegos fueron obligados a trasladarse a los suburbios. El antiguo palacio se amplió, los caballeros vivían en cómodos aposentos organizados en grupos según la primera lengua del hermano y, por supuesto, sin olvidar los orígenes de la orden, había un hospital de dos plantas bien equipado que todavía se mantiene en pie tras ser restaurado y utilizado por los italianos durante la Primera Guerra Mundial.

Otra consecuencia del traslado a Rodas fue que los Hospitalarios se convirtieron en una orden militar de base naval. Tratados como ciudadanos de segunda clase, muchos de los lugareños acabarían como remeros en las galeras de la orden. Gracias a la reubicación, a partir de 1310, sus miembros pasaron a llamarse simplemente Caballeros de Rodas. A pesar de las tensiones, Rodas prosperó bajo el dominio hospitalario y, mientras el Imperio otomano se extendía, la isla seguía siendo uno de los últimos puestos cristianos en el Egeo. A mediados del siglo XV, los Hospitalarios contaban con unos 450 caballeros y 2000 milicianos en la isla, y en el exterior, siguieron gestionando una red de prioratos por toda Europa. La desaparición de de los Caballeros Templarios, y la posterior cesión de sus propiedades a los Hospitalarios en 1312 supuso otro acicate para la orden.
 

Los Hospitalarios y el Imperio Bizantino

Los Hospitalarios mantenían una estrecha relación con el Imperio bizantino: con un puesto de avanzada en la capital, Constantinopla, el emperador Manuel I Comneno (reinó entre 1143-1180), por ejemplo, empleó al prior de la orden como enviado diplomático. La orden ayudó a restaurar a Juan V Paleólogo (reinó entre 1341-1391) en el trono y recibió la gratitud de su hijo y sucesor, el emperador Manuel II (reinó entre 1391-1425). Después, mientras los bizantinos seguían luchando por mantener su imperio, Corinto, en el Peloponeso griego, fue vendida a los Hospitalarios en 1397, que solo la conservaron hasta que los otomanos conquistaron la región en 1403. Tal vez como respuesta al regalo de Corinto, los caballeros prestaron ayuda militar cuando se unieron a la campaña de Manuel II contra los otomanos y su fortaleza en Riva, en el Mar Negro, en 1399.

 La independencia de los Hospitalarios y sus estrechas relaciones con los bizantinos fue probablemente una de las razones por las que a menudo recibieron críticas de los Papas y otros líderes occidentales. Otra fuente de envidias era la riqueza que se creía que poseían. Dentro de las críticas estaba la extravagancia de su vestimenta y estilo de vida, el ser demasiado despiadados en su trato a los prisioneros musulmanes, y liberales en exceso promocionando a hombres de clase baja al rango de caballero, e incluso ser protectores descarados de los piratas. Esta última afirmación tenía cierta justificación, ya que los Hospitalarios perseguían implacablemente su estrategia de convertir las rutas marítimas del Mediterráneo en una zona de guerra continua, atacando todo lo que flotara a su alcance. Otras órdenes militares, especialmente los Templarios y los Caballeros Teutónicos, recibieron críticas similares, y fue una señal de que a finales del periodo medieval los estados desconfiaban cada vez más de estos peligrosos guerreros de élite que eran una ley en sí mismos.
 

Reubicación: Malta

Los otomanos, deseosos de quitarse de una vez por todas la espina cristiana del flanco mediterráneo de su imperio, atacaron Rodas en 1455 y de nuevo en 1480. A la tercera fue la vencida en 1522, y los Hospitalarios se vieron obligados, una vez más, a cambiar su sede permanente a otro lugar. Tras breves paradas en Sicilia y en la península italiana, en 1530, la orden eligió Malta como su nuevo hogar, concedido por el rey Carlos V de España (1516-1556). Así, los miembros pasaron a llamarse Caballeros de Malta. Los otomanos también los siguieron, pero esta vez el ataque fue rechazado en 1565. Malta no era tan buena para la agricultura, ya que solo el algodón y el comino eran fuentes notables de ingresos, pero la isla tenía uno de los mejores puertos del Mediterráneo. No podemos imaginar lo que los 12.000 campesinos de habla árabe de Malta (y los 5.000 de la vecina Gozo) hicieron con sus nuevos señores.

En el siglo XVI, los Hospitalarios también emprendieron campaña contra los árabes en el norte de África, pero la salud general de la orden estaba en declive. La ola de fervor religioso provocada por las Cruzadas hacía tiempo que había pasado y el reclutamiento se convirtió en un problema. De hecho, en lugares como la Península Ibérica, la orden se vio envuelta en conflictos entre reinos cristianos rivales. Habían terminado los viejos tiempos de la guerra santa contra un enemigo de la cristiandad claramente identificable y la perspectiva de un lugar más seguro en el cielo para los que luchaban. Además, la gestión de la vasta red de estados en toda Europa distaba mucho de ser eficiente, y la falta de una supervisión adecuada condujo a la corrupción generalizada, al nepotismo y al despilfarro de fondos y recursos. Con la desaparición de las mismas razones por las que la orden se había establecido en primer lugar, era inevitable una transformación.

Los Hospitalarios, y sus retiros isleños primero de Rodas y Malta después, habían durado como bastiones de la caballería medieval más que ningún otro lugar, pero al final, incluso allí, les alcanzó la modernidad. Hasta el papel de la orden como proveedora de hospitales fue sustituido en gran medida por instituciones gestionadas por los consejos locales, y su función tradicional como guardianes de los peregrinos tenía menos demanda, ya que cada vez menos occidentales hacían el largo y arduo viaje a la Tierra Santa controlada por los musulmanes. Aun así, la orden se mantuvo hasta que Napoléon capturó Malta en 1798, y sigue existiendo hoy en día de diversas formas en varios países, desde órdenes caballerescas que conceden medallas hasta servicios de ambulancia voluntarios, estos últimos, por supuesto, continuando con el propósito original de los Hospitalarios de prestar ayuda médica gratuita a los más necesitados.


martes, 10 de enero de 2023

COMUNICADO IMPORTANTE: Renovación y cambio de estética del blog


 Hoy a partir del día 10 de Enero del Año de Ntro. Señor del 2023, el antiguo blog ... LA BLANCA MILICIA DE CRISTO,  pasa de denominarse a   El CABALLERO DE CRISTO,  siendo su dirección la siguinte: 
 
https://elcaballerodecristo.blogspot.com

Así, ya quedan agrupados, tanto facebook en su grupo, web, y ahora blogspot bajo cuasi el mismo nombre.
Su cometido es el mismo, pero se dará mas empuje a la Orden Teutónica, Orden de la Cristiandad, junto con el Santo Sepulcro y la de San Juan de Malta, a la cual tengo el honor de pertenecer y que estamos reconocidos por Roma.  NO es por ello mis hermanos, que se deje para nada, los temas habituales, pues seguirá la misma temática, pero con mas hincapié en la Orden Negra. 
Esperamos os guste y sobretodo vuestro seguimiento, colaboración, y sobre todo os hagais seguidores del blog.
Un Fraternal saludo. Non Nobis.